A pesar de la diversidad de formatos y planteamientos presentes en toda la obra del artista argentino, podemos identificar algunas claves, estrategias e influencias que definen el conjunto de su trabajo:
Arquitectura y estudio del espacio. Y es que la obra de Erlich se encuentra íntimamente relacionada con los procesos y formas de expresión propias de la arquitectura. El dominio de los usos del espacio y la reflexión en torno a su conceptualización están presentes en la mayoría de sus piezas.
Lo ilusorio. El artista construye escenas y lugares, pero a la vez paradojas visuales, un recurso que le ha llevado a ser conocido como el “arquitecto de lo incierto”. En todas sus obras hay siempre un truco que el visitante tiene que descubrir.

Habitar lo cotidiano. Incorporando elementos de uso cotidiano (ascensores, mapas, piscinas, probadores, ventanas…), objetos que forman parte de nuestro imaginario colectivo, resignificados en su obra. De ese modo, Erlich construye nuevas narrativas que derrumban los esquemas con los que interpretamos la realidad.
Simplicidad, accesibilidad y diversión. La mayoría de sus piezas son imágenes, espacios y ambientes abiertos a la posibilidad de infinitas interpretaciones. La accesibilidad y la simplicidad son fundamentales a la hora de abordar su obra.
Influencia del cine. Sus referencias principales vienen de esta disciplina. Nunca ha ocultado su atracción por Hitchcock, Polanski y Lynch. De ellos toma el uso de lo cotidiano como escenario donde crear un mundo de ficción.
Referentes en la literatura. Su obra no puede ser entendida sin hacer alusión al escritor argentino Jorge Luis Borges. De él toma la forma en la que multitud de escenas coexisten y la insinuación de que hay una realidad más allá de la que conocemos.
Contemplación vs experiencia. En Changing Rooms el espectador penetra en un laberinto e interactúa con el espacio y el resto de visitantes. En Nido de las Nubes, el autor nos invita a una contemplación tranquila y una reflexión en torno a los sistemas de representación.