Exposición Historia de las telecomunicaciones

Seguramente habrás tenido uno en tu casa. El teléfono Domo podía ser blanco, negro o azul, con un auricular curvado que reposaba, más o menos, sobre la mitad de la base. Un objeto que respiraba modernidad –en la España post Barcelona 92– y llegaba rutilante a los hogares españoles para quedarse.
A mediados de los 90, el papel del teléfono fijo de mesa en los domicilios estaba en declive debido al auge de los dispositivos inalámbricos. En ese claro momento de cambio Telefónica decide encargar el diseño de un nuevo teléfono que asumiera protagonismo dentro de los hogares como un objeto funcional y decorativo, claro.
Sería el teléfono que iba a eliminar al anterior modelo, el Forma.

Y el Domo fue el dispositivo ganador de un concurso internacional al que la empresa de telefonía invitó a participar a seis reputados profesionales el diseño. El teléfono llamado a revolucionar la telefonía doméstica fue finalmente obra de Alberto Corazón (Madrid, 1942) uno de los diseñadores españoles más emblemáticos. Se fabricaron nueve millones de unidades en su primer lanzamiento.

Su nombre, y la parte posterior del nuevo dispositivo se inspiró en una auténtica domus romana. Era una pieza elegante y muy sencilla de uso; un teléfono tan intuitivo que a pesar de todas esas novedosas funciones no necesitaba manual de instrucciones. Y es por esto que se evitó en su diseño el uso de pictogramas: directamente este modelo usaba texto en las teclas de funciones.

Para verificar la facilidad de uso se hicieron distintas pruebas con personas de todas las edades. Los ensayos ergonómicos fueron exhaustivos, se buscaba funcionalidad total y la posibilidad en el manejo de zurdos, personas con dificultades en la firmeza del pulso y niños pequeños.

La idea de Alberto Corazón era además la de crear un teléfono con múltiples posibilidades de color para que así el abonado pudiese elegir la gama que más le gustase, pero al final se descartó la idea pues eso aumentaba mucho los costes de producción.

En 1999, a punto de terminar el siglo XX, el modelo Domo supuso la introducción de una serie de nuevos e innovadores servicios para el abonado (identificación de la llamada, llamada en espera, llamada a tres, contestador, desvío). De ser un simple transmisor de conversación entre dos personas, el teléfono pasó a convertirse en un pequeña central de comunicación que recibía y emitía mensajes, memorizaba números, permitía conversaciones a tres bandas, llamaba automáticamente a servicios de emergencia… Adicionalmente, disponía de tres botones de colores con diferentes accesos directos, entre los cuales figuraba el número de emergencias 112.

Era el primer teléfono inteligente que eliminaba al modelo pasivo.

Por Adriana Herreros

*El Espacio Fundación Telefónica acoge una retrospectiva de la obra de Alberto Corazón con piezas que abarcan desde los años 60 hasta el 2015. La muestra, comisariada por Ana Arambarri, recoge creaciones que forman parte de la cultura de la España actual. Puedes visitar Alberto Corazón. Diseño: La energía del pensamiento gráfico. 1965-2015 hasta el 4 de octubre en la tercera planta del Espacio.