De la mano de Julia Baier nos adentramos en una nueva dimensión fotográfica. Dejando de lado el documental, lo interesante ahora es perturbar e invitar a la reflexión. El espectador, incluso, necesita de unos minutos para llegar a descifrar la imagen.
Julia Baier, nacida en el año 1971 en Augsburgo y asentada en Berlín, pertenece a la generación más joven de fotógrafos y fotógrafas que utilizan Leica y que se caracteriza por abrir sus trabajos a nuevos horizontes.
En su serie ‘Geschwebe’ nos enseña tres cosas. La primera es que no le interesa documentar el mundo o lo que sucede en él. De la vida cotidiana ya se ha retratado todo. Lo que le interesa a Baier es el medio en sí. En sus fotografías se pregunta cómo funcionan las imágenes fotográficas y cómo dan forma a nuestra visión, a nuestra percepción. No se trata de información, sino más bien de irritación. No de aclaración, sino de dudar de la sinceridad de una iconografía fotográfica.
Baier, y este sería el segundo punto, ya no se ve como una documentalista, el ejercicio principal de la generación de fotógrafos que la precedieron. Ella se define como una artista que busca respuestas muy personales a preguntas complejas.
Y por último: Baier demuestra que no es necesario viajar lejos, ni visitar territorios lejanos y exóticos para conseguir resultados fotográficos creíbles. En este caso, nos presenta una sencilla mirada a un patio trasero de Berlín. Alguien ha quitado la nieve con una pala y ha despejado los caminos. Hay un par de bicicletas por ahí. Contenedores de basura. La entrada de una casa. Sin embargo, se necesita un tiempo para descifrar la imagen en blanco y negro. Y este es precisamente el objetivo del su arte fotográfico.
En una época de imágenes más sugestivas, rápidas y coloridas, la artista reduce la marcha, crea enigmas, te invita a detenerte, a reflexionar y, premeditadamente, te agudiza la visión. Las fotografías de Baier desconciertan. Te obligan a forzar la visión, cosa que, en ocasiones, requiere dar un paso atrás. Esto también se atribuye al concepto posmoderno de la joven artista: el hecho de que nos haga enfrentarnos a grandes formatos con un arte fotográfico aproximativo a la pintura sobre tabla; en su caso, siempre en blanco y negro.
*La foto de apertura es un detalle de la imagen: