“A principios del siglo XX el debate era si la fotografía era o no un arte. Ahora, estamos a comienzos del XXI y el debate es si la fotografía es el arte del siglo XX; es decir, el arte que mejor recoge las ideas y el pensamiento de ese siglo”. Esta es la reflexión de Ramón Esparza, crítico de arte, profesor de Teoría de la Comunicación Audiovisual en la Universidad del País Vasco y comisario de la exposición Fotografía Contemporánea en la Colección Telefónica, que podrá verse en el Espacio Fundación Telefónica desde el 24 de octubre al 2 de marzo de 2014.
Las más de 50 obras expuestas recorren la historia de la fotografía desde los años 70 hasta la actualidad a través de dos corrientes y de dos obras como punto de partida: Overpass de Jeff Wall y Hong Kong Port de Andreas Gursky. La propia arquitectura diseñada para la exposición obliga al visitante a elegir entre estas dos rutas: la de la Escuela de Düsseldorf o la del posmodernismo americano, rutas que, a medida que se avanza en el recorrido, se van matizando y viendo influidas por otras corrientes.
Esparza nos cuenta cómo estos nuevos movimientos artísticos tratan de reflejar lo que ha estado ocurriendo en el mundo, no sólo en el ámbito de la producción fotográfica, sino en nuestras propias complejidades como sociedad. “El arte refleja la vida y la creación fotográfica es tan compleja como nuestro propio mundo”.
Para mostrarnos esta complejidad, Esparza pone la obra After Gerhard Richter de Vik Muniz como ejemplo de lo que ocurre en el seno del posmodernismo. Vik Muniz toma un cuadro del artista alemán Gerhard Richter (que se caracterizaba, entre otras cosas, por pintar fotografías, con todo lo que ideológicamente ello implica), la pixela con Photoshop, la construye con piezas de Pantone como si se tratara de un puzle y, finalmente, fotografía esta reconstrucción. “Son cinco pasos que buscan la construcción y deconstrucción de una imagen”. Sin embargo, más allá de su complejidad, es una metáfora de lo que está ocurriendo hoy día en el seno de la sociedad y la fotografía: “Es algo cotidiano, algo que está sucediendo continuamente en la actualidad: alguien hace una foto, la cuelga en Internet, otro la coge, la manipula, la sube a su web; un publicista se fija en ella y la reproduce…”
De hecho, Esparza cuenta la revolución que supone que una obra pase de estar expuesta en un museo cumpliendo una función concreta, a que todo el mundo pueda experimentar la fotografía desde su teléfono móvil y con nuevas herramientas tecnológicas. “Actualmente, la imagen es información digital. Es un proceso de continua reelaboración en el que todo el mundo participa. Hoy en día no es suficiente tener una cámara en el teléfono, ahora, además, disponemos de un software que cambia instantáneamente el aspecto de la imagen a través de filtros. Ya no nos sentimos satisfechos ante una imagen convencional: hoy en día buscamos la transformación”.
“La exposición Fotografía Contemporánea en la Colección Telefónica es un epílogo del siglo XX”, cuenta Ramón Esparza. “Muchas veces decimos que no entendemos una fotografía. Cuando salimos a la calle ocurre lo mismo: tampoco entendemos todo lo que nos pasa, y máxime en un país como el nuestro en el que estamos en un momento de crisis moral”. Él asegura que “el arte es un reflejo de la vida, y la fotografía está reflejando el momento tan complejo que estamos viviendo. Japón ya no está tan lejos: está ahí mismo, y todos lo podemos conocer gracias a los medios de comunicación y la imagen”. De este modo, Esparza concluye en su interpretación sobre la fotografía que “el papel del fotógrafo es mostrar lo que ocurre en nuestra sociedad a través de imágenes y el papel del espectador es descifrar esas claves para entender muchos de los ejes que hoy en día empujan y mueven nuestra sociedad”.
Carlos Rodríguez Tomás.