Nuria Giménez: “Lo que he buscado con esta obra es poner en valor el Archivo Histórico de Telefónica y el foco en las personas relacionadas con la compañía”
A la cineasta Nuria Giménez (Barcelona, 1976) su pasión por el cine le viene de su compañero de profesión Isaki Lacuesta y su devoción por el material del archivo, de su abuelo.
Giménez participa en la exposición ‘Miradas que comunican’, junto a cinco artistas y colectivos creativos nacionales que reinterpretan el Patrimonio Histórico y Tecnológico de Telefónica desde una disciplina artística. La cineasta, nominada a dos premios Goya, rinde su propio homenaje a la compañía y a las personas que la han hecho posible a través de ‘Diálogos en el tiempo’, una pieza que hace un recorrido audiovisual por el archivo de Telefónica, que abarca desde los años 20 hasta los 90.
Puedes visitar su obra en la exposición ‘Miradas que comunican’, en la planta 4 de Espacio Fundación Telefónica, hasta el 12 de enero de 2025 y descubre más sobre ‘Diálogos en el tiempo’ en esta entrevista.
¿De dónde viene tu interés por el cine y la producción audiovisual?
De un curso que hice, en 2008, con el director de cine Isaki Lacuesta. Fascinante y maravilloso.
¿En qué momento incorporas los materiales de archivo a tu trabajo y qué papel han jugado en ‘Diálogos en el tiempo’?
Cuando descubrí las bobinas que tenía mi abuelo empezó mi interés por el material de archivo. Y a partir de ahí, la pasión y fascinación por ese tipo de material han ido en aumento.
¿Qué destacarías del Archivo Histórico de Telefónica?
El Archivo Histórico de Telefónica es fascinante en el sentido de que es un recorrido por todo el siglo XX. A mí, particularmente, las imágenes de los años 20 y los años 30 son las que más me gustan, pero hay también cosas de los años 70 y 80 que nos dicen mucho también tanto del pasado como del presente, ¿no? De dónde venimos y dónde estamos ahora.
¿Cuál ha sido el propósito de la obra que has realizado para ‘Miradas que comunican’?
Lo que he buscado, sobre todo, es poner en valor el archivo de Telefónica y poner el foco en las personas que, de alguna manera, tienen o han tenido relación con la compañía: los usuarios, las personas empleadas, los accionistas… También situar en el centro la comunicación, que al final es de lo que trata la exposición.
Asimismo, la idea también era hacer un recorrido histórico. Las piezas están puestas en orden cronológico y van desde los años 20, con la construcción del edificio de Gran Vía 28 que se levantó entre los años 1926 y 1929, hasta los años 90, con una representación del rol de la mujer en la sociedad española a través del lenguaje publicitario y la película La Cabina (Antonio Mercero, 1972), que es una de mis favoritas.
¿Y cómo influye la tecnología en tu proceso de creación artística?
En mi caso, la tecnología no es mi fuerte. A mí lo que me gusta es el material de archivo, el material antiguo, poder tender un puente entre el pasado y el presente a través de esas imágenes y de su sonorización. También jugar con la doble pantalla me ha permitido mucho ese diálogo entre imágenes para crear un nuevo significado y contraponer distintas épocas entre sí, pudiendo hacer este recorrido en el tiempo y en la historia del país tocando diferentes aspectos en cada caso.
Aun así, la tecnología en cierto modo ha estado inherente en todo el proceso, ¿verdad?
La tecnología me ha ayudado especialmente en el tema del montaje. Tengo que hacer mención específica a Jonathan Darch, que es el sonidista, y a Federico Delpero, que es quien ha hecho la posproducción de imagen. Ellos son los que me han ayudado más con esa parte más técnica.