Espacio Fundación Telefónica se ha propuesto desde sus inicios el reto de hacer que las tendencias tecnológicas, las voces referentes actuales y la cultura digital lleguen a todos. Quiere que la transformación digital sea democrática y no solo para unos pocos. Por eso traducir todos sus eventos a lengua de signos española es un pequeño gran paso para lograrlo. A través de esta entrevista-reportaje, y con la figura de Gemma como ejemplo, queremos conocer mejor la iniciativa.
Gemma nació en Figueras (Girona), pero vive en Madrid desde 2009. Estudió un ciclo formativo superior de Interpretación de Signos y lleva trabajando como intérprete desde hace 7 años. “Ahora hay una carrera universitaria que aún no se ha promocionado mucho, pero para los de mi generación solo había un ciclo formativo. Eso, más la experiencia que vas cogiendo”, nos cuenta. “El módulo dura dos años. Sales preparado con técnicas, pero es poco. Por eso ahora la carrera de Interpretación [llamada Grado de Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda, que se imparte en universidades como la Rey Juan Carlos] son 4 años. Necesitas práctica, práctica, práctica… “, puntualiza.
¿Por qué decidiste dedicarte a la interpretación a signos?
Por una cosa muy curiosa, me encanta hablar. Además tocaba el piano y me gustaba mucho hacer cosas con las manos. Me dije: “¡Wow, un idioma que se habla con las manos!”. Y así me lancé.
¿Es una profesión que te exige reciclarte?
Totalmente. Al principio tienes que tener mucha paciencia y avisar de que eres novata. La renovación en el vocabulario es constante debido a las nuevas tecnologías y a los términos nuevos asociados a ellas. Ahí tienes que tirar de muchos contactos. Contactar con muchas personas sordas y con otros intérpretes. Preguntarles, “oye, ¿cómo haces esto?”.
Nosotros somos una asociación sin ánimo de lucro llamada Centro SILSEMadrid -Centro Servicio de Intérpretes de LSE de Madrid-. Estamos en contacto con personas sordas y a eso se le une que siempre tienes intérpretes compañeros y amigos, por lo que el feedback es constante. Tenemos un convenio con la Comunidad de Madrid y con ellos atendemos los servicios básicos además de trabajar para particulares como Fundación Telefónica.
«En la lengua de signos tienes un “margen de error” cubierto por el deletreo. Si no conoces el signo de una palabra, la deletreas y luego dices el signo que le vas a poner»
¿Cómo es vuestro día a día?
Estamos disponibles por la mañana y por la tarde. El día antes -o dos días antes- nos mandan un mensaje personalizado en el que nos dicen: “De tal hora a tal hora tienes con tal persona en este sitio. Dos horas después tienes otra cosa en otro sitio y luego, pues lo que sea”.
¿Y qué te ha tocado a ti hoy?
Hoy he tenido un médico de cabecera, luego un dentista, y ahora este evento en Espacio [el evento al que se refiere fue ¡Orgullo ‘Gaymer’!: videojuegos LGTB, celebrado el pasado 4 de julio].
¿Tienes que estar muy al día en términos médicos y tecnológicos?
Intentamos estarlo. En realidad somos un glosario con patitas y si hay algo que no entendemos siempre tenemos que preguntar. En los casos médicos sobre todo, ya que es algo muy delicado.
¿Cómo te has preparado el evento de hoy?
Cuando nos avisan de que tenemos que cubrir uno de los eventos del Espacio lo primero que hacemos es mirar la página web. Normalmente suele estar todo muy bien detallado: ponentes, temática y demás. Después buscamos si hay conceptos que no sabemos.
Me acuerdo de una ocasión en la que hicimos una charla sobre ‘bitcoin’ y, claro, me pregunté: “¿Qué es un bitcoin?” Cuando salen términos o conceptos como este tienes que buscar qué signo le pones si es que no lo tiene.
Entonces, ¿muchas veces sois vosotros los que ponéis los signos?
Eso es. Lo bueno de la lengua de signos es que tienes un “margen de error” cubierto por el deletreo. Es decir, si no conoces el signo de una palabra, la deletreas y luego dices el signo que le vas a poner a partir de ese momento. Así, la otra persona ya sabe que cuando haces ese gesto te estás refiriendo a ese término.
En eventos como Todopoderosos, por ejemplo, en los que pueden hablan sobre Superhéroes, o te gustan un montón o no sabes quién es Wonder Woman en lenguaje de signos. Por eso lo que hacemos es pactar con el compañero qué signo le vamos a poner -ya que normalmente lo cubren dos-.
¿Y cómo consigues ponerle un signo a un término sorpresa que no conoces?
Tirando de inventiva. Muchas veces tienes que crear el signo sobre la marcha porque son palabras espontáneas y no contabas con ellas. Es verdad que el vocabulario de la lengua de signos se ha ampliado un montón, pero hay conceptos para los que es necesario ver qué implica y pensar bastante para que la persona lo entienda.
Por ejemplo, la primera vez que tuvimos un evento con booktubers lo primero fue entender exactamente qué son. Pensé “si el youtuber es el protagonista del vídeo; un booktuber implica que el libro se suma a esa ecuación”.