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Exposición William Klein. Manifiesto
Presentamos esta muestra monográfica que reafirma la obra visionaria de William Klein como una de las más destacadas del siglo XX y, sobre todo, pone de relieve una visión clara y feroz del núcleo de la sociedad moderna.
Visitas comentadas: *Libres sin reserva previa [a partir del sábado 15 de junio de 2019]: Martes: A las 10:30 y 17:00 Jueves: A las 10:30, 12:00 y 17:00 Sábados: A las 10:30 Visitas concertadas con reserva previa: +info
Presentamos esta muestra monográfica que reafirma la obra visionaria de William Klein como una de las más destacadas del siglo XX y, sobre todo, pone de relieve una visión clara y feroz del núcleo de la sociedad moderna.
*Crédito: William Klein. ‘Salida de la escuela’, Dakar, 1963 (pintada en 2000) © William Klein 2019
«Si tus fotos no son lo bastante buenas es que no te has acercado lo suficiente». A William Klein siempre le ha gustado esta famosa frase del fotógrafo Robert Capa. Tal vez sea esta máxima la que le ha impulsado a estar «lo bastante cerca» de sus sujetos desde el principio y sin reservas.
William Klein (Nueva York, 1928) revolucionó la historia de la fotografía, estableciendo las bases de una estética moderna que todavía pervive: una estética en contacto directo con una sociedad de posguerra aun por reconstruir, imaginar, soñar. La muestra monográfica ‘William Klein. Manifiesto‘ constituye la primera gran retrospectiva de Klein en nuestro país. Dentro del marco del festival PHotoEspaña, la exposición propone unir todos los segmentos de la obra pictórica, fotográfica, gráfica y cinematográfica del artista. Y (re)descubrir a su paso las siluetas del boxeador Mohammed Ali bailando en el cuadrilátero o del judoca Shinohara luchando a puñetazos: todas las figuras de la libertad atravesando un siglo cacofónico y apasionante.
Klein inicia sus exploraciones fotográficas a principios de los 50, centrándose en la sombra y la luz, fundamentos de la fotografía. A los 20 años se traslada a París, donde centrará sus esfuerzos en construir su propia colección de pinturas abstractas. Este Klein pintor hace suyo el medio fotográfico, utilizándolo para extender el alcance de sus abstractos. Pero, pronto, su mirada se volverá hacia la multitud: hombres, mujeres, adolescentes, ancianos, niños, trabajadores, aristócratas… En otras palabras, el ser humano.
Comisariada por Raphaëlle Stopin, la exposición ‘William Klein. Manifiesto’ tiene como objetivo, a través de 245 obras y documentos, desplegar todas las vidas creativas de Klein: sus muy tempranas –y muy poco vistas– pinturas, sus experimentos fotográficos abstractos, sus series de grandes ciudades, sus contactos pintados, su trabajo para revistas de moda, sus películas y proyecciones… Esta muestra propone unir todos los segmentos de la obra pictórica, fotográfica, gráfica y cinematográfica del artista William Klein; un compendio de obras que se nutren unas de otras en una conversación constante y duradera.
La muestra reafirma así la obra visionaria de Klein como una de las más destacadas del siglo XX y, sobre todo, pone de relieve una visión clara y feroz del núcleo de la sociedad moderna. Los múltiples rostros reflejados en las obras narran la historia de una humanidad cosmopolita, ruidosa, alegre, vivida y observada por un hombre que se regocija sin descanso en su embriagador movimiento.
Hay algo que recorre la obra de William Klein: la línea, que conecta y estructura, que brota y corre. Geometría urbana y geometría humana. La estética de William Klein nos habla de un siglo en movimiento, un siglo de cambios, creaciones y revoluciones. Siempre ubicado en el centro, cerca del foco para captar mejor las líneas de tensión, construyó durante una década (la de 1950) estos grandes conjuntos en el corazón de Nueva York, luego en Roma, Moscú y Tokio, que hoy son monumentos de la historia de la fotografía.
Siempre en movimiento, la fotografía acompaña a la multitud y se mezcla con ella. Aquí invita al juego a un niño y allí interpela a una pareja en moto. Vespas circulando por el macadán, luces de neón que se extienden en la noche de Broadway: la era contemporánea está en marcha. Con él pronto se descubre la sociedad del espectáculo. Klein también estará allí, trabajando para la televisión y fotografiando para la prensa de moda hasta que el cine venga a llenar el deseo de movimiento del fotógrafo.
Un ojo americano y otro europeo
Nacido en Nueva York en 1928, en el seno de una familia de inmigrantes judíos húngaros, creció en el barrio irlandés de Manhattan. A los quince años se inscribió en el City College de Nueva York para estudiar Sociología. Durante la ocupación alemana trabajaba como operador de radio, realizaba dibujos animados para el periódico militar y jugaba al póquer, lo cual le permitió ganar una cámara Rolleiflex.
En 1947 se traslada a París para estudiar en la Sorbona y esta será su catapulta internacional, llegando a exponer en 1951 en Milán. En 1954 regresó a Nueva York durante unos meses. Fue entonces cuando conoció a Alexander Libermann, director artístico de la revista Vogue, que, impresionado por sus fotografías abstractas, le ofreció un contrato. Klein revolucionó la fotografía de moda con su innovador método, consistente en colocar maniquíes en la calle. Al mismo tiempo, su actividad en la revista le permitía financiar un proyecto personal: fotografiar a la ciudad y a los neoyorquinos de forma etnográfica, «como un antropólogo trataría a los zulúes».
De ese proyecto nacerá la idea de una especie de diario de su regreso a casa «a través de un ojo americano y uno europeo». Inicialmente, el libro solo se publicará en Francia. Los editores estadounidenses no reconocen en las fotografías de Klein la imagen que ellos quieren proyectar de la alta sociedad neoyorkina, más blanca, aburrida y distante. No obstante, el libro se erigió como un monumento propio y las ediciones italiana, británica y japonesa siguieron de cerca a la francesa, recibió el premio francés de fotografía Nadar.
Para Klein, Nueva York –sus idiosincrasias, sus barrios, sus carnavales y sus excesos– representa una tierra exótica que le corresponde a él explicar. Klein toma las calles, se mezcla con la multitud, recorre las aceras de Harlem, el Bronx o la Quinta Avenida. Sus fotografías no son posados ni se toman a escondidas. Son cercanas, personales. Klein rompe la distancia impuesta por la tecnología y las normas sociales. Se acerca tanto al sujeto que el gran angular lo deforma, y estos accidentes visuales desembocan en un lenguaje fotográfico original y expresionista, germen de la llamada «fotografía callejera». Para Klein, la calle se convierte en un escenario vasto y generoso, un circo al aire libre en blanco y negro. A través de su mirada bicultural, Klein nos mira, directamente, a los ojos.
El centro Georges Pompidou de París, el Tate Modern de Londres, el Fotografiemuseum Amsterdam, el Botanical de Bruselas, el C/O Berlín, el Palazzo della Ragione de Milán o el 21-21 de Tokio son algunos de los centros culturales que han albergado la vasta y heterogénea antología de Klein. Y ahora, del 7 de junio al 22 de septiembre, en la tercera planta de Espacio Fundación Telefónica.
Programa de talleres y actividades paralelas
- La exposición ‘William Klein. Manifiesto’ va acompañada además de un programa de talleres elaborado por nuestro equipo educativo. Hay talleres para todas las edades y la inscripción es gratuita. Consulta aquí todos los detalles.
- Buscando a Klein en la Instagramers Gallery. Os invitamos a buscar, crear y compartir imágenes inspiradas en la obra de este maestro de la fotografía, a recorrer las calles y viajar en busca de nuevas geometrías, urbanas y humanas, de cambios y revoluciones de lo cotidiano.