La casa de los Smith fue su primer videoclub. Eran vecinos en Paracuellos del Jarama y allí pasó parte de su infancia, viendo pelis de miedo con su hermano mayor. A los 15, empezó a ir al cine en versión original, también con Roberto. De él aprendió que la mente es maleable y engañosa. ‘Regresión’, de Alejandro Amenábar, llega a los cines y nosotros hablamos con su guionista y director tras su paso por ‘Hay Vida en Martes’.
Hablar con Alejandro Amenábar sirve para conocer al hombre que hay detrás de sus 9 goyas y un óscar. Aquel niño que venció sus miedos viendo pelis de terror es una persona divertida que disfruta “jugando con sus personajes”; sensata, porque su lema para trabajar cómodo en la grabación de un film es “no dejar que las estrellas con las que trabajo me cieguen”. Y curioso: “muchas veces las películas nacen de una inquietud intelectual que tengo”. Como cuando empezó a leer sobre Einstein para entender la teoría de la relatividad y acabó dirigiendo ‘Ágora’.
Ahora vuelve con ‘Regresión’, la sexta de su filmografía, un thriller psicológico protagonizado por Emma Watson y Ethan Hawke, que juega con el poder de la mente y bucea en el mundo del satanismo.
Pregunta: ¿Qué se van a encontrar los espectadores en ‘Regresión’?
‘Regresión’ es un thriller psicológico inspirado en hechos reales, donde el satanismo y la psicología tienen mucho que ver.
P: ¿Qué intención hay en tu última película?
R: Siempre necesito un mensaje, lo que yo llamo el “qué” porque si no, no siento fuerzas para contar la historia. Por un lado, estaba el placer de hacer una película de terror sobre el demonio, aunque finalmente me ha salido un thriller, pero no encontraba ese enfoque que me permitiera expresar algo. Y ha sido al entrar en contacto con el fenómeno del abuso ritual satánico, algo que yo desconocía completamente, cuando me di cuenta de que podía hacer una película sobre más cosas. Aparte de una historia sobre el miedo en sí mismo, ‘Regresión’ es una película sobre la mente y como ésta nos hace prisioneros de nosotros mismos muchas veces, y como nos tuerce el camino, nos pone puertas y nos impide reconocer quiénes somos.
P: Un thriller satánico… ¿existe el demonio?
R: No creo en el demonio como nos lo pintan, pero sí, el mal por supuesto que existe. Creo más bien en el demonio que habita en todos nosotros, en los demonios interiores.
P: Eres una persona comprometida socialmente: ¿a qué tenemos que abrir los ojos?
R: Tenemos que quitarnos el miedo. Quitarnos ese velo para poder analizar fríamente la realidad y ver dónde está el foco de los problemas y dónde está el foco del mal.
P: ¿Dónde está el foco del mal para Alejandro Amenábar?
R: Puede estar en cualquier sitio, en rincones perfectamente iluminados en los que no nos habíamos fijado antes. Puede estar en muchos sitios. Ahora mismo creo que una de las cosas mas escandalosamente horribles para la gran parte del mundo es lo que está sucediendo con el integrismo islámico, que parece una auténtica vuelta al medievo: cómo se tortura y se sacrifica a la gente por sus ideas.
P: En ‘Hay Vida en Martes’, dijiste que tus películas te ayudan a superar miedos. ¿Tiene Alejandro Amenábar muchos miedos? ¿Cuáles has superado con ‘Regresión’?
R: En realidad con ‘Regresión’ lo que quería era llenarme de miedos. Lo curioso es que parece que te vas vaciando de miedos y lo que necesitas es alimentar el misterio. Me encanta espolear ese lado del misterio en mí. Más que enterrar miedos, desde luego lo que he descubierto es cómo la mente es mucho más complicada de lo que pensamos, por eso muchas veces hago la comparación con mi hermano, que es una persona que vive obsesionada con el pasado, con sus recuerdos. La mente es muy traicionera y confiamos mucho más en ella de lo que deberíamos.
P: Si hiciéramos una regresión ficticia, quizás encontrásemos el origen de tu gusto por el thriller psicológico…
R: Como niño miedoso que era, mis padres no me permitían ver películas de terror pero tuve la suerte _o la mala fortuna_ de que mis vecinos sí que veían cine de terror y me pusieron las películas que mis padres no me habrían dejado ver. Vi ‘El Exorcista’, ‘Alien’, ‘Al final de la escalera’… y pasando miedo, no sé si por tratamiento de choque, he conseguido liberarme de mis miedos interiores. Pero bueno, a mí el misterio me inspira, como al que le gusta la comedia o el fútbol.
P: ‘Regresión’: retroceso o acción de volver hacia atrás», según la RAE. Si pudieras volver atrás, ¿corregirías algo de tu carrera?
R: Sí y no, cambiaría muchas cosas pero tampoco tiene mucho sentido porque de lo que realmente se aprende es de los errores. Hay muchas cosas de mis películas que no me gustan pero no me puedo quejar, porque he hecho las películas que necesitaba y quería hacer en ese momento. Las películas para mí se han convertido no solo en una manera de ganarme la vida sino de expresarme. A través de ellas, he dicho lo que quería decir en cada momento.
P: ¿Hay algo en el más allá o simplemente te gusta jugar con él como recurso?
R: Mucha gente piensa que los que nos llamamos ateos tenemos una visión absolutamente materialista de las cosas. Pero el más allá siempre esta ahí y a mí me gusta pensar que hay cosas por descubrir. El más allá, o Dios o lo que Einstein llamaba ‘El Viejo’, es apasionante. Pero una cosa es que exista el más allá y otra que creas que has encontrado todas las respuestas. Yo creo que ahora mismo no tenemos todas las respuestas y probablemente no las tendremos nunca. Por eso nunca cierro las puertas al más allá.
P: ¿Cómo crees que han envejecido tus propias películas?
R: Lo último que quiere un director de cine es que sus películas envejezcan. Pero si hay algo que envejece rápidamente es el cine y, especialmente, el de terror. Es decir: tú hoy a un chaval le puedes dar literatura de los 50, que es perfectamente contemporánea y, en cambio una película de 1950 ya está ‘tocada’ y otra de los años 70, puede ser una vieja carraca. Partiendo de eso, soy consciente de que una película como ‘Tesis’, para un chaval ya se puede percibir como una película vieja, pero creo que las buenas películas siempre deben tener algo que las hace interesantes, ya sea por la vida de los personajes, la puesta en escena… y bueno, ¡me gustaría que mis películas perduraran!
P: ¿Quiénes son tus referentes de cine y literatura?
R: Mis referentes fundamentalmente son de cine porque son los directores con los que empecé a aprender: Hitchcock, Spielberg, Kubrick… y prácticamente cualquier película que llega a mi retina, porque también se sigue aprendiendo con lo que ves. Hoy me gusta Alexander Payne, en España Almodóvar, Alberto Rodríguez… En cuanto a referentes literarios, tengo que decir que no soy muy lector de ficción, me gusta Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, por supuesto, pero soy más de ensayo porque muchas veces las películas nacen de una inquietud intelectual que tengo. De pronto me da por leer a Einstein y me embarco en una peli como ‘Ágora’.
P: Has estado en Espacio Fundación Telefónica, en plena Gran Vía. ¿Cuáles son los rincones de Amenábar en Madrid?
R: Me gusta mucho el Barrio de Malasaña que fue donde se crió mi madre y donde yo, curiosamente, acabé viviendo años después. Estuve mucho tiempo por allí mientras hacia mis primeras películas. Ahora estoy más en la zona turística del Palacio Real, el Templo de Debod… Como tengo perro y bicicleta, también paseo por el Parque del Oeste. Pero mis barrios favoritos siguen siendo La Latina y Malasaña, porque todavía tienen ese ambiente de pequeño pueblo.
P: Una curiosidad.. ¿te llevas a tu perro a los rodajes?
R: Me lo quería haber llevado a Canadá, pero no me atreví. Luego, cuando vi que en la oficina de producción entraba la gente con su perro, pensé que me lo podía haber llevado al rodaje, porque además es un perro muy bueno. Se llama Kiko.
Por Carmiña Castromil y Leyre Paredes