A partir del siglo XIX los magos se convirtieron en auténticas celebridades, personajes que no sólo a través de sus increíbles trucos, sino también de su personalidad y sus estrategias de marketing, lograron epatar al público y ser conocidos internacionalmente.
Harry Houdini fue sin duda el más célebre de todos ellos, y es el que sigue siendo más moderno a nuestros ojos: la manera en la que se construyó como icono le relaciona con multitud de figuras contemporáneas. Una de ellas es Beyoncé, con quien comparte más que la utilización de títulos reales para autodenominarse (Houdini se hacía llamar “The Handcuff King” -El Rey de las Esposas-, mientras que Beyoncé es “Queen Bey”). Destacamos aquí algunos de los puntos en común más interesantes entre ambos.
• La imagen del trabajador incansable
Houdini en su taller (Musée McCord) / Beyoncé en el estudio
A pesar de las estrategias que utilizaba para ensalzar su figura, Houdini nunca se presentó como una persona con un talento puramente innato (ni, por supuesto, como alguien con verdaderos poderes mágicos). De hecho incidía en su condición de trabajador incansable a través de sus fotografías, sus publicaciones, sus declaraciones… que hacían patentes las largas horas de estudio, experimentación y colaboración con especialistas que le permitían ser el mejor en su categoría. Éste es también el caso de Beyoncé, quien declara “Soy una adicta al trabajo, y no creo en el “no”. No creo en “necesito dormir”. Si yo no duermo, nadie [de mi equipo] duerme”. Gracias a la dedicación Houdini lograba realizar trucos cada vez más increíbles, y Beyoncé realiza proyectos musicales cada vez más complejos, coreografías cada vez más sofisticadas, espectáculos cada vez más imponentes.
• Excelencia física y espectáculo
Houdini (aún Erich Weiss) muestra las medallas que ha logrado como atleta (hacia 1890) / Beyoncé en un anuncio para Ivy Park
La forma física de Houdini era un elemento fundamental en sus trucos, que requerían de agilidad, fuerza y resistencia. Mucho distaban de él los magos que se ceñían a realizar trucos sorprendentes sin que una gota de sudor apareciese en su frente. Lo mismo puede decirse de Beyoncé: en sus actuaciones no se limita a cantar estáticamente frente a un micrófono, parte clave de su magnetismo son sus increíbles coreografías, que año tras año han ido cobrando cada vez más dificultad y que sin una forma física excelente son irrealizables. No resultó bizarro por lo tanto que crease una marca de ropa deportiva el año pasado, Ivy Park, para cuyo nombre se inspiró en Parkwood Park, el parque donde se entrena desde que es pequeña. Houdini también acostumbraba a correr (dicen que 16 km diarios) en un parque aunque, al vivir en Nueva York y no en Houston, lo hacía en Central Park.
• Sorpresa tras sorpresa
Houdini, a medida que le iban surgiendo imitadores, buscaba elementos nuevos que volviesen a dirigir toda la atención hacia él: se liberaba de unas esposas pero introduciéndose además en un bidón lleno de agua, se deshacía de una camisa de fuerza pero colgado bocabajo de un rascacielos… trucos que ningún mago había realizado antes y que el público por tanto no esperaba. Beyoncé también es conocida por jugar con la sorpresa en sus espectáculos, en los que ha desafiado las leyes de la gravedad, ha bailado sobre las aguas, ha roto una cámara de vídeo con un bate, se ha rodeado de un ejército de clones digitales, ha sacado a escena a colaboradores inesperados, ha cantado entre llamaradas, ha anunciado su embarazo…
Fuera del escenario es también una maestra de la sorpresa. Se ha convertido en icónica la manera en la que presentó su álbum ‘Beyoncé’: sin previo aviso, sin campaña de marketing, sin que ninguna persona involucrada en el proceso desvelase absolutamente nada (al estilo del equipo de Houdini, que juraba total confidencialidad). Ojos desorbitados, gritos… las reacciones de sus fans al descubrir la noticia no distaron mucho de las de quienes, cien años antes, tuvieron el privilegio de ver al Rey de las Esposas en acción.