Después de tres meses en el Espacio Fundación Telefónica, las bestias de playa de Theo Jansen se disponen a abandonar Madrid, rumbo a Chicago. No sabemos cuándo regresarán a España estas impactantes esculturas cinéticas, pero su partida no tiene por qué convertirse en una despedida: hay una manera de conseguir que las bestias sigan entre nosotros. De hecho, hay varias. Las Strandbeest ya no dependen de su inventor para reproducirse, y por todo el mundo un sinfín de personas cuenta ahora con sus bestias de playa particulares. Tú también puedes contribuir a la supervivencia y evolución de esta especie, y aquí te damos tres opciones para conseguirlo.
• Cómprala
La manera más rápida y sencilla de tener a tu propia Strandbeest es comprándola. Theo Jansen cuenta con unos mini kits que te permiten montar tu criatura preferida en 90 minutos, a la venta en su web. Es improbable que estas pequeñas bestias sobrevivan en la playa, pero seguramente se encuentren muy cómodas en tu estantería o tu mesilla de noche.
• Imprímela
Otro método de reproducción de las bestias es a través de la impresión 3D. Puedes diseñar tu Strandbeest pieza por pieza, o imprimir las que otras personas ya han creado. Si no tienes una impresora 3D en casa y no tienes acceso a una en tu centro de estudios, busca en tu ciudad una imprenta 3D.
• Fabrícala
Si estás buscando un reto mayor, puedes construir una bestia de playa con tus propios medios. Distintas personas alrededor del mundo han creado bestias con piezas de Lego, bestias a pedales o incluso Strandbicicletas, pero si buscas algo más sencillo puedes hacerla con papel y varas de bambú. Lo importante es seguir la fórmula que Jansen utiliza para las patas de sus bestias. Aquí tienes una introducción a su estructura, aquí un artículo (en inglés) que analiza en profundidad el mecanismo, y aquí un tutorial paso a paso de la construcción de una Strandbeest.
Al propio Jansen le fascina la idea de que sus bestias puedan evolucionar gracias al ingenio y al esfuerzo de otras personas, por eso nunca ha buscado ocultar el secreto de las patas, que explica incluso en su web. De hecho, si finalmente terminas convirtiéndote en dueño de tu propia Strandbeest, no dudes en twittearla mencionándole a él (@StrandBeests) y a nosotros (@EspacioFTef), que también estamos echando de menos a las bestias.