23.01.2018

Scott Kelly: un año en el espacio

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«231.498,541 kilómetros recorridos; 10.880 amaneceres y anocheceres; 5.440 órbitas alrededor de la Tierra; 340 días en el espacio». Un hito en la historia de la exploración y la curiosidad humana. Un récord de permanencia en el espacio y un punto de inflexión en la carrera espacial. 

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El 27 de marzo  de 2015,  el astronauta Scott Kelly llegó a la Estación Espacial Internacional (EEI) con una misión ignota: pasar un año en el espacio, y descubrir así como el cuerpo humano podría aguantar sometido a la ingravidez, a la radiación y a niveles elevados de dióxido de carbono. En definitiva, para determinar el impacto en el cuerpo de misiones espaciales de larga duración. Para dilucidar si en el futuro un viaje a Marte, un viaje que duraría dos años y medio, sería posible para el ser humano.

Kelly visitó nuestro auditorio para presentar ‘Resistencia‘ (Debate, 2018), el libro donde narra su increíble historia, donde nos revela un entorno absolutamente hostil y nos enumera todos los retos extremos que tuvo que afrontar. En palabras del propio astronauta: «el libro es una experiencia de vida; la memoria emocional de toda esta experiencia. Lo considero, además, una autobiografía, incluso como la historia de la propia NASA

La agencia espacial norteamericana estudió a lo largo de todos esos meses cómo el viaje afectaba a sus condiciones físicas y psicológicas, comparándolas con las de su hermano gemelo (con quien comparte casi un 100% de material genético), también astronauta, que se quedó en la Tierra. Viajar al espacio provoca una pérdida de masa muscular, problemas visuales y trastornos del ritmo circadiano. Sin embargo, nos explicaba Kelly que «mis telómeros (los indicadores de la edad física) son mejores ahora, se han alargado. Han mejorado durante estos meses en el espacio. Igual no se trata de la fuente de la juventud pero se ha observado ese cambio. Y también han descubierto que durante estos meses hay genes que se activan y se desactivan, se desconoce la razón. También somos conscientes de que a mediada que vamos más lejos en el espacio y permanecemos allí más tiempo hay riesgo del cáncer.»

Durante estos doce meses en el espacio el astronauta manejó condiciones muy difíciles: la principal, lidiar con la soledad. Durante la charla en Espacio Fundación Telefónica contó como el libro ‘Endurance. El legendario viaje de Shackleton al Polo Sur’ de Alfred Lansing le ayudó a sentirse mejor. » Hojeaba el libro mientras pensaba en lo que esos exploradores tuvieron que soportar hace casi 100 años. De alguna manera, mi libro es un homenaje a Shackleton y su viaje. Pasaron meses perdidos en témpanos de hielo obligados a matar a sus perros para comérselos y a punto de morir congelados por el intenso frío. Asombrosamente la expedición no perdió ni un solo miembro. Si ellos podían, yo también.»

Scott Kelly desgranó los inconvenientes de su experiencia: «en el espacio no nos duchamos ni nos damos baños. Así que tenía muchas ganas de meterme en agua, de meterme en la piscina. Del sol, de tomar el aire. En el espacio no te puedes sentar. Siempre estás flotando hagas lo que hagas, en la misma posición, sin estar relajado. Uno se relaja frente a la gravedad y ahí no hay. Y es que vivir en ingravidez tiene mucha cosas divertidas, pero comer no es una de ellas. Echaba de menos sentarme en una silla y de disfrutar de una comida y relacionarme con otras personas.»

Durante todo este tiempo, Kelly asegura que sí experimentó una conexión especial con la Tierra. De alguna forma, fue más consciente con los problemas del medio ambiente. El astronauta afirmó preocupado que hay que detener el cambio climático cuanto antes, tomar determinaciones firmes al respecto. «La tierra es increíblemente bella desde el espacio. Es muy azul. Nuestra atmósfera, además, se aprecia claramente y es muy fina, muy frágil. Se ve también la polución. Es devastadora.»

Ante la pregunta de si el hombre pisará de nuevo la Luna, o si por el contrario viajará al planeta rojo, él astronauta respondió que «volver a la Luna solo es un anuncio (de la actual administración americana). No hay  presupuesto o plan o un administrador de la NASA. No me tomo en serio volver a la Luna. No soy muy optimista con el entorno político». En cuanto a viajar a Marte “el reto principal es económico y enfrentarse a la radiación. También durante el viaje. O llegas muy rápido o consigues más protección frente a la radiación”.

Sin embargo, Kelly si veía más factible el turismo espacial, incluso en 15 o 20 meses. «Creo que Virgin Galactic van a ser los primeros en organizar y comercializar este tipo de viajes. Al principio van a ser caros, pero si se hace bien, los precios se abarataran a la larga.»

Coproducida por la Ciutat de les Arts i les CiènciesGeneralitat Valenciana, con la colaboración de ESAINTAINAF y LG, la exposición ‘Marte. La conquista de un sueño’ podría visitarse hasta el 4 de marzo de 2018.

Por Adriana Herreros