Bill Viola (Nueva York, 1951) es reconocido internacionalmente como uno de los artistas más destacados de nuestros tiempos y uno de los grandes pioneros del videoarte. Con una trayectoria artística de más de cuatro décadas, sus obras están plagadas de elementos simbólicos, referencias a la espiritualidad y al mundo del arte, y centradas en cuestiones universales como el nacimiento, la muerte y el paso del tiempo”.
Así, sus trabajos abren camino a los sentidos para vehicular sentimientos y generar estados de ánimo. En sus creaciones sin palabras la imagen se siente, se escucha, remueve y desvela profundas emociones. El movimiento ralentizado y en bucle sumerge al espectador en un mundo interior, profundizando en las experiencias fundamentales de la existencia para «despertar el alma». Sus obras, de una intensidad y una belleza extraordinarias, son únicas y siempre nos conmueven.
La muestra ‘Bill Viola. Espejos de lo invisible’ –comisariada por la directora del Bill Viola Studio Kira Perov– ofrece un amplio recorrido por la trayectoria del artista, que ha evolucionado paralelamente al desarrollo de la tecnología del vídeo a lo largo de los últimos cuarenta años, y recoge una selección de más de veinte obras significativas. La exposición abarca así piezas de los setenta como ‘The Reflecting Pool’ (1977-1979), en las que Viola explora, usando su propio cuerpo, las posibilidades que puede ofrecer la imagen electrónica, hasta la actualidad con cuatro obras de la serie ‘Mártires’ (2014) donde incorpora la tecnología más puntera realizando producciones muy complejas con actores y sofisticados efectos de cámara. El uso de técnicas como el slow motion o cámara lenta y el montaje en bucle permiten al espectador ver en detalle la acción y la expresión de las emociones en las caras de sus actores, revelando así su mundo interior.
Organizada por Fundación Telefónica y Fundació Catalunya La Pedrera –podrá verse en la planta 4 del Espacio Fundación Telefónica del 26 de junio de 2020 al 10 de enero de 2021–, la exposición muestra el proceso de búsqueda del sentido de la condición humana y la transitoriedad de la vida.