25.03.2020

Mensajes no solo en una botella

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Estamos viviendo un momento único y extraordinario en el que la necesidad de comunicarnos ha crecido exponencialmente. El aluvión de mensajes que circula por la red es apabullante. Qué mejor ocasión para reflexionar y conocer la historia y evolución de las formas de comunicación de los seres humanos, desde los primeros mensajes en la antigüedad hasta los actuales Whatsapp.

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Anécdotas sorprendentes, historias curiosas o evocadoras imágenes te permitirán comprender mejor esa necesidad vital de comunicación que tenemos las personas.

¿SMS en la antigüedad?

En el libro X de su Historia Universal, Polibio (204-122 a. C.) utiliza esta frase para explicar cómo funcionaba un sistema de antorchas para comunicarse a distancia. Estamos hablando del siglo II a.C. Este código de Polibio es históricamente el primero que emplea métodos de sustitución: una letra por dos números.

Los mensajeros levantaban las antorchas según un sistema establecido. Emisor y receptor tendían una pantalla grande que les ocultaba y que solo dejaba ver las antorchas cuando las levantaban.

Polibio, antes de indicar cómo usar su código, hace hincapié en que había que intentar escribir el mensaje con el menor número de palabras posibles. ¿Alguien se acuerda de los SMS?

En su sistema cada letra puede ser localizada a partir de su ubicación en unas tablillas que tenían tanto el emisor como el receptor, cinco tablas en las que se repartían las 24 letras del alfabeto griego.

Así, para indicar por ejemplo la A, la primera letra de la primera tablilla, el emisor levantaba una antorcha a la izquierda para indicar que había que ir a la primera tablilla y una antorcha a la derecha para indicar que había que buscar la primera letra. Sencillo y efectivo…

¿Queréis probar a codificar mensajes?

Aquí el Titanic. Nos hundimos

Telegrama del Titanic recibido en el Baltic. @Museum Foundation Post and Telecommunication
Telegrama del Titanic recibido en el Baltic. @Museum Foundation Post and Telecommunication

La noche del 14 de abril de 1912 el buque más grande del momento se hundía tras chocar contra un iceberg. Más de 1500 de los 2224 pasajeros morían ahogados. Solo un barco, el Carpatia, acudía en su ayuda, aunque no era el más próximo al Titanic.

¿Por qué? Aunque en esta época los barcos ya estaban dotados de un moderno sistema de comunicación -la radiotelegrafía-, las normas internacionales no les obligaban a mantener a una persona atendiendo de manera permanente el puesto. Otro barco estaba más cerca, pero su radiotelegrafista dormía y los mensajes desesperados enviados desde el Titanic en los que se decía: “Nos hundimos. Necesitamos ayuda inmediata”, no obtuvieron respuesta.

Este desastre trajo consigo diferentes consecuencias: por un lado la obligación de que el puesto de telegrafista fuera atendido las 24 horas y la revisión cada media hora de posibles mensajes de alerta. Por otro lado, se generalizarían las iniciales SOS como llamada internacional de socorro, sustituyendo las diferentes fórmulas utilizadas hasta el momento según la bandera del barco.

Lindezas dedicadas al teléfono de Bell

Alexander Graham Bell
Alexander Graham Bell

Quizá se piense que el invento del teléfono fue algo verdaderamente bien recibido. Que todos al conocerlo pensaran que era un gran avance y se preguntaran: ¿cómo hemos podido vivir hasta ahora sin semejante adelanto?

Pues bien, cuando la noticia de su invención por Graham Bell llegó a Inglaterra, el London Times lo llamó “el último disparate americano”, explicando profusamente por qué una conversación no podría mantenerse a través de un cable y por tanto que se trataba de una patraña.

Tampoco Graham Bell obtuvo en su país al principio demasiado crédito. The New York Herald decía que oír una voz a través del aparato era una sensación demasiado extraña y casi sobrenatural. The Providence Press relacionaba el nuevo invento con los “poderes de la oscuridad”. Y tampoco el mundo empresarial se interesó por el teléfono, en general se pensaba que se trataba más de un juguete caro para niños o de un objeto de laboratorio sin aplicación práctica, que de algo serio a lo que prestar atención.

Si no lo veo, no lo creo

Demostración pública del funcionamiento del teléfono.
Demostración pública del funcionamiento del teléfono.

Bell realizó junto a su ayudante Watson multitud de demostraciones públicas para probar que su invento realmente funcionaba.

Sin embargo, no conseguía disipar las dudas ya que el inventor mantenía una conversación con alguien que el público no podía ver: “el falso Watson”, llegó a llamarle la prensa. De manera que ambos comenzaron a complicar las apariciones públicas con el objeto de convencer a los incrédulos y pensaron que una de las maneras más efectivas sería implicar a la prensa. Así, en 1877 llevaron a cabo la transmisión por teléfono de la crónica de una de estas demostraciones desde Salem al periódico The Globe en Boston, convirtiéndose así en la primera noticia periodística transmitida por teléfono.

Bell desde Salem hablaba con su ayudante Watson, que se encontraba en Boston junto a los representantes del periódico. The Globe publicó: “esta crónica especial ha sido transmitida por teléfono en presencia de 20 personas, que han sido testigos de una hazaña que hasta ahora nunca se había intentado, el envío de noticias a través de la distancia de 16 millas utilizando la voz humana”.

Adivina desde dónde te estoy llamando 

Teléfono celular modelo “Independent”. Motorola, 1993
Teléfono celular modelo “Independent”. Motorola, 1993

El desarrollo de la telefonía móvil era una de los temas pendientes de la telefonía, siguiendo el vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías experimentado a partir de mediados del siglo XX. La comunicación a distancia cada vez reclamaba más innovación y las empresas se aplicaron a los nuevos desafíos.

A finales de los 60 parte de los esfuerzos iban encaminados a conseguir una tecnología que permitiera la comunicación sin necesidad de un terminal fijo. Los laboratorios Bell por un lado, y la marca Motorola por otro parecían estar a la cabeza de estos avances.

Los Bell dieron con el desarrollo de una red de comunicación celular que permitía la conexión vía radio de un posible terminal. En Motorola, Martin Cooper diseñó el primer aparato que podría conectarse a esa red. En 1973, Cooper llamó a su rival en los Laboratorios Bell desde ese primer móvil diciéndole: “Adivina desde dónde te estoy llamando”. Motorola casi diez años después, en 1984, lanzó al mercado el primer terminal móvil, el DynaTAC, conocido popularmente como “el ladrillo”, pesaba casi un kilo.

Parece que la evolución ha sido fulgurante.

Ada Lovelace, la encantadora de números

Ada Lovelace

Ada Lovelace, matemática, única hija legítima del poeta Lord Byron es considerada la primera programadora de la historia. Recibió una  peculiar educación para una mujer de su época: matemáticas, ciencias, griego, alemán…. Su madre, Anna Isabella Milbanke, abandonó al poeta al poco de casarse y proporcionó a Ada una estricta educación con la intención de apartar de ella cualquier influencia “poética” heredada de su padre. De inteligencia privilegiada, Lovelace mantuvo una gran amistad y colaboró con el científico Charles Babbage, creador de la máquina analítica, considerada precursora de los ordenadores actuales, aunque nunca llegó a construirse.

Lovelace tradujo al inglés un documento, publicado en la prensa francesa, sobre el invento de Babbage, añadiéndole una serie de notas explicativas que prácticamente duplicaban el texto original y adelantaban ideas modernas sobre programación, como el concepto de la computación de propósito general. Además, incluyó un algoritmo que demostraba exactamente cómo podía utilizarse la máquina para computar una secuencia de números complejos y creaba el primer programa de ordenador de la historia. En dichas notas explicaba también el uso de un sistema de tarjetas perforadas, basado en el telar de Jacquard, para ordenar a la máquina qué debía hacer y para que esta emitiera el resultado. Este sistema sería utilizado para programar los primeros ordenadores desde los años 50 hasta los 80 del siglo XX.

En palabras de Ada: “La máquina analítica teje patrones algebraicos igual que el telar de Jacquard teje hojas y flores».

Historia del Whatsapp

La historia de esta aplicación comenzó en 2009 con un nombre llamativo que resulta de un juego de palabras en inglés entre what´s up (¿qué pasa?) y app (aplicación).

Fue creada por Jan Koum y Brian Acton. La clave de que el servicio de mensajería triunfara fue que los usuarios pudieran ver si la otra persona estaba o no conectada. Con el paso del tiempo la aplicación ha ido madurando y añadiendo nuevas funciones. Su verdadero éxito llegó a raíz de la integración de un sistema de chat en tiempo real sin coste extra y también con la incorporación más tarde de notas de voz, envío de imágenes y vídeos, llamadas de voz y videollamadas. Incluso hemos creado el verbo “wasapear” para indicar que nos comunicamos utilizando esta aplicación.

Actualmente la aplicación tiene más de 1.500 millones de usuarios a nivel mundial y es propiedad de Mark Zuckerberg.

Durante la pandemia, las aplicaciones y los servicios de mensajería permiten mantener el contacto a distancia con familiares y amigos, por lo que el tiempo que se les dedica se ha incrementado. El dispositivo móvil se ha vuelto a revelar como una herramienta imprescindible en las comunicaciones de los españoles. De hecho, WhatsApp, la aplicación de mensajería instantánea más utilizada en España, ha multiplicado por cinco el tráfico registrado en los últimos días.

Y tú, ¿cuántos WhatsApp mandas en un día confinamiento?

Estos mensajes SÍ van en una botella

En 1979 la banda de pop rock británica The Police publicó el disco ‘Regatta di Blanc’ en el que se incluía uno de sus éxitos musicales más conocidos: Message in a Bottle’. La letra de la canción se refería al mensaje desesperado que un náufrago había mandado al mundo. «Sending out an SOS» repetía Sting en el estribillo…

Este tema musical ilustra el poder de atracción que este peculiar modo de comunicación ha ejercido en los seres humanos. Sin duda, introducir un mensaje en una botella y lanzarla al mar para que sea recogido, posee un tono poético y romántico muy sugerente.  A lo largo de la historia, hay numerosos ejemplos en los que parece que la realidad se mezcla con la ficción. Está el caso del marinero japonés que en 1732 talló su mensaje en un trozo de madera y lo introdujo en una botella, encontrada más de 150 años después en su ciudad natal. O la historia de Paulina y Ake Viking que se casaron en Sicilia en 1958 gracias a un mensaje en una botella que él había lanzado al mar dos años antes…

¿Cuántas botellas con mensajes debe haber flotando por los mares… ? Seguro que muchas, ya que una botella bien cerrada – con o sin mensaje – puede flotar y resistir las peores tempestades. De hecho, esto la convierte en una útil herramienta de información sobre las corrientes oceánicas. Se sabe que en el pasado se hicieron algunos experimentos en torno a esto, como los realizados por el Observatorio Naval Alemán en el siglo XIX.

Lo que sí que está claro es que detrás de un mensaje en una botella suele haber una mente creativa e inquieta, romántica o incluso desesperada que desea comunicarse con otras personas.

En estos días de confinamiento ¿a quién mandarías tu mensaje en una botella? ¿Qué le dirías..?

El misterio de la comunicación con nudos: los quipus

Quipu inca

¿Se puede escribir con cuerdas y nudos? Cuesta imaginar que una intrincada combinación de nudos, hechos con algodón o lana, pudiera haber sido hace siglos un sofisticado sistema de comunicación. Se trata del quipu, vocablo quechua que quiere decir nudo y que designa además un código de información complejo, aún con muchos interrogantes.

El quipu fue un sistema de contabilidad usado en el Perú wari, incaico y colonial; aunque los mejores y más abundantes son los del período inca, uno de los imperios prehispánicos más desarrollados de América. A día de hoy solo se conservan unos mil y se componen de una cuerda primaria horizontal, junto a otras secundarias de colores, anudadas a su vez en diferentes tamaños y formas, y organizadas todas ellas en base a un sistema decimal.

Fuente de interpretaciones diversas, a día de hoy hay consenso entre los investigadores: el quipu fue mucho más que un sistema contable y de registro. Según los cronistas españoles de la colonia, los quipus registraban censos de personas, contabilidad de rebaños, impuestos, o reservas de alimentos,  pero además, parece que algunos narraban eventos históricos, calendarios, mitos o genealogía inca. Del significado de unos u otros, nada nos ha llegado traducido. Sin embargo, los ejemplos encontrados que no siguen el sistema decimal refuerzan el hecho de que hubo quipus narrativos.

Gary Urton, profesor de la Universidad de Harvard y referente mundial en el tema, investiga y compara la información de seis quipus coloniales con la de un censo registrado en un documento español encontrado en la misma época y lugar. Parece que esto podría arrojar luz a la hora de descifrar y traducir el contenido de estos enigmáticos quipus.  ¿Podría tener algo parecido a una piedra de Rosetta del quipu? Aún queda mucho por investigar…

Sea lo que sea lo que contienen estos quipus – cuentas, registros, historias o mitos – de lo que nadie duda es que estas misteriosas y delicadas piezas textiles encierran una belleza inigualable.

Una inventora de película: Hedy Lamarr

Hedy Lamarr

En la época dorada de Hollywood la actriz Hedy Lamarr (Austria, 1914 – Estados Unidos, 2000) brillaba con luz propia. Considerada como la mujer más bella del mundo, trabajó en las grandes producciones de la Metro Goldwyn Mayer, compartiendo cartel con actores como James Stewart o Spencer Tracy. Pero lo que gran parte del público desconocía era su dimensión como inventora.

Nacida en Viena como Hedwig Eva María Kiesler, en su juventud comenzó los estudios de ingeniería que aparcó para dedicarse a la interpretación. En 1932 saltó la polémica que la lanzó a la fama al interpretar un orgasmo en la película ‘Éxtasis’ y protagonizar el primer desnudo integral. Obligada por su padre a casarse con un fabricante de armas austríaco treinta años mayor que ella que la sometía a un estricto control, dejó de manera forzosa su incipiente carrera de actriz. Sin embargo, Hedy consiguió escapar: huyó a Londres y de ahí a Estados Unidos, donde se convirtió en una de las estrellas más conocidas de Hollywood.

El inicio de la Segunda Guerra Mundial reavivó su interés por la ingeniería y ofreció su colaboración al gobierno estadounidense, que lo rechazó. Lamarr, junto a su amigo el compositor George Antheil, patentaron en 1942 el “sistema secreto de comunicaciones” que, mediante un cambio constante de frecuencia, protegía de interferencias las señales emitidas para teledirigir torpedos. Cedieron la patente de manera gratuita al ejército de Estados Unidos, que la mantuvo en secreto, desarrollando varios programas de investigación sobre la idea de Lamarr.

Su idea acabó convirtiéndose en la precursora de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología wifi.

Ninguno de los dos ganó dinero con su patente y su reconocimiento no llegó hasta 1997, cuando la Electronic Frontier Foundation les otorgó el Premio Pionero. Antheil ya había muerto, Lamarr tenía 86 años.

El 9 de noviembre, fecha del nacimiento de Hedy Lamarr, se celebra en su honor el Día del Inventor Internacional.

La enciclopedia mecánica de Doña Angelita

Ángela Ruiz Robles -Doña Angelita- sosteniendo la Enciclopedia Mecánica.

¿Sabes quién tenía la certeza de que por medio de la enseñanza, se hacían las generaciones más justas y los países más prósperos? Ángela Ruiz Robles, conocida por sus alumnos como Doña Angelita, dedicó su vida a usar la tecnología para cambiar la educación.

Nació en León en 1894 y tras cursar estudios superiores en la Escuela de Magisterio, pronto se mudó a Ferrol, donde pasó la mayor parte de su vida.

En los años 90 del siglo XX aparecieron los primeros soportes electrónicos para la lectura de libros, pero en 1949 esta maestra española ya había tenido la idea de construir un soporte único que permitiera leer diferentes libros, en cualquier idioma, cambiando unos carretes con el contenido escrito. La Enciclopedia Mecánica ideada por Doña Angelita con la patente número 190.698, incluía elementos que incluso hoy serían innovadores.

El invento estaba pensado para usarse en vertical y horizontal, tenía unas ruedas que permitían hacer scroll y unas láminas intercambiables que actuaban como zoom para los niños con problemas de visión. El formato novedoso de este dispositivo táctil e interactivo lo han situado como uno de los precursores del libro electrónico. En 1971 se realizó un estudio sobre su viabilidad,  pero nunca llegó a comercializarse. Ella nunca perdió la esperanza de verlo en uso y mantuvo el pago de la patente hasta el año de su muerte, en 1975. El prototipo de la Enciclopedia Mecánica que construyó ella con la ayuda de los astilleros de Ferrol, se conserva actualmente en la sede del MUNCYT de La Coruña.

Su afán por la educación la llevaron a escribir 16 publicaciones didácticas y además fue inventora de otros métodos pedagógicos como el «atlas científico gramatical» y un nuevo método de taquigrafía junto con una máquina taquimecanográfica.

En el año 2015 se realizó una exposición en Espacio Fundación Telefónica, que homenajeaba a Doña Angelita, por ser una adelantada a su tiempo y dedicar parte de su vida a mejorar la enseñanza. El Ayuntamiento de Madrid también le ha dedicado una calle, situada en el distrito madrileño de Villaverde, a esta mujer que se anticipó más de medio siglo al libro electrónico.

‘La guerra de los mundos’ o cómo el silencio convirtió una ficción en realidad

Orson Welles en un estudio de grabación de la CBS.

Nunca un silencio fue tan definitivo para convertir una ficción en algo real, haciendo creer a millones de radioyentes que una invasión marciana se apoderaba de New Jersey (Estados Unidos). Fue el 30 de octubre de 1938, celebración de Halloween, 8 p.m. Un domingo que hubiera sido un Halloween más, pero pasó a la historia de los hoy llamados fakes por la retrasmisión de la CBS de ‘La guerra de los mundos’, adaptación radiofónica de la novela de H.G Wells. La narración teatralizada de la obra mantuvo a millones de estadounidenses alrededor del receptor de radio durante una hora aproximadamente. Y, como consecuencia de esa hora tremenda, se descubrió al mundo de la comunicación y el espectáculo a un Orson Welles genial, la estrella de Hollywood en que se convirtió poco tiempo después.

El joven de 24 años que cortó la respiración de los norteamericanos a través de la radio se comportó como un influencer, como lo llamaríamos ahora, manejando la red más poderosa de comunicación de aquellos tiempos, la radio, como nadie lo había hecho antes jamás. Con 10 actores y 27 músicos retrasmitiendo en directo bajo su batuta de director teatral y utilizando el estilo de noticiario, sugestionó, convenció y conmocionó a la audiencia. Welles utilizó los tics de los boletines de radio auténticos, imitó el estilo de “noticias de última hora”, el lenguaje militar, el ritmo hipnótico del directo… ¡Parecía estar ocurriendo todo en tiempo real!

Ese “silencio de muerte” de algunos segundos que se hizo en medio de la narración, un corte de conexión que parecía tan real, mantuvo al borde del ataque cardiaco a muchos oyentes. Las centralitas telefónicas colapsaron y muchas familias somatizaron el miedo a la invasión tan a fondo que llegaron a no escuchar un programa de radio de entretenimiento, sino el directo de la invasión de tropas alemanas, un desembarco increíble… Hasta creyeron escuchar al mismísimo presidente Roosevelt en un comunicado interpretado por un actor.

Los fakes, en todas sus variantes, juegan con la predisposición del público a creer. Un orador ante millones de personas puede hacer que el cerebro se sitúe entre el miedo y la ignorancia, y lo irracional sustituya a la lógica. Bueno, un orador cualquiera no, un director de escena radiofónica maravilloso, que en 1941, con tan sólo 27 años, se convertiría en el director y protagonista de ‘Ciudadano Kane’, una de las obras maestras del cine. Para hacer un “buen fake”, hay que dominar el arte de la comunicación. Orson Welles era un maestro en ello.

Leonor Ferrer I Girabau. La delineante pionera

Leonor Ferrer I Girabau

La figura de Leonor Ferrer (Barcelona, 1874- 1953) ocupa un lugar clave en una época en la que el acceso de la mujer a determinadas profesiones especializadas y bien remuneradas se veía muy limitado. Fue la primera mujer que obtuvo el título de delineante en España, el 13 de marzo de 1905, otorgado por la Escuela de Institutrices y Otras Carreras para la Mujer, organismo dependiente de la Sociedad Barcelonesa de Amigos del País.

En su juventud ejerció como maestra, una de las pocas profesiones a las que tenían acceso las mujeres. Sin embargo, su carácter curioso y decidido la llevó a iniciar los estudios de delineación y tras finalizarlos con excelentes calificaciones, comenzó a trabajar para la Compañía Peninsular de Teléfonos, integrada más adelante en la Compañía Telefónica Nacional de España. Ejerció como jefa de la sección de planos, dirigiendo un equipo formado por mujeres delineantes: Eulalia Fábregas, Teresa Torrens y María Grau. Durante esta época trabajó también como maestra delineante para el Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer y en 1920 abrió su propia escuela, con el nombre de Academia de delineación para señoritas, en el Poble Sec, Barcelona. Con la llegada de la Guerra Civil acabaría su carrera como delineante, dedicándose de nuevo a su antigua profesión de maestra.

Leonor Ferrer ha dejado un fondo documental -legado por sus familiares a la Cartoteca del Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña- compuesto por catálogos de aparatos telefónicos,  croquis y dibujos manuscritos. Entre ellos destacan los mapas de líneas telefónicas realizados en la época en que trabajó para la Compañía Peninsular de Teléfonos, y en los que se puede apreciar el despliegue de las líneas telefónicas por toda la Península Ibérica.

La delineante Leonor Ferrer merece un lugar destacado por su labor ejemplar en la lucha de las mujeres por integrarse en un mundo profesional reservado, hasta hace unos años, solo a los hombres.

Intrigas telefónicas: Hitchcock

El teléfono ha jugado un papel esencial en numerosas películas de Hitchcock. Es un recurso habitual de un género cinematográfico como el suspense, donde los personajes lo utilizan como vehículo de auxilio de una situación de peligro. Pero en varias de ellas, el teléfono y las conversaciones telefónicas tienen una importancia capital en la trama.

‘Dial M for Murder’ (en España ‘Crimen perfecto’, en México, ‘Con M de muerte’, y en otros países de Hispanoamérica, ‘La llamada fatal’). En esta película, el teléfono es el protagonista en la estrategia criminal del esposo, que manda asesinar a su mujer en el momento en que ésta conteste a su llamada telefónica, hecho con el que el marido pretende conseguir la coartada perfecta. En la escena principal, Hitchcock quería  un primer plano de una mano marcando un número que, en consonancia con la marcación telefónica de entonces, empezaba por la letra M. Sin embargo, la cámara de color estereoscópica  no conseguía enfocar a una distancia tan corta, así que el atrezzo tuvo que construir un gigantesco disco y un enorme dedo de madera para lograr la toma con la M  bien centrada.

El disco de marcar lo había diseñado en 1917 William G. Blauvelt, un empleado de Bell. El propio Blauvelt decidió incorporar tres letras a los dígitos del 2 al 9. La razón para introducir estas letras fue que cada centralita telefónica tenía un nombre, así que la secuencia quedó de esta manera: 2 (ABC), 3 (DEF), 4 (GHI) 5(JKL), 6 (MNO) … Aunque a partir de 1962 el sistema de marcación por letras fue retirado paulatinamente en Norteamérica.

‘Los pájaros’. Hitchcock utilizó las cabinas telefónicas como elemento clave en alguna de sus películas. En ‘Los pájaros’, hay una dramática secuencia en la que Melanie Daniels (Tippi Hedren) se refugia en una cabina durante el ataque de las gaviotas. La distancia entre la cabina y un edificio más seguro para resguardarse es escasa y, a la vez, demasiado grande. Como casi siempre en Hitchcock, esa paradoja es la que provoca parte de la tensión. La cabina es un pequeño receptáculo que la protege, pero a la vez es un elemento que denota fragilidad y claustrofobia. Hitchcock acentúa así, con mucha habilidad la dependencia del teléfono como contacto único con el exterior. En su mítica charla con Truffaut, Hitchcock confesó que su intención al meter a la actriz allí dentro, fue transmitir la sensación de estar atrapada en una jaula como un pájaro.

‘Extraños en un tren’. Para el desenlace de esta película, Hitchcock rodó dos versiones. Para las copias británicas, acababa con Anne y Guy en el tren y para las copias norteamericanas, termina con Anne esperando una llamada de Guy donde le comunica que él está bien y se ve su cara de felicidad. Para esta escena final, Hitchcock mandó construir un teléfono enorme que colocó en primer plano con el objetivo de enfatizar la importancia de la llamada que estaban esperando. Cuando finalmente suena el timbre, Anne se acerca y el teléfono grande sale del encuadre. Inmediatamente después, un operario puso un teléfono de tamaño normal en la mesa donde ella descolgaba, algo que logró de manera magistral con una única toma.

Espacio Fundación Telefónica mostró la exposición ‘Hitchcock más allá del suspense’, donde se abordaban los aspectos más relevantes de su vida y de su obra.

El silbo gomero: cuando silbar se convierte en un código

De entre todos los sistemas de comunicación a distancia que ha desarrollado el ser humano, silbar es sin duda, uno de los más sorprendentes. Por ello, no es de extrañar que el silbo gomero sea desde 2009 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Con una antigüedad incierta que muchos datan del período prehispánico, el silbido se debió consolidar como el recurso más eficaz de transmisión de mensajes entre los habitantes de los valles y barrancos de las accidentadas islas Canarias.

El silbo gomero es, en realidad, un lenguaje articulado que reproduce mediante silbidos las características sonoras de un idioma, en este caso el español. Para ello, nuestra lengua se reduce fonéticamente a dos vocales y cuatro consonantes, pero su sencillez no impide intercambiar una gama ilimitada de mensajes a grandes distancias.

La mayoría de las personas sabemos silbar. Sin embargo, comunicarse silbando no está al alcance de todos. Esta suerte de lengua codificada tiene su complejidad y requiere técnica y práctica, no solo para emitir los mensajes sino también para descifrarlos. Se produce introduciendo uno o más dedos en la boca (también puede hacerse sin dedos) de tal forma que al soplar el aire con cierta intensidad y ritmo, y jugando con dedos y lengua, se obtiene diversidad de sonidos que luego se articulan y combinan para generar un mensaje.

Actualmente el silbo lo practican unos 22.000 isleños. Paliar su inevitable extinción fue el objetivo que se propuso el gobierno de la Gomera cuando en 1999 lo introdujo en el sistema escolar. De este modo, quedaba protegida su transmisión dándole además un mayor valor a este singular modo de comunicar y acercar a las personas.

El silbo gomero no es el único lenguaje silbado en el mundo. Según el investigador Julien Meyer, de la Universidad de Grenoble, existen más de 70 grupos que utilizan el silbido para relacionarse, desde el Himalaya, pasando por el Atlas o el Amazonas. Destaca el de la comunidad de los hmong en el Himalaya, que lo utiliza como cortejo. Al anochecer los hombres recorren los pueblos cercanos silbando un poema, si una mujer responde al silbido inicial, se inicia un diálogo de pareja, que puede llegar a crear su propio código de silbidos para evitar indiscreciones.

Más allá de la anécdota, la investigación sobre estos misteriosos lenguajes silbados es fundamental pues puede arrojar una nueva luz sobre el origen de la comunicación oral humana.

Conectados por el humo

Influenciados por las películas del oeste solemos asociar las señales de humo a los indios nativos norteamericanos, que empleaban este sistema para comunicarse con las tribus cercanas. Sin embargo, este antiguo y sencillo sistema de comunicación fue utilizado por otras culturas mucho antes.

En China, los soldados que se apostaban en las torres a lo largo de la Gran Muralla alertaban de los ataques del enemigo haciendo señales con sus antorchas. También en la Grecia clásica y en Roma se utilizaba este método para comunicarse a distancia y enviar mensajes sencillos como informar de la presencia del enemigo o comunicar nacimientos y fallecimientos mediante códigos prefijados.

El historiador griego Esquilo, entre la historia y la leyenda, cuenta en su obra ‘Agamenón cómo éste informaba a su esposa Clitemnestra de la caída de Troya mediante una red de antorchas de 454 km entre Troya, en Asia Menor y Argos, en el Peloponeso. Hacia el año 134 A.C. el historiador Polibio introdujo una mejora en el código de señales de humo, creando un sistema conocido actualmente como «Cuadrado de Polibio», basado en regular el uso de antorchas para trasmitir letras del alfabeto. Así se conseguía trasmitir mensajes más complejos y urgentes y no solo avisos establecidos de antemano. Este sistema fue el primero con el que el ser humano consiguió trasmitir a distancia y de forma inmediata un mensaje improvisado.

El Imperio Romano, hacia el siglo II a.C. llegó a contar con una red de torres de humo que ocupaban un área de más de 4.500 km. Estas torres contenían un tubo abierto por el que salían bocanadas de humo que, según su longitud y frecuencia, formaban un sencillo código con información militar. En la Edad Media era habitual el uso de señales de humo a través de una amplia red de atalayas para avisar de un posible ataque enemigo.

Sin embargo, el uso de las hogueras no se ha limitado al terreno militar. Se sabe que Enrique III de Castilla, en el año 1405, dio órdenes para que se le comunicara el nacimiento de su hijo a través de hogueras indicando que, si era varón, se encendieran las ahumadas en número de cinco. Así supo el rey del nacimiento de su hijo Juan II.

En la era de internet, este curioso sistema de comunicación no está del todo extinguido y se sigue utilizando para informar al mundo de acontecimientos puntuales. Es el caso del Colegio Cardenalicio de Roma, que recurre a las señales de humo para informar de las deliberaciones del cónclave en la elección de un nuevo Papa.

Wifi y las primeras comunicaciones inalámbricas

¿Te imaginas que Internet solo fuese accesible por cable? El WiFi se ha convertido en un compañero inseparable de nuestras vidas. La evolución del sector tecnológico y la popularización de smartphones, tablets y portátiles ha hecho que este tipo de conexión inalámbrica nos permita conectarnos desde cualquier lugar empleando ondas electromagnéticas para su transmisión.

Para hablar de la historia de las redes inalámbricas tenemos que remontarnos a 1880, cuando Graham Bell y Summer Tainter inventaron el primer aparato de comunicación sin cables, el fotófono. El fotófono permitía la transmisión del sonido por medio de una emisión de luz, pero no tuvo mucho éxito debido a que por aquel entonces todavía no se distribuía la electricidad y las primeras bombillas se habían inventado un año antes.

Ocho años más tarde, Rudolf Hertz descubre la propagación de las ondas electromagnéticas, así como la forma de producirlas y detectarlas. Esto le permitió realizar la primera transmisión sin cables con ondas, mediante un oscilador que usó como emisor y un resonador que hacía el papel de receptor, siendo considerado por esto, uno de los precursores de la comunicación moderna.

Otro gran visionario, de las comunicaciones inalámbricas fue Nikola Tesla que tras los éxitos cosechados por la corriente alterna durante los años anteriores, decidió apostar de lleno por su gran sueño: la Torre Wardenclyffe. Una torre de alta tensión con una antena de 30 metros de altura cuya finalidad iba a permitir la telefonía comercial transatlántica, impulsar las retransmisiones radiofónicas, y demostrar que era posible transmitir energía de forma inalámbrica, sin cables entre emisor y receptor, y además de forma gratuita.

El 2 de julio de 1897, Guglielmo Marconi obtuvo la patente en el Reino Unido nº 7.777 para su invento de la radio, utilizando para su realización catorce patentes de Nikola Tesla. Después de esto Marconi consiguió establecer en 1899 comunicaciones inalámbricas a través del canal de la Mancha, entre Dover y Wilmereux y en 1907 se transmitieron los primeros mensajes completos a través del Atlántico.

Finalmente será una mujer, la mítica actriz de Hollywood Hedy Lamarr (ver capítulos anteriores en este post) quien pasará a la historia como la precursora del wifi. En 1942, patentó una técnica de modulación de señales en espectro expandido, la primera versión de lo que se conoce como salto en frecuencia. Esta es la base sobre la que funcionan todos los sistemas inalámbricos de transmisión de datos, como el WiFi o el Bluetooth.

En la década de los 70 la Universidad de Hawaii, concibió el primer sistema de conmutación de paquetes mediante una red de comunicación por radio (ALOHA). Fue la primera red local inalámbrica (WLAN) y estaba formada por 7 ordenadores situados en distintas islas que se podían comunicar con un ordenador central. Años después, en 1997, se creó el primer estándar WiFi, IEEE 802.11, a manos del Institute of Electrical and Electronics Engineers. En 1999, un grupo de empresas se unió para trabajar en un sistema común para todo el mundo llamado WECA (Wireless Ethernet Compatibility) que un año más tarde pasó a llamarse WIFI Alliance.

Actualmente la Wi-Fi Alliance asegura que la compatibilidad entre dispositivos con la marca Wi-Fi es total en cualquier parte del mundo.

Historia de la videollamada

El primer ministro sueco Tage Erlander utiliza un videoteléfono Ericsson para hablar con la estrella televisiva Lennart Hyland en 1967.

Uno de los efectos más evidentes que ha traído consigo el confinamiento ha sido el gran aumento de las videollamadas. La necesidad de ver y escuchar a nuestros seres queridos, el teletrabajo o su utilización como recurso educativo han provocado un incremento notable en el uso de esta herramienta tecnológica.

Aunque técnicamente la imagen era la evolución natural del teléfono, la primera conexión de videotelefonía se hizo en 1927.

Herbert Hoover, secretario de Estado norteamericano para el Comercio y posteriormente presidente de los Estados Unidos, realizó una videollamada experimental de una sola vía, a Walter Sherman Gifford, presidente de la Norteamerican Telephone and Telegraph Company (A.T.T.). Ambos interlocutores pudieron verse mediante un sistema de asociación de televisión y teléfono, que permitió transmitir el siguiente mensaje desde Washington hasta  los laboratorios Bell Telephone, de Nueva York: «Today, we have in a sense, the trans­mission of sight for the first time in the world’s history» (“Hoy, en cierto sentido, tenemos la transmisión de la vista por primera vez en la historia del mundo”).

Años más tarde, en 1936 y coincidiendo con los juegos Olímpicos de Berlín, se presentó el Fernsehsprechstelle, una palabra compuesta por fernseh (televisión), sprech (hablar) y stelle (lugar). Era un servicio de videollamada, por medio de cables coaxiales entre Berlín-Witzleben. El servicio no era domiciliario sino que estaba establecido dentro de una red de cabinas, situadas en las oficinas de correos. Así pues los primeros teléfonos públicos con videollamadas del mundo empezaron a funcionar en Alemania. El servicio se extendió a Múnich y Hamburgo, pero los planes de extenderse a Frankfurt, Colonia y Viena fueron cancelados cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939.

La ATT creó en 1964 el primer videoteléfono comercial, el Picturephone, capaz de transmitir imagen además de voz y plenamente disponible para el público en general en Estados Unidos. Ese mismo año, en la feria internacional de tecnología de Nueva York, se realizó la primera videollamada por el nuevo Picturephone, que duró diez minutos, entre los ganadores de Mr. y Mrs. América. Su éxito fue efímero, ya que el coste de las videollamadas era extremadamente alto y en la década de los 70 dejó de utilizarse.

Con los resultados obtenidos, los técnicos tenían claro que había que recurrir a un sistema de transmisión digital. En 1988 funcionaba ya un sistema de videollamada con carácter experimental en la ciudad francesa de Biarritz y los técnicos estimaban que se implantaría a nivel mundial en 1993.

No fue hasta entrado el año 2000 cuando la tecnología de las videollamadas comenzaron a utilizarse de forma masiva. La irrupción de Internet y de las webcam en los hogares fueron factores clave para su implantación. Pero la verdadera revolución fue la aparición de los smartphones, que hicieron accesibles las videollamadas a todo el mundo a precios razonables.

En la actualidad Zoom, Skype, Hangouts, Teams… nos permiten hacer este tipo de conexiones con solo apretar un botón en nuestro teléfono móvil y con personas que están en la otra punta del mundo.

¡Atención: unos cuantos teléfonos de diversión!

Desde su invención, el diseño del teléfono ha estado en constante evolución. Con más de 150 años de vida, ha pasado por numerosas transformaciones según la época, la necesidad, y el avance de la tecnología del momento. Materiales diversos, formas caprichosas o ergonómicas, funcionalidades sencillas en su inicio y sofisticadas después, han ido dando vida a este objeto imprescindible en nuestras vidas.

De entre los muchos diseños telefónicos que existen, los más chocantes y divertidos podemos encontrarlos en los guiones del cine o la televisión. Y por supuesto, también en el arte. Muchos recordarán el famoso teléfono con langosta del surrealista Salvador Dalí. Diseñado por el artista para uso doméstico, es chocante donde los haya. Dalí llegó a hacer 11 unidades, de las cuales 4 tenían la langosta en rojo, y las otras 11 en blanco. A día de hoy algunos pertenecen a la colección de varios museos internacionales como el Guggenheim Museum o la Tate Modern.

Una langosta en un teléfono, ¿y por qué no un zapato para hablar? Eso es lo que usaba el Super Agente 86 con su original zapatófono, en la década de los 60. Escuchaba por el tacón y hablaba por la suela. Claro, que el peculiar espía tenía además una billetera, unas gafas, un cinturón o una corbata con las que lograba comunicarse a distancia con la agencia de espionaje CONTROL.  Puede parecer mentira que en el 2013 el zapatófono inspirara el walkie talkie, un modelo de teléfono móvil diseñado por Sean Miles para O2. La idea formaba parte del proyecto Upcycling para reaprovechar materiales de desecho -en este caso zapatos-, dándoles una nueva vida y generando la O2 Recycle Collection.

James Bond, Batman, los Simpson o el Inspector Gadget sorprendieron a los espectadores con ejemplos de teléfonos futuristas o delirantes que, en algunos casos, han podido servir de inspiración para modelos actuales. Sin embargo, cabe destacar de entre todos ellos un terminal telefónico, no por futurista sino por original y entrañable: el teléfono de los Picapiedra. Los famosos trogloditas Pedro Picapiedra y Pablo Mármol tenían en sus casas un hilarante modelo de teléfono con dial para marcar, a veces tapizado con piel de leopardo, y un cuerno por auricular. Un sistema de comunicación a distancia, prehistórico pero a la vez muy práctico. Y seguramente mucho más eficaz que los gritos del bueno de Pedro aporreando la puerta de su casa para entrar.

Abanicos, más allá del calor

‘Madame Adélaïde de France tenant un éventail’, Jean-Marc Nattier

Cuando tu abuela te regala un abanico y te enseña a jugar contando sus varillas canturreando “oro, plata, calderilla y nada”… Te enseña a abanicarte sin hacer ruido, no como esas “señoras” que se dan aire golpeando los collares y haciendo sonar las pulseras que llevan en la muñeca que lo mueve… Cuando tu abuela se ríe de ti porque te crees muy moderna, porque mandas mensajes a tus amigos por teléfono y te dice “¿Tú qué te crees? ¿Que nosotros no nos hablábamos a distancia y sin que se enterase quien no queríamos?». Y tú que pensabas que el abanico era solo para el calor…

Existía un lenguaje secreto que, con mucho cuidado para no ser vista por quien conocía ese código, se utilizaba para enviar mensajes a la parte interesada moviendo el abanico de una manera determinada: “tenemos que hablar”, “cuidado, nos observan”, “sígueme”, “no quiero verte más”.

Sin embargo, el origen de este lenguaje secreto al parecer no es tan romántico como podríamos creer. Según la casa Sotheby’s, un avispado comerciante de abanicos parisino a principios del siglo XIX, con la idea de relanzar el negocio venido a menos tras la Revolución Francesa, publicó un pequeño panfleto titulado ‘El lenguaje del abanico’ en el que se daban las indicaciones de este código. Duvelleroy, que así se llamaba, parece que consiguió su propósito, ya que abrió tienda en Londres y fue nombrado proveedor de la reina Victoria.

Sin embargo, el significado de los movimientos del abanico varía según las fuentes y los países y, contradiciendo a mi abuela, hay incluso quien considera que este lenguaje es un mito. En mi caso, los movimientos que me enseñó mi abuela -originaria de un pueblo de Albacete- no me hubieran permitido comunicarme con la nobleza de la era victoriana, aunque quién sabe si hubiera podido hacerlo con los galanes del pueblo… [Fuente]

Bajo el mar

Hoy en día es bastante conocido que la casi totalidad de la información que compartimos, datos, comunicaciones telefónicas, videollamadas… se produce utilizando los cables que pueblan el fondo marino. Queremos detenernos en algunos detalles de esta increíble red.

Las primeras comunicaciones que se realizaron utilizando cables submarinos fueron telegráficas, pero antes hubo que solucionar una cuestión fundamental: encontrar un aislante que permitiera sumergirlos en el mar. En 1848, Faraday descubrió las propiedades aislantes de la gutapercha y, poco después, Siemens ideó la máquina que permitía su aplicación a los cables. De este modo en 1850 el primer cable telegráfico atravesaba el Canal de La Mancha, aunque dejó de funcionar a las pocas horas. Un año después ambas orillas quedaban definitivamente unidas. Sin embargo, habría que esperar más de 10 años a que otro cable telegráfico atravesara el Atlántico: se consiguió en 1866.

En 1956, una comunicación telefónica atravesó por primera vez el Atlántico utilizando este sistema. Los cables coaxiales, unidos a los repetidores transistorizados y al descubrimiento de aislantes plásticos, permitieron el inicio de la nueva era de los cables submarinos, el TAT-1, que unió Estados Unidos, Canadá y Europa. Pronto estos cables comenzaron a poblar el fondo marino, permitiendo una comunicación que, dada su velocidad y fiabilidad, terminó superando a las comunicaciones por satélite.

La siguiente generación de cables submarinos será ya de fibra óptica. El primero en atravesar el Atlántico, el TAT-8, se tendió en 1988 y multiplicaba por diez la capacidad de sus predecesores. De nuevo se abría una etapa en las comunicaciones llena de posibilidades.

Hoy en día, más de 1.000 millones de metros de cable descansan en el fondo del mar. De las 16 horas que tardó en cruzar el Atlántico el primer telegrama, hasta la comunicación casi inmediata de hoy en día, hay toda una historia de innovación, investigación y esfuerzo que hace que nos preguntemos qué será lo próximo.

Homenaje a las cabinas

Hubo un tiempo en el que llamábamos por teléfono desde la calle… Y no era usando el móvil, sino mediante un teléfono en el que había que pagar usando monedas o una tarjeta. Y así hablábamos con quien queríamos… Si nos sabíamos su número de teléfono, claro, o si lo llevábamos apuntado.

Aunque muchos probablemente tengamos en el recuerdo la imagen de José Luis López Vázquez encerrado en una cabina en los años 70, en España la compañía Telefónica instaló en Madrid los primeros teléfonos previo pago -que es como se llamaban- en 1928. Dos bares recibieron esta novedad.

Con los años, el auge en la demanda del teléfono y las dificultades para poder atender todas las peticiones llevaron a la idea de instalar equipos en la vía pública, para que todo aquel que necesitara hacer una llamada pudiera hacerlo, sin tener que entrar en un hotel, un bar… que era donde hasta el momento se instalaban los teléfonos públicos.

Madrid y Barcelona fueron, en 1966, las primeras ciudades en ver cómo aparecían las famosas cabinas en sus calles. Pronto el servicio se extendió y en los años 70 el aumento del turismo propició la instalación de locutorios de playa, otra imagen que muchos conservamos y que actualmente nos recuerdan los locutorios de internet.

Hoy en día, casi desaparecidas debido al auge de la telefonía móvil, quedan casi como curiosidad y quizá si tuviéramos que utilizarlas el primer problema sería marcar de memoria un número de teléfono.

¿Hacemos la prueba? ¿Qué número marcarías de memoria sin titubear?

Satélites en el Espacio

Imagen del satélite Telstar 1.

Desde sus inicios, las actividades espaciales han estado estrechamente relacionadas con el mundo de las telecomunicaciones. Gracias a los satélites que orbitan alrededor de la Tierra, es posible garantizar las comunicaciones que a diario se producen en el planeta, las retrasmisiones en directo de televisión o los sistemas GPS.

A finales de los años 50 y principios de los 60 se llevaron a cabo los primeros experimentos, para demostrar la viabilidad de las comunicaciones utilizando satélites.

Tras la Segunda Guerra Mundial,  Estados Unidos y la URSS  se enzarzaron en una contienda estratégica, conocida como Guerra Fría. Las dos potencias, encontraron en la conquista del espacio un campo en el que competir de manera directa y demostrar quién era superior. Y así comenzó la carrera espacial.

El primer satélite enviado al espacio fue el Sputnik I, lanzado por la URSS el 4 de octubre de 1957. Este satélite, no tripulado, únicamente emitía un tono intermitente, y estuvo funcionando durante 21 días. En ese mismo año el Sputnik II puso al primer pasajero en órbita: la famosa perra Laika, estando 162 días en órbita. El primer ser humano en viajar al espacio fue el ruso Yuri Gagarin, a bordo del Vostok I en 1961.

En paralelo, el Presidente de Estados Unidos Eisenhower y sus consejeros, decidieron fundar la NASA  en 1958 y el 31 de enero de ese año, lanzaron al espacio desde Cabo Cañaveral el satélite Explorer, que permaneció en órbita algo más de tres meses, tiempo más que suficiente para descubrir los cinturones de radiación de Van Allen.

Cuatro años más tarde, el 10 de julio de 1962, lanzaron el Telstar 1 que se convirtió en el primer satélite de comunicaciones comerciales de la historia, con capacidad bidireccional para transmitir y recibir simultáneamente información. Transmitió con éxito a través del espacio las primeras imágenes de televisión en directo. El proyecto se desarrolló en el seno de los Laboratorios Bell y, pese a que se trataba del primer satélite lanzado con gran parte de capital privado, era una prueba del poder tecnológico por parte de la industria americana y de la NASA, concretamente.

La primera retransmisión televisiva transoceánica tuvo lugar a las 14:00 (hora de Nueva York) el 23 de julio de 1962, trece días después de su lanzamiento. Fueron las cadenas CBS, NBC y BBC las que tuvieron el honor de retransmitir las primeras imágenes de la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel, unas secuencias de un partido de béisbol y un discurso en directo del Presidente John F. Kennedy.

El fin del Telstar 1 en 1963 no supuso el cierre del programa puesto que se llegaría a lanzar el Telstar 2 y, además, se pondrían en marcha otros proyectos para construir nuevos satélites.

La Compañía Telefónica Nacional de España siguió de cerca las tecnologías emergentes en el campo de las comunicaciones por satélite, especialmente desde 1963, siendo uno de los miembros fundadores del Consorcio Internacional de Telecomunicaciones por Satélite (INTELSAT) y actuando como garante de las comunicaciones en la misión Apolo XI.

El 15 de noviembre de 1974, se puso en órbita el primer satélite español desde la base de Vanderberg (California). Era el INTASAT, desarrollado y construido en nuestro país por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Durante los dos años que se encontró funcionando, estudió la parte más exterior de nuestra atmósfera, la ionosfera.

Actualmente Telefónica ha continuado con su avance en el área de los satélites. Cabe destacar la capacidad del satélite HISPASAT que, junto al telepuerto que Telefónica posee en Armuña de Tajuña (Guadalajara), permite ofrecer servicios de comunicación vía satélite profesionales, según las necesidades específicas de cada uno.

Comunicación sin barreras

El reconocido astrofísico británico Stephen Hawking.

La comunicación es la acción de transmitir ideas, emociones, necesidades, sentimientos e interactuar mediante palabras (comunicación verbal: lenguaje hablado, escrito) o gestos (comunicación no verbal: la mímica facial, lenguaje corporal, lenguaje de signos, etc.).

Se utiliza el término discapacidad comunicativa cuando existe una restricción de la capacidad de comunicarse. La discapacidad comunicativa, tiene una gran transcendencia en la calidad de vida de las personas. Por eso, las telecomunicaciones pueden ser una herramienta de mejora, ya que las barreras en este campo son de especial importancia y han de ser eliminadas.

Existen algunas apps para teléfonos móviles que permiten a personas con sordera (pérdida auditiva total) o hipoacusia (pérdida auditiva parcial) subtitular llamadas, transformando la información auditiva en texto o traducirla a lenguaje de signos. Para las personas con baja visión o ceguera, son imprescindibles el uso de iconos de tamaño aumentado, los textos en tipografía grande o las notificaciones a pantalla completa. Hay  aplicaciones que utilizan el GPS del móvil para ayudar en los desplazamientos junto a un sintetizador de voz con audiodescripciones del recorrido.

‘Breaking Barriers’ es una app de Telefónica que mejora significativamente la comunicación de personas con discapacidad visual y auditiva gracias al subtitulado en tiempo real de un discurso tanto en texto como en braille.

La pérdida combinada de visión y audición conlleva una dificultad extrema a la hora de comunicarse con los demás. Las personas sordociegas, presentan una gran variabilidad y heterogeneidad respecto a sus posibilidades y formas de acceder a la información y los distintos medios para hacerlo. ‘PervasiveSUB’ es un software  desarrollado por la Universidad Carlos III y Telefónica que recoge los subtítulos de las televisiones y los lleva a un servidor central, desde donde se reenvían a los smartphones o tablets. Lo único que tiene que hacer la persona con sordoceguera es conectase con la aplicación GoAll al servidor central y elegir la cadena a la que quiere acceder; la aplicación se encarga de enviar los subtítulos a su línea braille.

Para las personas con discapacidad intelectual el reto es conseguir la accesibilidad cognitiva a través de una tecnología fácil de entender y usar. Las aplicaciones con textos en lectura fácil, están redactados en un lenguaje resumido y sencillo, para que los usuarios puedan organizar sus agendas, tareas y recibir ayuda con sus desplazamientos.

Para las personas con discapacidad motriz, que por cualquier motivo tienen dificultad para usar un teléfono móvil, se utilizan dispositivos concebidos para aprovechar cualquier movimiento funcional controlado que pueda tener el sujeto: movimiento ocular, soplidos, presión etc.. Esta tecnología se puede usar como sustituto de la navegación, en los dispositivos que se hace de manera táctil.

Conscientes de que la accesibilidad es un problema de todos, Fundación Telefónica, bajo el lema «Haz visible lo Accesible», ha creado el proyecto MAPcesible con el objetivo de ser una plataforma colaborativa donde cualquier persona pueda mapear la accesibilidad de los lugares que visita o consultar las valoraciones para planificar sus desplazamientos.

Así, la sociedad en su conjunto debería adaptarse a la diversidad de sus miembros, siendo ésta la única forma de alcanzar de manera efectiva la igualdad y de garantizar la plena participación de las personas con discapacidad en todas las áreas de la vida.