El cubismo más allá del cubismo. El cubismo supo continuarse y transformarse.

A partir de 1916, Picasso compartió su interés por el cubismo con la definición del nuevo clasicismo y con su trabajo para los ballets rusos. Braque había sido herido en el campo de batalla. Kahnweiler se encontraba en el exilio. Juan Gris asumió el liderazgo y la continuidad del cubismo.

Gris, Huidobro, Metzinger y Blanchard se mantuvieron en contacto. Gleizes, antes de regresar a Francia, vino a coincidir con los intereses plásticos de los creadores antes citados. André Lhote, desde su independencia personal,sintonizó con la nueva situación.

Los años comprendidos entre 1916 y 1925 fueron los años de mayor producción teórica por parte de Gris, Gleizes, Lhote y Metzinger.

El nuevo cubismo redefinió el concepto de pintura pura. A través de la síntesis de la forma buscó un nuevo punto de encuentro entre la concepción plástica y la transmisión de contenidos figurativos, utilizó la geometría humanizándola, recreó las cualidades del color, superpuso formas planas coloreadas para dar sensación de espacio y profundidad y utilizó puntos de vista frontales o sobrealzados complejos para introducir la presencia de la sensación del devenir temporal.

Nunca antes la pintura cubista había tenido tanto aire de familia, si bien el clasicismo moderno y la abstracción anicónica actuaron siempre como poderosas líneas de fuga y atracción.

Continúa el recorrido virtual por la exposición: Identidades del cubismo