Símbolo de poder o de reconocimiento social, esa representación más o menos real más o menos idealiza del retratado asegura su transcendencia. Y también la del artista. ¿Quién podía sustraerse al poder de semejante formato? Hablamos con la artista plástica y pintora de retrato María Bisbal, con motivo de la muestra ‘Cortés. Retrato y estructura‘.
El arte del retrato se remonta así a los orígenes del hombre (y de la mujer, pero menos) y está presente en toda la historia de arte. Desde aquellos estilizados gobernantes egipcios, pasando por esos retratos naturalistas de la dinastía Fayum, de Rubens a Velázquez.
El retrato es un fiel reflejo de cada época, de la riqueza, de la pobreza, del poder, de la guerra, todas las personas individuales que conjuntamente forman la sociedad de cada momento. Y siempre ha sido un género muy ligado al encargo, pero también los artistas se han expresado por este medio sintiéndose atraídos por personas que han encontrado en su camino.
Con motivo de la inauguración de la gran retrospectiva del pintor gaditano, ‘Cortés. Retrato y estructura‘, hablamos con la también pintora de retrato, y colaboradora de Hernán Cortés, María Bisbal.
De 2008 a 2015 fuiste la asistente personal del pintor Hernán Cortés, son bastantes años compartiendo con él trabajo y experiencias. ¿Podrías contarnos brevemente cómo es el proceso creativo de Cortés: su metodología, cómo se gestan sus ideas, las distintas etapas de su proceso, sus rutinas creativas si es que las tiene, alguna curiosidad?
María Bisbal– El proceso creativo de Hernán Cortés es complejo, se alarga en el tiempo. A veces las pinturas duran de meses a años. Cada pintura, retrato es un proyecto único. Es un un proceso que está muy ligado a su día a día. Parte del proceso intelectual se desarrolla con documentación de libros, viajes, visitas. Después existe la parte de pose, de conocer a la persona que se va a retratar, su entorno; analizar la parte estética, sus aspectos psicológicos. Un estudio también de los referentes.
La vida y la pintura en Cortés es lo mismo, está mezclado.
En la muestra que tendrá lugar en Fundación Telefónica ‘Cortés. Retrato y estructuras’ hay toda una serie de fotografías que ilustran el trabajo como retratista parlamentario del pintor Hernán Cortés que son obra tuya. ¿Cómo surge esa idea de documentar todo ese trabajo pero a través de la fotografía, justo tú que también eres pintora?
María Bisbal– Surgió porque hay un interés por saber cómo el pintor realiza las obras. Hay una especie de magia en la pintura que no se puede explicar. La idea de hacerlo en fotografía y en blanco y negro también, fue una manera de alejarnos de la pintura para verlo desde otro ángulo externo totalmente distinto. Fueron fotografías que surgieron de forma muy natural: la cámara estaba en el estudio, Hernán trabajando y yo cuando veía el momento oportuno, cuando creía que algo estaba sucediendo, cogía la cámara y hacía una foto. Esa fue la idea: sacar todo ese contenido de una manera muy visual, muy directa y muy cercana, en el trabajo del día a día.
Veo que tú trabajo como pintora también está centrado en buena medida en el retrato. ¿Para ti el retrato también es una forma de registrar de forma clara el mundo contemporáneo, una foto, una instantánea del mundo actual? ¿Por qué ese interés por el retrato? Parece que hoy en día no es un género que se cultive…
María Bisbal– El interés por el retrato me vino trabajando con Hernán Cortés, de una manera muy natural porque me fui impregnando de cosas que estaban sucediendo y queriendo saber más.
Y hay algo que me gustó mucho sobre el retrato: que es un acto social y que no necesita sufrimiento. Es una relación personal con otra persona. Y materializar todo eso implica un proceso intelectual y creativo que es un reto. La unión de todas esas cosas es lo que me ha hecho dedicarme al retrato.
¿Qué has aprendido o en qué te ha influido el trabajo de Cortés en tu trayectoria como artista plástica? ¿Otras influencias en tu trabajo?
María Bisbal– Me ha enseñado a tener paciencia en la pintura, algo que yo no tenía. Se ve ahora en mis cuatros. He aprendido a esperar a tener analizado y estructurado para poder abarcar la parte creativa, espontánea y mágica que sin duda tiene la pintura, de una manera feliz.
También me ha influido su transgresión en los formatos, la transgresión en la luz (los focos que utiliza por detrás de las personas, va subiendo los focos de altura para crear ciertas sombras.); todo ese juego creativo e intelectual inevitablemente aparecen mi pintura. Estéticamente me han influido también otros artistas, no solo retratistas como Kerry James Marshall, un artista que plásticamente me ha interesado mucho por su tratamiento del color.
Como fuente de información privilegiada ya que has trabajado junto a Hernán Cortés todos estos años: ¿podrías decirle al público asistente qué se va a encontrar cuando visite la exposición de Espacio Fundación Telefónica?
María Bisbal– Una gran sorpresa porque Hernán Cortés no es un pintor muy mediático, ni muy conocido a nivel divulgativo pero sí muy prestigiosos dentro de la historia de la pintura, con un gran valor estético contemporáneo. Toda su obra guarda muchos secretos del/sobre el retrato pictórico contemporáneo. Esta es una muestra para visitar de una manera muy personal y muy introspectiva: cada cuadro tiene una voz interior que se puede contemplar, investigar, descubrir.
#ExpoCortés es una gran oportunidad para conocer todo eso que Hernán lleva muchos años construyendo. Seguramente, la exposición puede dar pie para una investigación del retrato en el arte contemporáneo.
Por Adriana Herreros