Recuerdas el título de todas sus obras, sus personajes principales, las tramas, los escenarios e incluso tienes memorizados los diálogos. Es tu escritor de cabecera, pero ¿sabes cómo lleva a cabo esa magia? ¿Qué hace en los momentos en los que se atasca? ¿Cómo se inspira? ¿Cuál es su clave para enganchar al lector?
La mujer del pelo rojo, la última novela del del Premio Nobel de Literatura 2006 Orhan Pamuk, es una mezcla de fábula, relato mitológico y tragedia contemporánea. Recientemente este escritor turco visitó nuestro Espacio Fundación Telefónica para presentar la novela que pone frente a frente las culturas de Occidente y Oriente y pudimos disfrutar de unos minutos a solas con él. Suficientes para confirmar que su religión es la literatura. Muy amablemente nos dio algunas claves de su proceso creativo. Aunque todo nunca se puede contar, algún consejo muy curioso sí que nos regaló.
La creatividad de Orhan Pamuk no tiene fin, pero también necesita el momento idóneo para pulir una historia. La mujer del pelo rojo rondaba por su cabeza desde hace 25 años, sin embargo fue hace cuatro cuando comenzó de verdad a escribirla. “Siempre tengo 50 ideas y proyectos en mi cabeza, y es algo que me gusta. A veces me ocurre que cuando estoy terminando una novela una de esas ideas se me aparece con más fuerza. Así, mientras estoy terminando una obra pienso en la próxima y la voy elaborando. Organizo ese nuevo concepto en capítulos, que no necesariamente tienen que ir en orden”, explica. Cuando Pamuk se mete en una historia se adentra por completo en ella, es muy consciente de que la literatura puede conmover por completo al lector.
Este Premio Nobel, que estudió arquitectura y periodismo, tiene dos maneras de afrontar su rutina diaria. “Para mí, escritores y novelistas tienen dos formas de escribir. La poética, donde escribes sin saber lo que escribes; y la más disciplinada y cuidadosa, en la que se para a editar, se reescribe, vuelve otra vez y se pone bonito. Depende del día o de mi humor organizo mi vida y la forma en la que escribo. A veces escribo de forma poética y otras de forma más disciplinada”.
¿Su secreto para levantar el ánimo? Visitar un museo. Para él, escribir es intentar no atascarse pero cuando sucede la clave es seguir trabajando. Cuando está bloqueado salta a otro capítulo y luego a otro. “Escribir una novela es como andar por una cuerda, si no quieres estar desmoralizado hay que sentir que has hecho algo. Te puedes sentir como una hormiga andando con mucha paciencia pero hay que avanzar”, subraya. No hay que perder agilidad, la vida es tomar decisiones, y en ocasiones hay que hacerlo rápidamente y sin lamentarse. “Yo quería ser pintor pero terminé como novelista. Tienes que ser rápido en ciertas decisiones”.
Hablamos de un Premio Nobel cuyas obras se han traducido a más de 40 idiomas, antes de despedirnos no podría faltar una última pregunta. ¿Algún consejo para los jóvenes escritores o artistas que pasan por Espacio Fundación Telefónica? “Siempre digo lo mismo: no cojas consejos de gente mayor. Sé que el futuro genio nunca me escucharía”, sonríe Orhan Pamuk.
Por Ignacio Cayetano
