Museografía digital. Algunas experiencias
Los museos aprovechan las nuevas herramientas que proporcionan las tecnologías digitales para repensar su función, reinventarse, modificar y amplificar el modo de vincularse con sus visitantes. Pantallas táctiles, códigos QR, aplicaciones móviles, soluciones de reconocimiento facial, inteligencia artificial, big data, realidad aumentada, realidad virtual, realidad mixta… Los museos y centros culturales han entrado definitivamente en la era digital.
Y , ¿cómo plantean y enriquecen sus propuestas de exhibición? ¿Qué diálogo establecen con su público potencial? Ahí van algunos ejemplos de experiencias.
El Mori Building Digital Art Museum japonés pasa por ser el museo más tecnológico del mundo. Afincado en la isla de Odaiba, el espacio posee una propuesta única en el planeta, en la que las obras -flores, plantas, peces, montañas y otros elementos asociados a la naturaleza- son producidas enteramente por 520 computadoras y 470 proyectores distribuidos por todo el espacio. Una locura. El colectivo artístico teamLab firma este gran centro para la cultura digital.
Otras pinacotecas tradicionales, apuesta más por enriquecer las lecturas de sus fondos. El Museo Reina Sofía lanzó hace unos meses su premiada web ‘Repensar Guernica’, un site que compila y presenta de forma abierta al público materiales relacionados con el famosísimo cuadro. Un trabajo interdisciplinar (investigadores, informáticos, historiadores del arte, diseñadores…) que integra cerca de 2.000 documentos de 120 archivos públicos y privados, instituciones y agencias nacionales e internacionales, a los que todo usuario puede acceder a través de un potente buscador. Una maravilla. Además, la página está en constante evolución, se va enriqueciendo. La web incluye también el estudio del Guernica en gigapíxel, que agrupa un gran número de imágenes tomadas del cuadro, tanto de la superficie pictórica como de la parte trasera y del bastidor, facilitando la comprensión de la obra. Fascinante.
El objetivo (cumplido) es claro: la democratización plena en acceso a recursos y contenidos hasta ese momento privativos, una evidente ampliación del contexto de la obra, y mucho valor añadido. Las visitas al Guernica (obra que pertenece a los fondos de la pinacoteca) ya nunca será igual.
Entender en qué mundo se pintaron los cuadros, apoyándose en la tecnología. Este es el objetivo último que persigue el proyecto la ‘Línea del tiempo’ del Museo del Prado, que se ha adentrado en el mundo de la inteligencia artificial por “voluntad didáctica”, un regalo a la sociedad en la celebración de su bicentenario, según Miguel Falomir, director del Prado. Sí, IA aplicada a las colecciones para conocer el contexto histórico, artístico, político y social. El proyecto, que ha sido posible gracias a la colaboración de Telefónica, es una novedad a nivel mundial en el entorno de los museos. Ofrece una herramienta de lectura aumentada que permite indagar en profundidad en los personajes, hechos u obras que están implicadas en la pintura o escultura de la colección en la que se está interesado.
Una investigación ingente que contribuye a ampliar el contexto histórico a través de la información que contiene la propia web del Prado, la Wikipedia y la Wikidata. Todo ello, con el objetivo de ayudar en la comprensión de la obra, acercar a los visitantes al museo y a sus infinitos contenidos.
También se ha creado una línea del tiempo multicapa que encuadra y expande las colecciones del Museo. Cualquier usuario puede consultar -de manera gratuita- 50.000 datos recopilados a partir de la Inteligencia Artificial. Otra vez más, las visitas al Prado nunca serán igual. El valor añadido del que dota esta experiencia a los fondos del museo, de nuevo, es obvio.