25.01.2016

La (in)visibilidad de las mujeres en la literatura

Hablamos con la experta verniana Natalia Carrero —colaboradora del libro Jules Verne. El futuro sobrepasado (GraphiClassic, 2016) con el artículo Breve viaje al centro de la misoginia– y la comisaria de la exposición Julio Verne: los límites de la imaginación, María Santoyo, sobre la representación de la mujer en la literatura, los tradicionales roles femeninos en el sacrosanto universo de las letras, y sobre la necesidad de nuevas formas de representación que se ajusten a mujeres reales. Y de fondo, la literatura verniana.

Puedes enumerarnos nombres de mujeres excepcionales en la historia de la literatura, valiosas intelectuales relegadas injustamente a un segundo plano.

Natalia Carrero– Mencionaría, por lo de excepcional, a Christine de Pizán. Para convertirse en la primera escritora profesional venció numerosos obstáculos, comprobó en directo la marginación de la mujer y, como reacción a la misoginia que proclamaban tantos libros, escribió uno de los primeros alegatos feministas, La ciudad de las damas.

María SantoyoAphra Behn, Beryl Markham, Djuna Barnes.

Según tu opinión, ¿por qué la historia (de la literatura) se escribe dando prioridad/centralidad al hombre? ¿Por qué ellas, las mujeres ocupan siempre un segundo plano?

NC– La misoginia está en el origen de los documentos que forman parte de la cultura, se encuentra en el origen de la tradición cristiana. Es, por así decir, una mayoría ideológica, una herencia maldita.

MS– Porque quienes tradicionalmente escriben la historia y han sentado las pautas de cómo escribirla son hombres. Las fuentes centradas en las mujeres de la historia son muy escasas.

¿Deben los personajes femeninos estar constantemente acosados por el desamor, hacer de comparsas amantes o, mantenerse en el rol de amante cuidadora?

NC– Los personajes femeninos o masculinos deberían servir a la trama. Los personajes femeninos estereotipados como amantes, comparsas, cuidadoras etc deberían quedarse donde están, pertenecen al tiempo, a las ideas y a las novelas en que fueron escritos, y deberían ser leídos con espíritu crítico. Si los leemos hoy con espíritu crítico, podemos reírnos bastante, y tomarlos como armas para que estos estereotipos no sigan representándose.

MS– No, los personajes femeninos deberían reflejar la pluralidad y todos los matices del universo femenino, tan dispar como mujeres hay en el mundo.

Ejemplos de, por el contrario, obras literarias que pasarían el test de Bechdel.

NC– No conozco en profundidad el test de Bechdel. Obras de Cristine de Pizán, de Madame de Sevigné… numerosas obras de autoras, y quizá también autores, con un claro sentido de la injusticia y la desigualdad, lo pasarían.

MSLas horas, de Michael Cunningham.

Desde tu punto de vista, ¿es real la indiferencia de Julio Verne hacia el género femenino?

NC– Mantuvo conversaciones interesantes con mujeres letradas como George Sand, la periodista Nelly Bly, por mencionar dos ejemplos documentados. Me gusta pensar que en diferentes momentos de su biografía, Verne varió ese nivel de indiferencia. Fue, estamos hartas de oír, una mente de su tiempo; es decir, un misógino de su tiempo.

MS– Absolutamente, roza incluso el desprecio.

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Hombres excepcionales en la historia de la literatura relegados injustamente a un segundo plano por algún otro motivo.

NC– Es una pregunta muy amplia que requiere un conocimiento profundo de la historia de la literatura, de sus censuras por motivos quizá políticos u otras injusticias, así como de sus rescates posteriores o justicias poéticas. Durante el exilio español, numerosos autores y autoras fueron relegados a un segundo plano…

MSJosé Díaz Fernández, autor de la novela de vanguardia La Venus mecánica, periodista republicano y exiliado de guerra.

En los últimos años hemos visto a una heroína juvenil potente, Katniss Everdeen en Los juegos del hambre, liderar las ventas y servir de ejemplo para muchas chicas. ¿Hay esperanza?

NC– Sí, cada vez hay más personajes femeninos que adquieren el rol de protagonistas con poder y esto está muy bien. Habría que analizar acto seguido qué hacen con ese poder, si se lo quedan o lo comparten, al servicio de qué causa lo emplean.

MS– No he leído los libros, pero la escena final de la saga cinematográfica muestra a Katniss con un vestido de flores y un bebé en brazos, mirando arrobada a su novio, que juega en la pradera con el primogénito. Un rol femenino tradicional y una escena propia de los años 50.

Normalmente se cuelga la etiqueta de “literatura femenina” con un tono peyorativo. ¿Dejará de estar estigmatizada, por ejemplo, la literatura romántica?

NC– Toda la literatura de la que cuelgan etiquetas como femenina, romántica, queda como fea, como si le colgaran flecos de estar mal hecha. Literatura sin etiquetas es aquella que entra directamente a conectarnos con el mundo que nos ofrece. Es una voz que nos habla y de nuestra disposición de escucha depende que sigamos leyendo o no. En ese acto de lectura no entran las etiquetas peyorativas.

MS– Solamente debería estigmatizarse la mala literatura. Hay literatura de género excelente y supuesta “alta” literatura que no merecería ser impresa.

¿Las mujeres escriben más sobre mujeres?

NC– Respondo con otra pregunta igual de general: ¿los hombres escriben más sobre hombres? 
Pero seguramente sí, hay muchas mujeres con conciencia de la necesidad de tratar temáticas femeninas que han sido literariamente poco visibilizadas.

MS– Tal vez escriban más sobre hombres que sobre mujeres. Pero lo que sí es cierto es que hay pocos hombres que escriban sobre mujeres reales.

¿Qué tópicos de género urge derribar dentro de la literatura?

NC- En literatura a lo mejor habría que derribar todos los tópicos, pues una literatura hecha de tópicos se vería reducida a eso, una mera colección de tópicos. La literatura debería ser el lugar de la disidencia, de la diferencia, de la búsqueda de nuevas formas de representación
Pero intento responder de otra forma. Tópicos de género: l
a mujer objeto, la mujer consumidora del capitalismo, la mujer ambiciosa como un hombre, la mujer individualista y egoísta; a lo mejor todas estas mujeres-tópico habría que desmontar. Eso implicaría conocer las causas y motivos que las convierten en lo que son, conocer los mecanismos que rigen la sociedad que habitan, etc.

MS– Los mismos que en la sociedad.

El martes 26 de enero, las expertas vernianas Ana Claver y Natalia Carrero, la novelista Almudena Grandes y la comisaria de la exposición Julio Verne: los límites de la imaginación, María Santoyo, hablarán sobre la absoluta indiferencia, cuando no desprecio, de Julio Verne hacia el género femenino. Y también sobre las mujeres que con el tiempo se tomaron la revancha, como Nellie Bly, periodista que dio la vuelta al mundo en menos de 80 días o Inge Lehmann, sismóloga que desmontó la teoría de la Tierra hueca recreada por Verne. La conversación será moderada por la periodista Marta Fernández. Te esperamos.

Por Laura Gómez y Adriana Herreros.

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