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01.03.2017

¿Cómo trabaja un diseñador de exposiciones?

No sólo de piezas interesantes vive una exposición… el papel del diseñador es fundamental para determinar su eficacia y potencia

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Cuatro de nuestras exposiciones más exitosas (‘Nikola Tesla’, ‘Julio Verne’, ‘Terror en el laboratorio’ y ‘Alfred Hitchcock’) han sido diseñadas por el mismo equipo que ha trabajado en ‘Houdini. Las leyes del asombro’: Smart & Green Design, especializado en eco-diseño y auditoría medioambiental. Entrevistamos a su fundador, Fernando Muñoz Gómez, para descubrir las particularidades de su profesión e indagar sobre su experiencia trabajando en exposiciones de lo más diversas.

Eres licenciado en arquitectura y MSc en Construcción Sostenible, ¿qué te llevó a introducirte en el ámbito expositivo?

Llegué al mundo de las exposiciones por pura casualidad. Nada más terminar la carrera, de forma paralela a nuestros trabajos en estudios de arquitectura, unos amigos y yo estuvimos editando una revista (Postboks magazine). En un momento dado se nos ocurrió hacer una exposición vinculada a la revista y nos presentamos al concurso para jóvenes comisarios ‘Inéditos’. Tuvimos la gran suerte de resultar uno de los tres equipos ganadores, y a raíz de esa experiencia entré en contacto con diferentes profesionales del mundo de las exposiciones con los que empecé a colaborar.

Hace unos años, viendo las barbaridades que es común hacer en este sector, sentí la necesidad de repensar mi forma de trabajo dentro de las exposiciones. Me fui a Oxford un año para especializarme en diseño sostenible, y tuve la suerte de que mi tesis quedara entre los finalistas del concurso que anualmente convoca el RIBA (Royal Institute of British Architets) para proyectos de investigación.

La tesis analiza los protocolos llevados a cabo en el mundo de las exposiciones y propone una metodología de control y evaluación de dichos procesos con el objetivo de reducir al máximo su impacto ambiental. Para ello desarrollé una calculadora de carbono específica para exposiciones temporales, que diera armas con las que defender sus proyectos a los diseñadores , y garantías de fiabilidad a los promotores y gestores de que el producto que tienen en sus salas es sostenible.

¿Cuáles son los perfiles de los integrantes de tu equipo?

Trabajo con otros arquitectos, diseñadores gráficos y diseñadores audiovisuales.

¿De qué etapas se compone el proceso de diseño de una exposición?

Supongo que cada diseñador tendrá su receta, en mi caso distinguiría cinco etapas:

1. Análisis

Estudio de los contenidos de la exposición. Basándome en este material hago una búsqueda paralela de referencias, normalmente fuera del ámbito de las exposiciones, para encontrar material sugerente que pueda generar tensión dialéctica en la formalización del espacio.

2. Distribución

A continuación trabajo la distribución de los contenidos en el espacio identificando la “experiencia de usuario”. En una exposición debemos modular la atención, el interés y la curiosidad del visitante, y para ello se necesitan picos de máxima atención y momentos de “descanso perceptivo”.

3. Materiales

Al tiempo que trabajo en la distribución busco uno o dos materiales con los que resolver las cuestiones de carácter más arquitectónico. Estos materiales deben expresar la esencia del discurso expositivo y, a partir de sus propiedades físicas, re-direccionar la distribución espacial del primer diagrama.

4. Identidad

Con una identidad uniforme en todo el espacio fruto de esa primera elección, busco la personalidad específica de cada ámbito de la exposición a través de una re-lectura más detallada de las piezas a mostrar, para valorar si necesitan algo extra que potencie su percepción o su mensaje. Esta etapa es muy importante ya que en ella se incluyen los recursos gráficos y audiovisuales, claves en la personalidad de la exposición y con unas necesidades técnicas, espaciales o de iluminación que determinan el proyecto global.

5. Proyecto

Con todos los ingredientes ya claros se redacta el “proyecto ejecutivo”, compuesto por planos, descripción de materiales, colores, detalles constructivos y necesidades técnicas (de iluminación o de equipamiento audiovisual).

  • Detalle de la exposición 'Julio Verne. Los límites de la imaginación'

  • 'Julio Verne. Los límites de la imaginación'

  • Detalle de la exposición 'Julio Verne. Los límites de la imaginación'

  • Detalle de la exposición 'Julio Verne. Los límites de la imaginación'

  • Vídeos utilizados en la exposición 'Julio Verne. Los límites de la imaginación'

¿De cuánta libertad creativa dispone realmente el diseñador?

Antes de nada, hay que tener en cuenta que no es lo mismo el diseño de una exposición de obras de arte que de una exposición con un carácter mixto, donde el arte es un ingrediente más que debe convivir con otras piezas de carácter divulgativo, instalaciones diseñadas para expresar conceptos, material audiovisual o textos explicativos.

Desde mi experiencia, siento que el diseño de este tipo de exposiciones es una de las disciplinas donde mayor libertad existe. Sin embargo, en el mundo de las exposiciones de arte, ya sea contemporáneo o clásico, la idea de “neutralidad” autoimpuesta por gestores y diseñadores hace que un alto porcentaje de exposiciones parezcan generadas por catálogo, y eso, inevitablemente, va en contra de la experiencia del visitante.

En tu trabajo has de conjugar creatividad, practicidad y ecosostenibilidad. ¿Cómo logras no renunciar a ninguno de estos aspectos?

Una de las formas más eficaces de ser sostenible es no generar residuos, crear lo que denominaríamos “productos de ciclo cerrado”, donde todos sus elementos se diseñen para ser resistentes y fáciles de desmontar y montar de nuevo. De esta forma se acaba con uno de los principales puntos débiles de las exposiciones temporales: su corto tiempo de vida. Tanto en ‘Houdini’ como en el resto de mis exposiciones, la premisa es hacer un proyecto que sea reutilizable.

¿Con qué conceptos has trabajado en ‘Houdini’?

La conceptualización del proyecto surge de un fotomontaje que hice a partir de una foto de Guantánamo, sin duda el lugar que escogería Houdini si hubiese tenido que escapar de una cárcel en el siglo XXI. Me pareció sugerente la idea de una mujer militar, con guantes de goma, vigilando a un elegante Houdini esposado y vestido de frac.

Toda la exposición gira en torno a la materialización de diferentes formatos de escapismo, y los materiales escogidos para representarlo surgen directamente de este fotomontaje: la reja metálica y la goma.

Por otro lado, quería recuperar la esencia espacial de los primeros freak shows, germen de los espectáculos de magia que acabaron tomando los teatros. Aquellos barracones con unas estructuras ligeras de los que colgaban grandes cortinajes y carteles que transformaban por unos días los alrededores de las ciudades aparecen reinterpretados en la exposición para organizar el recorrido que hace la exposición por la historia de la magia.

El corazón tanto conceptual como espacial de la exposición es una jaula, tránsito obligado que de repente se convierte en el hall de acceso a un teatro, cerrado por unas pesadas cortinas de goma de caucho negro donde se proyecta una pieza impactante que reinterpreta uno de los números de escape más famosos de Houdini. En la zona dedicada al deporte se hace también un guiño al escape, encerrando un gimnasio original del siglo XIX en una jaula construida a base de espalderas reglamentarias.

Pantallas y carteles cuelgan de sogas en la sección dedicada a Houdini como maestro de la comunicación, haciendo alusión a la manera en la que él se exhibía ante el gran público en las grandes ciudades.

Por último, en la sección dedicada a la relación de Houdini con el espiritismo, se juega con los efectos de luz y movimiento que los médiums y espiritistas de la época utilizaban para engañar a su público. Una de las piezas que más me gustan de la exposición es la mesa-vitrina que contiene fantásticos ejemplares de libros de espiritismo y que tiene vida propia, manifestándose cuando uno menos se lo espera.

De las exposiciones que has diseñado para el Espacio, ¿cuál te ha supuesto un reto mayor?

Justo a la vuelta de Oxford, tuve la oportunidad de poner en práctica todo lo aprendido en la exposición de Tesla. Intenté demostrar que una exposición ecológica ni es más cara ni tiene por qué parecer “cutre”. Esta apuesta, por otro lado, tenía todo el sentido puesto que Tesla fue uno de los primeros “ecologistas”.

Para hacer entender por qué ese proyecto era sostenible, incluimos en la última sección unos paneles donde se explicaba el cálculo de su huella de carbono, la cual se redujo hasta un 35%. Esta experiencia, si no me equivoco, fue la primera de este tipo en España.

¿Qué referentes destacarías a la hora de buscar inspiración para realizar tu trabajo? ¿A qué diseñadores de exposiciones actuales sigues con mayor interés?

Me interesan mucho el mundo de la producción industrial y las tiendas de bricolaje y materiales de construcción, los artistas que trabajan con instalaciones y tecnología y, sobre todo, los procesos de análisis de la experiencia de usuario que se investigan hoy en día en el sector retail.

Intento ver todas las exposiciones que puedo tanto en persona como a través de internet, pero no tengo un referente claro a quien seguir.

¿Qué exposición sueñas con diseñar?

Tras la II Guerra Mundial, el MOMA y el gobierno de los Estados Unidos idearon una exposición de fotografía con el objetivo de mostrar los valores que unen a los seres humanos, por encima de fronteras o ideologías. Se tituló ‘The family of man’ y recibió unas críticas terribles por parte de la comunidad especializada, sin embargo tuvo tal éxito entre el público que estuvo itinerando por todo el mundo durante casi una década. Este proyecto englobaba muchas de las claves en las que se basan las exposiciones de hoy en día, pero sobre todo dejaba claro que las exposiciones son para que las disfrute todo el mundo y para que tengan una vida lo más longeva posible.

¿Qué le recomendarías a un diseñador de exposiciones novel?

Que vea muchas exposiciones, que las olvide y que confíe en su intuición.