08.08.2018

Ser intérprete de LSE en Espacio Fundación Telefónica

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A casi todos los que acudimos de manera regular al auditorio de Espacio Fundación Telefónica nos suena la cara de Gemma Ayats. Con 31 años Gemma es una de las intérpretes a lengua de signos que se encargan de difundir nuestros eventos a la comunidad sorda. Saludarla y que te devuelva la sonrisa es ya un habitual, un clásico para sentirte en casa. Hablamos con ella para conocer un poco más sobre su labor, la de todos los intérpretes que nos ayudan cada día a difundir la cultura digital.

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Espacio Fundación Telefónica se ha propuesto desde sus inicios el reto de hacer que las tendencias tecnológicas, las voces referentes actuales y la cultura digital lleguen a todos. Quiere que la transformación digital sea democrática y no solo para unos pocos. Por eso traducir todos sus eventos a lengua de signos española es un pequeño gran paso para lograrlo. A través de esta entrevista-reportaje, y con la figura de Gemma como ejemplo, queremos conocer mejor la iniciativa.

Gemma nació en Figueras (Girona), pero vive en Madrid desde 2009. Estudió un ciclo formativo superior de Interpretación de Signos y lleva trabajando como intérprete desde hace 7 años.Ahora hay una carrera universitaria que aún no se ha promocionado mucho, pero para los de mi generación solo había un ciclo formativo. Eso, más la experiencia que vas cogiendo”, nos cuenta. “El módulo dura dos años. Sales preparado con técnicas, pero es poco. Por eso ahora la carrera de Interpretación [llamada Grado de Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda, que se imparte en universidades como la Rey Juan Carlos] son 4 años. Necesitas práctica, práctica, práctica… “, puntualiza.

¿Por qué decidiste dedicarte a la interpretación a signos?

Por una cosa muy curiosa, me encanta hablar. Además tocaba el piano y me gustaba mucho hacer cosas con las manos. Me dije: “¡Wow, un idioma que se habla con las manos!”. Y así me lancé.

¿Es una profesión que te exige reciclarte?

Totalmente. Al principio tienes que tener mucha paciencia y avisar de que eres novata. La renovación en el vocabulario es constante debido a las nuevas tecnologías y a los términos nuevos asociados a ellas. Ahí tienes que tirar de muchos contactos. Contactar con muchas personas sordas y con otros intérpretes. Preguntarles, “oye, ¿cómo haces esto?”.

Nosotros somos una asociación sin ánimo de lucro llamada Centro SILSEMadrid -Centro Servicio de Intérpretes de LSE de Madrid-. Estamos en contacto con personas sordas y a eso se le une que siempre tienes intérpretes compañeros y amigos, por lo que el feedback es constante. Tenemos un convenio con la Comunidad de Madrid y con ellos atendemos los servicios básicos además de trabajar para particulares como Fundación Telefónica.


«En la lengua de signos tienes un “margen de error” cubierto por el deletreo. Si no conoces el signo de una palabra, la deletreas y luego dices el signo que le vas a poner»

 


¿Cómo es vuestro día a día?

Estamos disponibles por la mañana y por la tarde. El día antes -o dos días antes- nos mandan un mensaje personalizado en el que nos dicen: “De tal hora a tal hora tienes con tal persona en este sitio. Dos horas después tienes otra cosa en otro sitio y luego, pues lo que sea”.

¿Y qué te ha tocado a ti hoy?

Hoy he tenido un médico de cabecera, luego un dentista, y ahora este evento en Espacio [el evento al que se refiere fue ¡Orgullo ‘Gaymer’!: videojuegos LGTB, celebrado el pasado 4 de julio].

¿Tienes que estar muy al día en términos médicos y tecnológicos?

Intentamos estarlo. En realidad somos un glosario con patitas y si hay algo que no entendemos siempre tenemos que preguntar. En los casos médicos sobre todo, ya que es algo muy delicado.

¿Cómo te has preparado el evento de hoy?

Cuando nos avisan de que tenemos que cubrir uno de los eventos del Espacio lo primero que hacemos es mirar la página web. Normalmente suele estar todo muy bien detallado: ponentes, temática y demás. Después buscamos si hay conceptos que no sabemos.

Me acuerdo de una ocasión en la que hicimos una charla sobre ‘bitcoin’ y, claro, me pregunté: “¿Qué es un bitcoin?” Cuando salen términos o conceptos como este tienes que buscar qué signo le pones si es que no lo tiene.

Entonces, ¿muchas veces sois vosotros los que ponéis los signos?

Eso es. Lo bueno de la lengua de signos es que tienes un “margen de error” cubierto por el deletreo. Es decir, si no conoces el signo de una palabra, la deletreas y luego dices el signo que le vas a poner a partir de ese momento. Así, la otra persona ya sabe que cuando haces ese gesto te estás refiriendo a ese término.

En eventos como Todopoderosos, por ejemplo, en los que pueden hablan sobre Superhéroes, o te gustan un montón o no sabes quién es Wonder Woman en lenguaje de signos. Por eso lo que hacemos es pactar con el compañero qué signo le vamos a poner -ya que normalmente lo cubren dos-.

¿Y cómo consigues ponerle un signo a un término sorpresa que no conoces?

Tirando de inventiva. Muchas veces tienes que crear el signo sobre la marcha porque son palabras espontáneas y no contabas con ellas. Es verdad que el vocabulario de la lengua de signos se ha ampliado un montón, pero hay conceptos para los que es necesario ver qué implica y pensar bastante para que la persona lo entienda.

Por ejemplo, la primera vez que tuvimos un evento con booktubers lo primero fue entender exactamente qué son. Pensé “si el youtuber es el protagonista del vídeo; un booktuber implica que el libro se suma a esa ecuación”.

Además es un trabajo en equipo, ¿verdad?

Normalmente sí. Dependiendo de la duración o del tipo de evento venimos uno o dos. Si vas a estar solo te lo preparas solo, pero si vais a ser dos intentas estar en contacto con el compañero para establecer cómo hacer esto o lo otro. Que vengamos uno o dos depende de la duración o, hablando en llano, de la “chicha”. Si es un evento sobre economía o con términos que no están en la cultura popular entonces sí que es necesario dos personas.


«La lengua de signos es más “económica”, más conceptual. Solemos clasificar las cosas como lo positivo y lo negativo»

 


Cuando los invitados hablan rápido y son muchos, ¿cómo os da tiempos a interpretarlo todo?

La lengua de signos es más “económica”, más conceptual. Imagínate: lo positivo y lo negativo. Ubicas lo positivo en un lado y lo negativo en el otro. Cada vez que digan cosas positivas y negativas las vas situando más cerca de un lado o del otro. Así, el espectador ya lo tiene ubicado porque ya lo has dicho una vez. Es una lengua muy agradecida. Te permite jugar mucho con el espacio: aquí, allí, lo de antes…

¿Qué es lo más raro o complicado que te ha sucedido en un evento?

Los eventos de Todopoderosos son los más complicados. Lo son porque no sabes en el brete en el que te van a poner. También a nivel técnico hay eventos muy complicados, de ciencia o de inteligencia artificial, por ejemplo. La preparación previa es muy necesaria.

¿Qué sucede con el tono y las emociones? ¿Cómo transmitís todo eso?

Gran pregunta [se ríe]. Con la cara y el cuerpo. Ahora mismo me está costando mucho no mover las manos mientras hablo. Somos muy expresivos con la cara, con las cejas. Si alguien habla en un tono más de vacile o más altivo, o si está enfadado o pregunta, ese tono lo pones con el cuerpo. Sobre todo es importante la expresión facial.

¿Los intérpretes a lengua de signos habéis hecho algún tipo de formación en este sentido?

La verdad es que el ciclo formativo que estudié es increíble. Damos lingüística, la propia lengua de signos, y sobre todo esto: expresión facial. Trabajamos mucho con tarjetitas que te dicen: “Te duele mucho una muela pero no te puedes tocar” o “estás subiendo una montaña y estás muy cansado”. El compañero tiene que adivinar esa emoción sin que le digas nada. Se necesita mucha práctica, pero es muy guay. También te acostumbras mucho a ver a la gente y a leer su lenguaje corporal. Si haces esto es más sencillo saber qué dice, cómo lo dice o qué va a decir.

El feedback, el público, también es muy importante. Aquí en Espacio nos ayuda mucho el público. Una cara de asombro, por ejemplo.

Si alguien de otro país quiere seguir un evento de Espacio en lenguaje de signos, ¿puede hacerlo?

Exactamente igual no lo puede seguir. Aquí en España hay reconocidas oficialmente la Lengua de Signos Española y la Catalana con variables locales. Por ejemplo, en Galicia. Ya que igual que están los acentos en la lengua hablada también están los acentos en el lenguaje de signos. Sin embargo, a nivel general sí que hay gente de fuera que nos ha dicho: “Os he visto y se comprende”. Es decir, se llega a entender.

De hecho, las personas sordas acostumbran a viajar un montón. Se van con su lengua de signos por el mundo y esto se debe a que todas tienen muchos puntos en común. Al final, además, la expresión facial te ayuda a llevar el hilo de la conversación.

¿Y por qué no usar una lengua de signos universal?

Hay una que se llama Sistema de Signos Internacional. Es como una lengua franca, pero es código lingüístico creado artificialmente. Es una mezcla de todas las lenguas y es menos completa porque te permite menos matices. Sirve para lo básico, pero para cosas mucho más profundas no porque al final acabas tirando del cuerpo o de ponerle más expresividad. Al ser artificial es más limitada.


«Te enteras de que hay una persona siguiéndote porque tienes unos ojos clavados sobre ti. Los sientes»

 


¿Cómo localizas a los espectadores que te están siguiendo?

Generalmente te enteras porque tienes unos ojos clavados sobre ti. Los sientes. Muchas veces tienden a decirte “hola” antes de comenzar. Se acercan y te dicen que van a estar siguiéndote. Además, si algo no lo han entendido bien buscan el feedback y nos preguntan al terminar. Otros han venido y se han ido sin decir nada también.

Además, os siguen por streaming

Sí, no les hace falta ir físicamente para ver los eventos. Está genial por la difusión.

¿Existen en Madrid o en España otros espacios culturales que traduzcan todos sus eventos a lenguaje de signos?

Con esta frecuencia, ninguno. Para nosotros es muy importante que se interprete absolutamente todo y creemos que es necesario para difundir esta cultura que no llega a todo el mundo.

En Madrid [se queda pensando de nuevo]… no. La interpretación a lenguaje de signos se reduce a servicios básicos y a televisión en temas políticos. Por ejemplo, la época de campaña electoral supone siempre un pico de trabajo importante. Como hay varias entidades dedicadas a la interpretación: una lleva el Congreso, otra lleva en Consejo de Ministros, otra otra cosa…. Todo está repartido.

¿Crees que otros espacios culturales tendrían que incluir a este tipo de servicio?

Lo importante es que cada institución o fundación se crea que lo que hace es bueno. Creo que eso es lo primero. Lo segundo sería querer difundirlo al máximo, que no quede en un petit comité. Es decir, que te sientas orgulloso de lo que haces y que quieras que llegue a cuanta más gente mejor. Creo que eso es lo que se hace aquí: “Hacemos cosas muy chulas y no queremos que tengan fronteras ni barreras”.

¿Cómo te sientes al hacer esta labor en Espacio?

Creo que para todos los que venimos de manera habitual lo mejor es que nos sentimos como en casa porque la gente que trabaja aquí nos hace sentir así. Además pensamos: “Wow, estoy haciendo llegar cosas muy curiosas a todo el mundo”. Muchas veces los temas que traducimos terminan teniendo mucha repercusión fuera y sientes que eres parte de la primicia. Todo es siempre fácil y todo el mundo está siempre dispuesto. Nos encanta.

Por Ylenia Álvarez