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Actividades Mayte Carrasco: “El autoempleo es la única salida que hay en el periodismo”
La reportera de guerra Mayte Carrasco participó en #FriendsOfTalent el 5 de marzo
La reportera de guerra Mayte Carrasco participó en #FriendsOfTalent el 5 de marzo
“El autoempleo es la única salida que hay en el periodismo en estos momentos”. Mayte Carrasco se muestra rotunda al respecto. “Ahora es la iniciativa privada la que está salvando el buen periodismo”. Carrasco (@maytecarrasco74), reportera freelance, analista y profesora, fue premiada como mejor corresponsal en el extrajero en 2011 por el Club Internacional de Prensa (CIP). Participó en Friends of Talent el 5 de marzo en el Auditorio del Espacio Fundación Telefónica a las 19:00 horas, junto al fotoperiodista Samuel Aranda. Puedes ver la grabación aquí.
Recién llegada de Mali y con “cinco kilos menos”, la reportera de guerra asegura que el conflicto maliense es uno de los más duros a los que se ha enfrentado debido a su logística. “Hay dos tipos de censura: una, la que podemos tener dentro de nuestras redacciones, y otra cuando estás sobre el terreno”. Mali ha sido, según ella, un ejemplo del segundo caso.
“En Mali el ejército francés y el ejército maliense no nos han dejado grabar la guerra. Era como una guerra invisible y tenían todos los medios para lograrlo porque el terreno era inhóspito. Nosotros hicimos de todo, pasamos por mitad de la sabana con un gps, algunos cogieron una piragua y navegaron cinco horas por el Níger, otros tuvieron que andar más de cinco kilómetros para salir del aeropuerto de Gao donde estaban confinados”. Finalmente, consiguieron llegar al norte y en Gao pudieron grabar un ataque improvisado de islamistas. Tras dos horas de grabación, “dos carros de combate franceses vinieron a rescatarnos a 30 periodistas. Yo dije que no me quería ir, pero nos expulsaron manu militari”, asegura.
Llegó por casualidad al reporterismo de guerra al cubrir en 2008 el conflicto de Georgia, desde entonces ha trabajado como freelance en numerosas guerras en países como Libia, Egipto, Siria o Mali. Hacerse independiente, no fue, sin embargo, una opción que ella eligió. En 2004, le ofrecieron irse de corresponsal a París con Telecinco, pero no le daban otra opción. “Era un puesto increíble y me encantaba el trabajo, a pesar de que las condiciones económicas no eran las que yo quería. Entonces ya cobraba la pieza y a partir de ahí, comencé a ser independiente”. Durante estos años, ha tenido oportunidades para dejar de serlo, pero ella las ha rechazado porque “ser freelance da una libertad que te ayuda a progresar de otras maneras, tienes más iniciativa propia y puedes llegar antes a cualquier conflicto porque no tengo detrás ese entramado de funcionariado que hay en muchas televisiones que hace que las cosas sean más lentas”.
“Siria no es una guerra para que sea tu primer conflicto. Es realmente una ruleta rusa en la que toca, y te toca”
A sus 38 años, Mayte se ha convertido, como ella misma asegura, en una “mujer orquesta”. Se trata de una tendencia que ha sido impuesta por las nuevas tecnologías desde hace unos años, “ahora puedes tener una cámara más pequeña y hacer múltiples formatos al mismo tiempo”. El problema de ello es que “los medios de comunicación se han aprovechado de esas circunstancias y al final lo que han hecho es eliminar puestos de trabajo como el cámara de televisión. Además, creo que la especialización lleva a la calidad, y cuando estás preguntando detrás de una cámara, pierdes calidad”.
Hay grandes organizaciones que ayudan a los reporteros freelance a través de cursos de primeros auxilios o mediante el préstamos de chalecos antibalas como hace Reporteros sin Fronteras, sin embargo, la mayoría viajan sin seguro a los conflictos armados pues “éstos siguen siendo todavía muy caros”, confiesa Mayte. “Siria no es una guerra para que sea tu primer conflicto. Es realmente una ruleta rusa en la que toca, y te toca. La reportera estadounidense Marie Colvin, tenía una gran experiencia a sus 45 años, pero no se trata de eso, pues hubo gente muy experimentada como ella que murió allí. Yo lo tengo muy claro: no merece la pena morir por una noticia”.
A pesar de que ha vivido situaciones extremas, la reportera confiesa que cuando vuelve a casa se siente culpable y tiene ganas de regresar. “Si la prensa internacional no está allí, no se habla de esa gente”. Ha sido testigo de torturas y muertes, pero afirma que cuando está sobre el terreno intenta mantenerse al margen. “No lloras porque estás trabajando, porque estás alerta, porque tienes que salir corriendo, porque tienes que escribir. Si te paras a consolar, no puedes trabajar. Es imposible”. Sin embargo, Mayte asegura que hay otros periodistas que deciden involucrarse. “Recuerdo a un fotógrafo japonés que se convirtió en rebelde en Siria”.
Han pasado cinco años desde que cubrió su primera guerra, ahora confiesa que ha aprendido a apreciar mejor la vida. “Las guerras te enriquecen, te endurecen, pero te envejecen también. Y como dicen mis amigos sirios, yo no me siento con 38 años, sino con casi 50 por la riqueza de cosas que he visto, y a veces, eso es peligroso”.
Respecto al futuro, Mayte afirma que no tiene en mente próximos conflictos. «Quiero descansar y ponerme con la segunda parte de mi novela «La Kamikaze». Asegura además que «no pasa nada por vivir en la incertidumbre», al fin y al cabo, «como freelance y como independiente, yo nunca he sabido lo que iba a cobrar el mes siguiente».
María del Río Resa