«Mi obra habita en la cabeza de cada espectador», Bill Viola
1. Maestro de la imagen en movimiento. Precursor de la videocreación y figura clave en esta disciplina (con el permiso de su maestro, el surcoreano Nam June Paik). Bill Viola comenzó a experimentar con vídeos/películas, con el uso de la imagen proyectada y con un modo de representación pictórico-digital desde la década de 1970. Ha creado instalaciones, entornos sonoros, proyecciones de vídeo y obras para conciertos, óperas y espacios sagrados (sí) durante más de cuarenta años. Interesado en el misticismo, la poesía y las filosofías –de Oriente y de Occidente– Viola ha aprovechado todas las posibilidades técnicas del vídeo para indagar acerca de la condición humana, el nacimiento y la muerte, o los procesos de cambio, renacimiento y transfiguración, sus temas recurrentes.
2. En búsqueda de la espiritualidad. Inspirado en pinturas y frescos, muchas de sus obras en vídeo emulan cuadros clásicos de temática religiosa-espiritual tanto por su composición, como por el uso del color y la luz. La búsqueda y representación de la espiritualidad en las instalaciones de Bill Viola bebe directamente del clasicismo renacentista y del arraigo de la tradición judeocristiana que tanto ha marcado la historia del arte europeo desde la Edad Media. Y sigue haciéndolo en nuestros días.
3. El Renacimiento (electrónico). Bill Viola ha reconocido alguna vez que su primer encuentro con el Renacimiento florentino, durante un viaje a Italia, se produjo en los setenta, en sus años de formación, y que una residencia en el Getty Center de Los Ángeles, ya en 1998, acrecentó su pasión con el arte de este periodo. Y es que el autor es un entusiasta renacentista y gran defensor de las ideas humanistas. Interesado por ese movimiento cultural clave en la historia de la pintura, y deslumbrado por el expresivo uso del cuerpo por parte de los maestros renacentistas para expresar y transmitir estados emocionales y espirituales, aborda muchos de sus trabajos como verdaderos cuadros renacentistas en movimiento.
4. El elemento líquido. De niño estuvo a punto de hundirse para siempre en las aguas de un lago. Pero fue rescatado. Esa experiencia, curiosamente, no dejó una marca dramática en su memoria, de hecho, el agua se convirtió en un tema recurrente en toda la obra de Viola. Y es que el agua es una metáfora de muchas de nuestras experiencias vitales. En la obra de Bill Viola representan desde la vida (líquido amniótico), la transformación (purificación), la ilusión (refracción y reflexión), la muerte (por ahogo), o ese lugar de tránsito de entre la vida y la muerte.