El plóter o trazador gráfico es una máquina que interpreta las instrucciones de un ordenador para realizar dibujos o gráficos lineales sobre un papel. Hoy, su uso está ampliamente extendido en los campos de la arquitectura, el arte y el diseño. Si bien el plóter se popularizó en los años noventa, sus orígenes se remontan a la década de 1960, cuando se produjo el gran arranque de la historia de la computación. Desde entonces, se ha convertido en herramienta fundamental del arte digital, vinculada a múltiples corrientes como el op art (arte óptico) o el glitch art (la estética del error). En su interés por descubrir nuevos horizontes creativos, Joanie Lemercier adopta el plóter para concebir los paisajes montañosos e imaginarios de su serie Paysages Possibles, y explorar así la estrecha relación humano-máquina. A diferencia de otros dispositivos, las líneas generadas por el plóter le permiten ir construyendo lenta y progresivamente sus particulares topografías emulando el proceso geológico que da forma a los paisajes. Los inesperados errores que puede cometer el dispositivo son a su vez reivindicados por el artista como expresión de sucesos espontáneos, que hacen que cada dibujo realizado con el plóter sea único.

La programación creativa o creative coding consiste en la aplicación del código (conjunto de instrucciones escritas en lenguaje de programación) como medio de expresión artística. Se trata de un ejercicio transdisciplinar que difumina las barreras del arte, el diseño y la computación, y que expande el horizonte de posibilidades de los ordenadores más allá de su funcionalidad. Esta práctica, englobada dentro del arte generativo, se popularizó enormemente a partir del año 2001, cuando Casey Reas y Benjamin Fry desarrollaron Processing, un software destinado a la creación artística. Esto abrió las puertas de la programación a artistas y diseñadores, permitiendo explorar los límites de la computación no solo para generar algoritmos y herramientas creativas, sino también para comprender nuevos sistemas, entornos y modos de expresión. Hoy en día, nuevos softwares han irrumpido en la escena digital, como es el caso de vvvv (v4), empleado por Joanie Lemercier en sus múltiples proyectos y experimentos.