03.10.2022

«Es fácil entender cuándo el tostonazo somos nosotros». Una entrevista con Santiago Lorenzo

Tras el enorme fenómeno literario de su anterior libro, ‘Los Asquerosos’, y sus 200.000 ejemplares vendidos, Santiago Lorenzo (Portugalete, Vizcaya, 1964) regresa a las librerías con otra de sus novelas agridulces. El escritor continúa así su trayectoria creativa inicialmente ligada al mundo cinematográfico y ahora entregada a la literatura, desde la aldea de Segovia en la que reside. ‘Tostonazo’ es, según nos cuenta, la historia de un chaval. «Un tipo sin oficio ni beneficio» a través de cuyos ojos nos asomamos al mundo del cine y con el que nos vemos arrastrados a una ciudad de provincias. Hablamos con él del libro, de su proceso creativo… Y de maquetas, también.

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— Mil gracias por atendernos, Santi. Vamos a hablar, claro, de tu nuevo libro, ‘Tostonazo’ que se presenta en Madrid, el jueves 6 de octubre en Espacio Fundación Telefónica. Se trata de uno de los regresos literarios más esperados. Nos puedes contar cuál es el origen de esta nueva y flamante novela, ¿cuándo comienzas a pensarla? ¿Se te ha hecho más fácil ponerte a ello después de ‘Los Asquerosos’

— Hay trocillos de hace años, y trocillos del otro día. Ha sido igual de fácil de escribir esta que todas: lo difícil sería no escribirlas. Que prohibieran escribir, bajo pena de muerte, con policía literaria en cada domicilio. Eso sí que sería duro de llevar. Mientras no pase, pues cuando te quieres dar cuenta te has acabado otra.

— Algunas veces te he escuchado decir que, igual por efecto de tu pasado de cineasta, piensas primero las localizaciones donde tendrán lugar tus novelas. De forma muy visual tienes muy claros los bares donde se conocen los protagonistas, las casas donde residen, los barrios donde suceden las tramas principales… ¿En qué ciudad has imaginado ‘Tostonazo’?

— Sí, en ‘Tostonazo’ salen la calle Estrella y alguna plaza de Teruel. Y mucho Ávila, que es ciudad muy misteriosa y muy desconocida.

— Eres el mejor titulando novelas, eso es así. ‘Tostonazo’ es una palabra muy tuya. ¿Qué cosas, situaciones, circunstancias te parecen un verdadero tostonazo?

— Las que a todo el mundo. Por eso mismo, lo tenemos todos muy fácil para entender cuándo el tostonazo lo somos nosotros. Y actuar en consecuencia y mirar de cortarnos un poco. Redundará a nuestro favor.

“Yo iba para alcohólico. Pero me metí a trabajar en el cine”. Este libro, ¿podría ser un pequeño ajuste de cuentas con la industria del cine, con ese pasado tuyo de guionista y director? ¿Un sacarle los colores a algunos de esos personajillos poco decentes que pululan por el mundo del audiovisual? Aunque yo he notado también en estas páginas mucho amor por el séptimo arte, muchos recuerdos chulos de rodaje y mucho cariño por los compañeros, compañeras. ¿Es así?

— Es que el cine, hacer cine era una gozada. Hacía falta mucho remolque de uvas para destilar una botellita de brandy, mucho trabajo previo y mucho disgusto previo para pasar un solo día rodando. Pero muchas veces merecía la pena.

— Te desenvuelves muy bien (el mejor) en ese tono tragicómico, en la comedia agridulce. ¿Qué dirías a las personas que van a empezar a leer ‘Tostonazo’ estos días? ¿Qué van a encontrar en sus páginas esta vez?

— La historia de un chaval que estrena mayoría de edad en 2012. Que entra de becario, aprendiz o meritorio, en un oficio del que no sabe nada y que empieza a fijarse en las evoluciones de quienes le rodean.

“Decía mucho lo de: «eso no lo van a entender, que la gente es tonta». Era su argumento para desbaratar las propuestas del director. Parece una exageración, pero así era”. Dime, ¿alguna vez te han dicho algo así para echar por tierra tus ideas, tus aportaciones?

— Lo he oído bastante, sí. Es verdad que algunos somos muy tontos para muchas cosas (unos para unas, otros para otras). Pero esa indefinición por parte de quien lo decía para saber a quién nos estábamos dirigiendo y a quién no a la hora de hacer un filme; así como esa trampa dialéctica para decirte «esto que propones no entra porque no»… Eso daba bastante asco.

— Esta es una pregunta un poco manida igual, pero necesaria para todos tus fans, ¿a qué hora del día te pones a escribir? ¿Lo haces de una sentada? ¿Comes más cuando te das una panzada de trabajo y de escritura, o menos? ¿Cómo describirías uno de tus días de proceso creativo intenso?

— Yo escribo muy poco al mes. Pero como pasan tantos meses, acabo juntando las páginas precisas. Siempre lo hago por la noche, sin nada a lo que mirar, que siempre es más interesante lo que se ve por ahí que lo que estés escribiendo.

— Dime, ¿qué maqueta nueva te traes entre manos? ¿Qué virguería estás construyendo estos días? ¡Qué ganas de verla!

— En 1904, los japoneses brean a la escuadra rusa del Pacífico. La flota del Báltico sale para Japón a toda prisa para ver de equilibrar la cosa. Pero, como los ingleses prohíben a los rusos pasar por el Canal de Suez, la escuadra del zar tiene que hacer el viaje bordeando toda África y tirando por todo-todo el Índico, con la lengua fuera.  Consiguen llegar a Japón ocho meses y 18.000 millas después de zarpar, más quemados que un incienso. Los japoneses los fríen, claro. El almirante ruso iba en un buque de nombre impronunciable. Pues ese barco me estoy haciendo, a escala 1/350.

El jueves 6 de octubre a las 19:00, continuamos la conversación con Santiago Lorenzo en la presentación de ‘Tostonazo’ en nuestro auditorio. ¿Quieres acompañarnos? Solo tienes que reservar tu entrada gratuita, o puedes verlo en streaming a través de la web.

Por Adriana Herreros.