Los Karakuris, las piezas con las que abrimos este blog con la excusa de nuestra exposición ‘Nosotros, Robots’, son realmente apasionantes y carismáticos. Muestran el interés del hombre por las máquinas y los autómatas desde la antigüedad y siglos pasados y, además, son auténticas maravillas estéticas. Te invitamos a conocer más sobre ellos.
*Imagen: Los dos Karakuris que puedes encontrar en la muestra.
Los Karakuris, en concreto, son robots japoneses del tipo autómata. Funcionaban con complejos mecanismos basados en levas, engranajes y cuerdas y estaban construidos principalmente en metales nobles. Su apogeo data entre los siglos XVII y XIX y fueron utilizados tanto en la nobleza (Zashiki Karakuri) como en teatro (Butai Karakuri) y festividades religiosas (Dashi Karakuri). Hoy todavía se conservan algunas unidades totalmente funcionales como los Kokuritsu Kagaku Hakubutsukan del Museo Nacional de Ciencia de Tokio.
Así funcionan
En la exposición ‘Nosotros, Robots’ contamos con dos réplicas de. Una de ellas es uno de los más famosos Zashiki Karakuri, utilizado por los anfitriones de la nobleza para sorprender a sus invitados con este autómata capaz de servir el té.
El robot lleva un mecanismo de madera y cuerda y se activaba al depositar en la bandeja que lleva en las manos la taza de té. En ese momento el autómata comienza a moverse hasta el huésped (mueve los pies como si caminara), se detiene ante él y le ofrece el té bajando la cabeza. Una vez el invitado coge su taza de té, el autómata da media vuelta y regresa a su punto de origen.
*Fuente: Pablo Medrano – Casual Robots