En su reciente visita a nuestro auditorio, el reconocido autor de literatura fantástica Brandon Sanderson, compartió con nosotros su universo creativo y literario. Para él, su gremio se divide en dos perfiles: el escritor-cocinero y el escritor-chef. El primero dispone de los ingredientes según una receta, obteniendo un resultado predecible y más o menos ‘correcto’. Pero un chef va más allá: innova con los ingredientes, explora posibilidades, prueba, rectifica, adereza, mejora. Y así, alumbra una receta nueva, con sello propio. Simplificando la dicotomía: uno sigue un proceso y, el otro, un proceso creativo.
A través de los encuentros en nuestro auditorio con creadores de diferentes ámbitos -literatura, ilustración, cocina, tecnología…- hemos diseccionado sus rutinas, motivaciones, métodos y trucos. Un acercamiento al mecanismo de su creatividad y, quizá, a las claves del éxito de su obra.
La inspiración
El germen de la expresión artística, ¿se busca? ¿Se crea? ¿Se espera? Para Daniel Clowes, autor referente del cómic actual, aguardar a las musas es una pérdida de tiempo. “No creo que la inspiración. A veces estoy inspirado, y a veces tengo una fecha límite. Si te quedas esperando estás perdido”.
Las que sí parece que son fieles compañeras de la creatividad son la observación y el espíritu inquieto. Esa curiosidad puede ser introspectiva. Por ejemplo, Clowes crea sus personajes llevando al extremo rasgos de su propia personalidad.
Sin embargo, a menudo la creación nace de la exploración del mundo. Para Brandon Sanderson, esta es una de las tareas más generosas y esenciales del creador: “Parte de nuestro trabajo es reflejar puntos de vista contrapuestos para que las personas puedan encontrar la verdad y comprenderse mejor entre ellos”.
Esa reinterpretación de nuestro entorno ha sido una de las bases de la carrera de Laurie Anderson, primera -y última- artista multidisciplinar en residencia en la NASA. Esa etapa de su carrera le permitió dar el salto hacia lo tecnológico, adentrándose en los lenguajes multimedia del futuro y poniendo nuevas herramientas -como la inteligencia artificial- al servicio de su obra cargada de trasfondo social. Hablando de su propio proceso creativo, Anderson se define como una “adicta al fallo”, que entiende como una oportunidad de replantear todo desde un nuevo ángulo. “Es inevitable que muchas cosas fracasen, y para mí son momentos maravillosos”, aseguró durante su visita a Espacio Fundación Telefónica.