Con motivo de la exposición #PaisajesDeLuz y al hilo del Día Internacional de la Tierra, nos adentramos en algunas claves del pensamiento ambiental de este artista. Y en el poderoso mensaje que nos transmite sobre el cuidado del planeta.
🌿Una vía de escape. Tras completar sus estudios en diseño gráfico y web en 2004, Joanie Lemercier inició una veloz andadura profesional: a sus primeros pasos como programador y videojockey le siguieron experimentos con técnicas innovadoras, como el videomapping. En 2013 funda su estudio en Nueva York, que después trasladaría a Bruselas. Sus cada vez más numerosos proyectos internacionales requerían viajes cada vez más frecuentes. Y, también, más y más horas frente a la pantalla.
Saturado, Lemercier sintió una clara necesidad: reconectar con la naturaleza. “Me sentía atrapado en el ordenador y el código – explica – y me di cuenta de que debía estar más activamente en la naturaleza, para descubrir más paisajes y encontrar un equilibrio”*. Dicho y hecho. El artista francés incorporó a sus residencias artísticas escapadas para sumergirse en la naturaleza de cada destino. Y así, enclaves como el Mont Blanc (los Alpes), el monte Fuji (Japón), el Valle de la muerte (Estados Unidos) o el Parque nacional de Itatiaia (Brasil) se convirtieron en parte de su formación y de su arte. La naturaleza salvaje es su inspiración para poner la tecnología digital al servicio de la creación de paisajes como medio de expresión.
🌿 Explorador y cartógrafo. Durante sus expediciones, Lemercier practica la fotogrametría: una técnica para construir cartografías a partir de fotos del entorno. En 2018 recorrió los desiertos estadounidenses de California, Nevada, Utah, Arizona y Nuevo México con solo dos compañeros de viaje: un dron, equipado con una cámara, y un pequeño plóter recargable con energía solar con el que retrataba el relieve de valles, dunas y cordilleras. Las imágenes recogidas por el dron nos muestran a Lemercier trabajando sobre el campo, planificando el viaje y el proyecto mientras el plóter, programado para ello, traza pausadamente la topografía. Un proceso lento y condicionado por los elementos naturales – el viento, el polvo que afectan al trabajo de la máquina – que es una metáfora del moldeado natural del paisaje.