Start: Daniel Sánchez Mateos
El lenguaje del videojuego aún está formándose, aunque el medio está a punto de cumplir los 50 años. El nacimiento bajo la sombra de la Televisión, como el gran referente en la forma de relatar de la segunda mitad del siglo XX, así como la dependencia de la tecnología, tan cambiante, que obliga a rediseñar y reprogramar en muchas ocasiones los mismos títulos para adaptarlos a las nuevas consolas y potencia de los ordenadores han provocado que, en muchas ocasiones, el tipo de juego que se hace se realice siguiendo modas o copiando éxitos previos. También existe cierta endogamia, para qué engañarnos, de los desarrolladores y los jugadores cuyos gustos, les llevan a repetir fórmulas o buscar entre las opciones ya tomadas por sus antecesores para acelerar los procesos de producción y publicación.
En este entorno, se considera el año 2000 como el año en el que el lenguaje del videojuego comienza a ser analizado por aquella primera generación de estudiantes que, habiendo vivido ya bajo la completa existencia de los videojuegos como fenómeno comercial, salen de las universidades teniendo como referentes sus formas de contar historias, su estética o su historia y, por esa razón empiezan a utilizarlas en el marco de las tesis doctorales o investigaciones de grado y de posgrado.
Ahora, 18 años después, existe una generación de escritores y narradores virtuales que explorar continuamente las fronteras del videojuego buscando nuevos caminos que permitan avanzar en el mismo, proponiendo nuevas mecánicas y formas de contar historias en un medio en el que el jugador debe tener la opción de influir en la historia, hacerla suya o simplemente superar los retos que ésta le propone por extraños que estos sean. Es de esos narradores, de cómo trabajan o a qué retos se enfrentan, cuando deben ponerse en la piel de lo que harán los jugadores, de los que nos gustaría hablar. Una sesión perfecta para aquellos profesionales interesados en la narración de los videojuegos y para todos aquellos que sienten curiosidad por lo que es el oficio de escritor de un medio donde, en realidad, se aspira a que sea el jugador el que escriba la historia.