Obras llenas de luz
Entre concierto y concierto, Javier Perianes también encuentra un hueco para hablarnos del gran Béla Bartók. “Fue sin duda un revolucionario, un transgresor y uno de los compositores más relevantes del siglo XX”. Recuerda que “la asimilación de elementos folclóricos húngaros, su potencia rítmica y su enorme capacidad como orquestador son algunas de sus innumerables señas de identidad”.
Nos cuenta también el pianista que en el Concierto para Piano No. 3 encontramos un Bartók radicalmente diferente al de sus dos primeros conciertos para piano y orquesta. En él hace “un tratamiento realmente clásico de la forma” y tiene “un tono general más poético y menos escarpado rítmicamente que sus predecesores”. Por otra parte, la describe como “ una obra luminosa, con un segundo movimiento de un recogimiento e intimidad sobrecogedores y con un movimiento final pleno de optimismo y energía”.
Sobre el Concierto para Orquesta, al que Bartók denominó así en lugar de sinfonía por la forma en que trata cada sección de instrumentos, el gran maestro granadino dice que es una de las obras cumbres de la historia de la música. Para él es “una celebración de todas las posibilidades técnicas y compositivas” de las que es capaz cada instrumento, cada familia, la orquesta como tal. “Es una obra en la que la orquesta es el instrumento solista y tiene unos movimientos muy contrastantes, muy marcados”. Además, en ella se despliegan de “manera ejemplar” todas las posibilidades técnicas expresivas de la que es capaz la música y la época. “Todo, sin dejar de ser una obra muy comprometida con la estética y que conecta mucho con el público”, puntualiza.
El gran momento de los españoles
Hoy, tanto Pablo Heras-Casado como Javier Perianes pertenecen a una generación de músicos españoles que triunfa en el mundo entero. El primero es el principal director invitado del Teatro Real, también director del prestigioso Festival de Granada y de la Orchestra of St. Luke, entre otros grandes reconocimientos en su haber. El segundo, discípulo de Daniel Barenboim, fue galardonado con el Premio Nacional de Música en 2012 y ha acompañado a las orquestas más prestigiosas del mundo.
“Es un momento muy bonito porque en los últimos 30 años se han dado las condiciones para que podamos formarnos, aprender y desarrollar las ganas y el talento”, cuenta Heras-Casado. “Así, de una forma natural -y aunque no haya sido fácil- se han dado casos como el de Javier, el mío, y el de muchos otros. Hoy no me extraña en absoluto que entre las filas de una orquesta internacional haya un español en cualquier posición”.