21.05.2013

De lo pequeño

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Se inaugura estos días en el Museo del Prado la exposición La belleza encerrada. De Fra Angelico a Fortuny una muestra de algunas de las obras de pequeño formato que forman parte de las colecciones de la pinacoteca. Un total de 281 obras, ordenadas cronológicamente que permiten hacer un recorrido histórico–artístico que analiza los orígenes de las obras de pequeño formato.  “Un pequeño museo dentro del museo” en palabras de Miguel Zugaza, director del Museo del Prado.

Pero dejemos la visita al Prado para otro día y vámonos a dar una vuelta por otras pequeñas grandes obras de que rondan por ahí.

Tenemos, por ejemplo, la canción más corta del mundo, “You Sufer”, de la banda británica Napalm Death que tiene una duración de 1,3 segundos y cuya letra, o más bien alarido deberíamos decir, reza así: «You suffer, but why?»

Como película pequeña, pero pequeña de verdad, la recién estrenada “A boy and his atom” película realizada en escala  atómica donde un niño juega con su átomo.

Y en cuanto a literatura, no nos podemos olvidar del bueno de Monterroso y su “Dinosaurio” que, cuando despertó, todavía estaba allí. ¡Impagable!

Diagnóstico: Infoxicado

Estos ejemplos, y otros muchos, responden a inquietudes artísticas o tienen fines pedagógicos, reivindicativos, etc. Pero hoy día son otros los motivos que mueven a la inmediatez, al usar y tirar, al lo quiero y lo quiero ya. En la sociedad de la infoxicación todo se lanza a granel en mensajes cortos, directos, que tan pronto nos llegan los desechamos para pasar al siguiente. Todo fluye, nada permanece. Nace de este modo la tuiteratura, como ya la llaman, y es fácil encontrar concursos de relatos en tamaño tuit, novelas por entregas a 140 caracteres el capítulo e incluso festivales de cortometrajes de no más de 140 segundos de duración inspirados en tuits reales.

Dese tiempo

Pero las cosas buenas  de la vida necesitan tiempo, reflexión, la precipitación raras veces es buena consejera. Dedicarse tiempo a uno mismo, a las personas que tienes cerca, recuperar el gusto por las cosas bien hechas, reducir la velocidad, ir al paso, escuchar con sinceridad…

Si algo merece la pena hacerse, merece la pena hacerse despacio.

 

Imagen: Desnudo en la playa de Portici, Mariano Fortuny. Óleo sobre tabla, 13 x 19 cm, 1874, Madrid, Museo Nacional del Prado

Zeque

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