16.07.2019

«Me inclino por obras con una marcada visión del mundo y un fuerte compromiso estético»

El apetito por la fotografía de Raphaëlle Stopin le viene de serie. Sus exploraciones en este mundo comenzaron muy pronto, gracias a su padre. Más tarde, forjó su mirada con estudios de Historia del Arte, convirtiéndose en crítica, comisaria de exposiciones y directora del Centro Fotográfico de Rouen-Normandie.

Conversamos con ella acerca de su último proyecto: la exposición ‘William Klein. Manifiesto’ –disponible hasta el 22 de septiembre en Espacio Fundación Telefónica–. Sobre este recorrido por los distintos periodos, formatos e historias que conforman el corpus artístico de William Klein.

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Raphaëlle Stopin ve claro que son la libertad, el atrevimiento, la agudeza y la generosidad del trabajo de Klein las condiciones que han permitido a su obra conservar todo el impacto de su mensaje a través de los años. Un mensaje de autenticidad y denuncia social que burla los límites entre generaciones.

Nos gustaría empezar conociendo el origen de su pasión por la fotografía.

Raphaëlle Stopin: Crecí con un laboratorio de fotografía en casa, jugaba con el papel fotográfico antes de entender que no se puede abrir fuera de un cuarto oscuro. La fotografía me empezó a interesar en la adolescencia, y desde entonces la he abordado desde el punto de vista de la cultura clásica: bebo más de Piero della Francesca que de Robert Capa. Me inclino por los trabajos que son cosa mentale, es decir, obras que tienen una marcada visión del mundo, que lo reflejan y proponen un fuerte compromiso estético.

Brevemente, ¿en qué consiste el trabajo de una comisaria? 

Raphaëlle Stopin: Cuando se trata de una exposición, el trabajo del comisario abarca una amplia variedad de cosas: buscar las obras, observarlas, tratar con los autores, visualizar un espacio, articular las piezas, secuenciarlas y dimensionarlas, escribir sobre ellas… Y la idea es que todo ello, combinado, dé forma a un elemento coherente que el público entienda pero que, a la vez, desafíe y sorprenda. Ser comisaria supone pensar, investigar… ¡y mucha logística!

¿Recuerda su primer contacto con la obra de Klein? ¿Cuál fue su primera impresión?

Raphaëlle Stopin: Ahora mismo estoy tan inmersa en el trabajo de Klein que es difícil recordar un momento exacto. Tengo la sensación de que siempre ha estado aquí y allá, de que ha ido apareciendo en varias ocasiones a lo largo de los años. Sus trabajos sobre Nueva York, los contactos pintados y la película ¿Quién eres tú, Polly Maggoo?’ fueron, sin duda, momentos clave para mí, en los que supe que estaba viendo algo extraordinario, algo fuera de lo común. Me conmovieron especialmente la inventiva, la libertad, la agudeza y la inteligencia de su discurso. Y todavía me conmueven, cinco décadas después.

A través de su cámara, Klein captó de cerca la sociedad de toda una generación. ¿Qué le diferencia de otros fotógrafos de su época?

Raphaëlle Stopin: Klein fotografió mucho más que a una generación. Sus fotografías reflejan a todas las generaciones y a toda la sociedad. Yo creo que lo que le diferencia de sus coetáneos es su valentía y su libertad a la hora de coger la cámara. No le importaban en absoluto las convenciones sociales, los buenos modales ni la distancia que se esperaba que mantuviera. Se sumergía directamente en la multitud, sin miedo y con una gran generosidad y jovialidad. Su visión era la misma para los libros, y así fue como concibió ‘Nueva York’, que hoy sigue siendo el libro de fotografía más radical e innovador del siglo XX.

En cuanto a su producción cinematográfica, ¿cuál cree que fue su principal aportación?

Raphaëlle Stopin: Muchas de sus películas son monumentos: ‘¿Quién es usted, Polly Maggoo?’, ‘Cassius, el grande’, ‘Mr Freedom’… Todas ellas tienen -cada una a su manera- un claro compromiso con su época. Klein consideraba el cine un espacio de libertad donde podía expandir su deseo de narrativa, movimiento y compromiso. Un fotógrafo de Vogue posicionándose en contra de la guerra de Vietnam no era algo habitual. La estética que asoció a su discurso demuestra tal inventiva, tal ilusión de los sentidos, tal libertad… Resulta hipnótico. Por eso, a pesar del paso del tiempo, continúan siendo películas impactantes.


«Klein consideraba el cine un espacio de libertad donde podía expandir su deseo de narrativa, movimiento y compromiso.»


La exposición incluye diferentes elementos: fotografías, proyecciones, proyectos de moda, pinturas… ¿Destacaría algún elemento en concreto?

Raphaëlle Stopin: La muestra ha sido pensada para unir las diferentes facetas de Klein y mostrar cómo están conectadas y comparten el mismo vocabulario y la misma preocupación. Hay muchas piezas que rara vez se han visto, e incluso que nunca se han expuesto, y espero que eso ayude a comprender la mente creativa de Klein. Las pinturas, los abstractos vintage, los contactos pintados originales y los letrismos aportan materialidad y carácter físico al núcleo de la exposición, para resaltar así la presencia del artista en su obra, sus gestos.

Una de las piezas inéditas incluidas en la exposición y que es realmente emocionante es el primer diseño de ‘Nueva York’, su icónico libro. En él se pueden apreciar todas las marcas y dibujos realizados por Klein para concebir los dobles pliegos y las secuencias.

A lo largo de su carrera ha organizado exposiciones dirigidas a públicos muy diferentes. Centrándonos en el público más joven, ¿qué mensaje transmite la obra de Klein a las nuevas generaciones que empiezan a interesarse por la fotografía?

Raphaëlle Stopin: Creo que esta es una exposición que va más allá de la fotografía. Aporta un mensaje de compromiso y coherencia: cualquier cosa que hagas, hazla de forma plena y sincera. Una vez, durante una conferencia sobre su película, el autor dijo: “Todas las mañanas en el colegio teníamos que repetir el juramento ‘Libertad y justicia para todos’ con la mano en el corazón. En ese momento lo recitábamos sin entenderlo. Hoy, por fin, no creo que haya algo mejor que pedir”.

Lee toda la información sobre la exposición ‘William Klein. Manifiesto’

Por Blanca Del Guayo.