Exposición Joaquín Torres-García: un moderno en la Arcadia
20.06.2016

Pérez-Oramas: «Los ecos de Torres-García son incontables»

Facebook twitter

Fundación Telefónica coproduce junto con el MOMA de Nueva York y el Museo Picasso Málaga una retrospectiva de Joaquín Torres-García, una nueva y refrescante lectura de la obra del autor uruguayo. Hablamos con el comisario de la muestra, Luis Pérez-Oramas, sobre la individualidad de un artista que elude la clasificación.

 

Facebook twitter
  • La premisa, el punto de partida de esta retrospectiva es que Joaquín Torres-García era, es ‘Un moderno en la Arcadia’. ¿A qué hace referencia exactamente el título de la muestra?

oramas

Luis Pérez-Oramas– Torres encarnó una tipología intelectual moderna que, contrariamente a la idea recibida del artista moderno puramente hipnotizado por la idea y por el mito de un progreso incesante, creía en la necesidad de repensar el tiempo, repensar la temporalidad. Así se comprende, además, su personal interés por la idea de alcanzar un estadio primal de las formas, una infancia de las formas, de la representación, elemento por lo demás general a la modernidad. Un estadio arcádico de las formas. El hecho de que –circunstancialmente- Torres iniciara su carrera evocando literalmente la edad dorada de una humanidad naciente y mediterránea no deja de multiplicar las resonancias de este tema.

  • Esta retrospectiva es una nueva y refrescante lectura de la obra del autor uruguayo. ¿En qué consiste esa nueva lectura? ¿Qué aporta, en qué se diferencia de otras retrospectivas, de otras aproximaciones más tradicionales a la obra del artista?

Luis Pérez-Oramas– Toda exposición es una opinión, una mirada hipotética. Hemos querido mostrar un Torres-García esencial. Hemos seleccionado aquellas obras que nos lo muestran cada vez en el instante de la decisión y de la inminencia de un cambio, de un desplazamiento o de una nueva invención. No es esta la muestra demostrativa de una escuela o de un estilo: no es la muestra del Universalismo Constructivo ni de la ortodoxia torresiana. Hemos acentuado dos momentos de búsqueda y encuentro: el período 1924-1934, que es el de la invención moderna torresiana, del filtraje de todos los lenguajes de vanguardia a su idiolecto brutal y primitivo; y el período 1935-1943 que es el de la ‘gran manera abstracta’ torresiana, en de la síntesis de lo abstracto y lo concreto.

  • El argumento visual de esta muestra es semejante al del MOMA y con un número de obras similar, unas 170 piezas. ¿Alguna diferencia considerable en este montaje respecto al de Nueva York?

Luis Pérez-Oramas– Es básicamente la misma muestra, con algunas adiciones importantes y con substituciones significativas –el fresco de Terrassa, algunas maderas de los años 30–. Pero cada espacio ofrece nuevas posibilidades y en Fundación Telefónica la muestra es menos lineal, menos densa: más espaciada, más anclada en series distintas de obras, en pequeños grupos de familiaridad estética.

  • "El Universalismo constructivo: la tentativa por generar un lenguaje de validez universal basado en el esquematismo de la modernidad."

    Luis Pérez-Oramas
  • En 1891, a los 17 años de edad, Joaquín Torres-García dejó su ciudad natal de Montevideo para ir a Barcelona, donde se educó como artista ¿Cómo era la Cataluña en la que se forma el artista? ¿Cómo influye esta etapa de su vida en su formación y en su obra? Nos podrías señalar las obras más importante de esa época en nuestra exposición.

Luis Pérez-Oramas– Cataluña y España, fueron claves para Torres. Su formación artística fue catalana. De hecho hacia 1912, cuando recibe el encargo de los frescos de San Jordi, Joaquín Torres-García se convierte en figura central de la modernidad catalana. En esta retrospectiva, mostramos todos los estudios de estos frescos y el fresco que el artista realizó para su casa personal en las afueras de Barcelona, además de las primeras maderas (noucentistas).

  • Hay dos momentos claves en su obra: la época de 1923 a 1933, cuando Torres-García participó en varios de los primeros movimientos modernos de vanguardia europeos, a la vez que estableció su característico estilo pictográfico-constructivista; y de 1935 a 1943, cuando, habiendo regresado a Uruguay, produjo uno de los repertorios más contundentes de abstracción sintética. Nos señalas tus obras más queridas, admiradas de ambos periodos.

Torres-Garcia-autoretratoLuis Pérez-Oramas– Siento una particular atracción por la manera cómo Torres pensaba la pintura desde sus maderas primitivas o abstractas sin distinción jerárquica entre ellas. Del período de los 30, el repertorio de pinturas concretas en grises y blancos y negros es para mí uno de los momentos más significativos de la modernidad en el hemisferio occidental.

  • Para aquellas personas que no estén familiaridad con la obra de Torres-García, ¿cómo definirías la corriente estética creada y desarrollada por el artista uruguayo, el Universalismo constructivo?

Luis Pérez-Oramas– Como la tentativa por generar un lenguaje de validez universal basado en el esquematismo de la modernidad.

  • "Hemos querido mostrar un Torres esencial, hemos seleccionado aquellas obras que nos lo muestran cada vez en el instante de la decisión y de la inminencia de un cambio, de un desplazamiento o de una nueva invención."

    Luis Pérez-Oramas
  • Torres-García era un artista obsesionado por la infancia como concepto filosófico. La idea de poder volver a una infancia de la humanidad, a esa anhelada arcadia. Fue en Barcelona en 1918 donde constituye la Sociedad del Juguete Desmontable junto a Francisco Ramblà. ¿Cómo son esos juguetes, la temática, los materiales empleados, y qué relación guardan con el resto de su obra? ¿Cuándo abandona finalmente Torres-García la elaboración de juguetes? ¿Cuánto hay de escultura en los juguetes, cuánto hay de juguete en sus esculturas?

Luis Pérez-Oramas– Los juguetes fueron para Torres un laboratorio moderno: en su cualidad transformable descubrió que toda forma lo es, que la vida de las formas reside en su transformación incesante.juguetes-torres-garcia

Te decía que una de sus obsesiones era aquella típicamente moderna por alcanzar la “infancia de las formas”. Pues bien: todo empezó o pudo comenzar gracias al laboratorio de sus juguetes. Como Torres decía a Barradas en una carta de juguetes y esculturas: son una y la misma cosa.

  • Joaquín Torres-García era un moderno primitivo. ¿Cuál es el legado actual, la importancia de su obra en el arte contemporáneo? ¿Y en el arte latinoamericano? ¿Algún autor/autores actual donde su influencia sea especialmente clara?

Luis Pérez-Oramas La claridad con la cual Torres desmontó las jerarquías de los mitos modernos, la rotunda comprensión que no existe primacía de lo abstracto sobre lo concreto o figurativo, la voluntad por alcanzar una gravedad básica, brutal, ruda, precaria; la idea de que un artista no sigue caminos sino que está llamado a ser él mismo (o ella misma) su camino hacen de Torres un contemporáneo nuestro. Autores, de Louise Bourgeois a Rafols Casamada y Jean-Michel Basquiat, los ecos de Torres-García son incontables.

  • Retos, dificultades, hallazgos y logros a la hora de enfrentarse a esta retrospectiva.

Luis Pérez-Oramas Ser, a la vez, sintético en la revisión de toda la obra de un artista y exhaustivo en su relato expositivo es siempre un desafío. Creo que lo hemos logrado.

La exposición Joaquín Torres-García: un moderno en la Arcadia podrá disfrutarse hasta el 11 de septiembre de 2016 en la planta 3 del Espacio Fundación Telefónica.

Por Víctor Navarro y Adriana Herreros