Exposición La Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita
Exposición La Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita

Una exposición que homenajea a Ángela Ruiz Robles, Dña. Angelita, maestra desde la década de los 20 a los 60 en Galicia, una adelantada a su tiempo que dedicó parte de su vida a mejorar la enseñanza.

Espacio Fundación Telefónica
C/ Fuencarral, 3, Madrid
2 planta
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20
Feb 2015
28
Jun 2015
M X J V S D
12:00 - 20:00
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Una exposición que homenajea a Ángela Ruiz Robles, Dña. Angelita, maestra desde la década de los 20 a los 60 en Galicia, una adelantada a su tiempo que dedicó parte de su vida a mejorar la enseñanza.

Dña. Angelita, maestra desde la década de los 20 a los 60 en Galicia, fue una adelantada a su tiempo. Movida por su creatividad y pasión por el trabajo, dedicó parte de su vida a mejorar la enseñanza de los más pequeños a través de una serie de publicaciones didácticas y varios inventos tecnológicos de gran originalidad. Ser mujer, trabajadora, viuda y madre de tres hijas en la Galicia de los años 50 no fueron obstáculos para que la tenaz e innovadora Dña. Angelita llegara a ser una activa inventora con varias patentes, destacando entre ellas la Enciclopedia Mecánica, considerada en la actualidad como precursora del libro electrónico. Un dispositivo que pretendía renovar los obsoletos métodos pedagógicos de la época -basados en la memoria- para que los alumnos pudieran aprender de una manera más activa, individualizada y lógica.

Una mujer a contracorriente

La época en la que Doña Angelita desarrolla su labor de maestra, inventora, empresaria, madre… puede resumirse en la pregunta que un periodista le hace durante una entrevista en 1958:  “¿Una buena inventora puede ser una buena ama de casa?”. Los primeros 50 años del siglo XX en España arrojan datos desoladores sobre las mujeres.

En lo relativo a la educación, a principios del siglo XX sólo un 25% de la población femenina sabe leer y escribir y, en cualquier caso, la tasa de analfabetismo femenina es un 60% más alta que la masculina.

Es una sociedad en la que el papel de la mujer es prácticamente inexistente, limitado en el mayor de los casos al de ama de casa, sin apenas estudios básicos (qué decir de estudios superiores) y con un acceso al trabajo reducido a labores de nula especialización en fábricas o, como ocurría en el Ferrol de Dña. Angelita, como descargadoras de muelles. Una sociedad en la que, a nivel general, la tecnología más conocida es la radio y es más que escasa la presencia de elementos “tecnológicos” en la vida cotidiana: vehículos, lavadoras…

Inventora, escritora

La propia Dña. Angelita indicó que su interés por inventar empezó en 1916. Su inquietud por la educación y la pedagogía y su afán por facilitar el aprendizaje se reflejan en sus numerosos escritos y, desde luego, en sus inventos. Escribió y editó 16 libros, todos dedicados a la educación, a su aspiración incansable de hacer de la enseñanza un proceso más humanizado, dinámico y comprensible. Igualmente, sus inventos están orientados hacia la mejora de los métodos pedagógicos: un nuevo sistema de taquigrafía, (más sencillo que el que se estaba usando hasta la fecha), junto con una máquina taquimecanográfica; el Atlas Gramatical (admitido por la RAE) y, sobre todo, la Enciclopedia Mecánica. Todos ellos destacan por la aplicación de conceptos educativos que hoy en día destacan por su modernidad. Hasta 1975, año de su muerte, Dña. Angelita mantuvo al corriente el pago de la patente del libro mecánico conseguida en 1962, muestra de su férreo convencimiento de que otra manera de educar y aprender era posible.

Doña Angelita y los libros mecánicos

Dña. Angelita consiguió en 1949 su primera patente para “un procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros”. Pensado para los alumnos, suponía una nueva manera de comprender el libro de texto. En este “libro” los temas se activaban, trayéndolos al frente del dispositivo mediante unos pulsadores; otros, a su vez, permitirían iluminarlo, sería posible aumentar el tamaño del texto, escribir y dibujar sobre él… Incluso se planteaba la posibilidad de utilizar tintas luminiscentes que permitirían leerlo en la oscuridad. Este ingenio se fabricaría en diferentes formas y tamaños: personajes de populares cuentos infantiles, plantas o juguetes. En la mente de la maestra estuvo siempre presente transformar e innovar la educación. El cariño y respeto hacia los alumnos la llevaron a buscar cómo mejorar su calidad de vida escolar y facilitar su proceso de aprendizaje. El dicho de “la letra con sangre entra”, tan común entonces, no estaba en su ideario educativo.

Dentro de esta idea de libros electrónicos se enmarca el proyecto más ambicioso de Dña. Angelita, laEnciclopedia Mecánica. Un dispositivo en el que se incluirían todas las asignaturas y materias. Se abriría como un libro tradicional, en la parte izquierda se colocarían abecedarios automáticos que permitirían formar palabras, frases… en la parte derecha las asignaturas presentadas en bobinas intercambiables e independientes. Pequeño, construido con materiales ligeros y un maletín que permitiría al alumno llevarlo a la escuela junto con las bobinas necesarias para las asignaturas de todo el día… Incluiría también luz, tintas luminiscentes, cristal de aumento para leer las materias… Interactiva, accesible, práctica y lógica, la Enciclopedia Mecánica podría ayudar hasta los niños más rezagados Dña. Angelita, incansable en su empeño, mantuvo el pago de esta patente hasta 1961. Al año siguiente solicitaba una nueva patente de un dispositivo similar, aunque algo más simplificado.

Aparato para lecturas y ejercicios diversos

La pieza que se expone es el prototipo que se construyó a partir de la segunda patente, fechada en 1962. Ante la imposibilidad del proyecto inicial de la Enciclopedia Mecánica, Ángela Ruiz Robles solicitó otra patente para un “aparato para lecturas y ejercicios diversos”, una simplificación de la idea original. Se eliminaba todo el sistema de pulsación mecánica o eléctrica y con ello las piezas y elementos móviles, de manera que en esta segunda patente el mecanismo resultante se hacía lo más sencillo posible. Este segundo diseño es un bloque compacto, en cuyo frontal se acoplan los abecedarios y bobinas con las asignaturas, manteniendo por tanto la idea original de permitir los cambios de temario en un único dispositivo sin tener que llevar un libro para cada asignatura. Dña. Angelita describe en la patente un maletín para transportarlo, en el que incluía espacio además de para cartuchos de otras asignaturas y ejercicios, para un aparato de reproducción de sonido, que permitiría al alumno escuchar las lecciones.

 

El prototipo que aquí se expone se construyó en el Parque de artillería de Ferrol, bajo las indicaciones de Dña. Angelita y las órdenes de Constantino Lobo Montero, alcalde honorario de la ciudad y general de división. Aunque el libro que vemos aquí está construido en metal, en la mente de la maestra su fabricación se realizaría utilizando materiales poco pesados como plástico o nylon, que facilitaría a los alumnos su transporte. En 1971, el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada S.A. (ITEMASA.) realizó un estudio sobre la viabilidad de su fabricación, aunque no llegó a hacerse ningún prototipo. Al parecer 100.000 ptas. de la época fueron la barrera que impidió su fabricación.

Un puente hacia el libro electrónico

Dña. Angelita se mantuvo al corriente del pago de su última patente hasta 1975, año de su muerte y nunca perdió la esperanza ver hecho realidad su libro mecánico. De hacer posible un aprendizaje más fácil, más atractivo y visual, basado en la idea de que fuera algo ameno y que atrajese a los alumnos. El mérito de Dña. Angelita va más allá de que su libro sea mecánico, tenga botones y se ilumine. Su importancia reside en la capacidad de pensar de un modo diferente. De enfrentar un problema con un pensamiento alternativo, dando una solución que va más allá de la lógica de la época, del potencial tecnológico del momento o de la capacidad de la sociedad de entenderlo y aceptarlo. Ángela Ruiz Robles, en su afán de enseñar y de facilitar el aprendizaje, planteó un artefacto que en su época no se pudo, y quizá no se quiso entender, con una nueva concepción del libro de texto, un nuevo soporte de lectura, un formato novedoso. Un libro que no era un libro, un cuadernos de tareas sin hojas, un dispositivo táctil e interactivo, una enciclopedia que reuniría en un sólo lugar el conocimiento de la época… ¿no nos resulta familiar? La Enciclopedia Mecánica se sitúa en un lugar sobresaliente de la genealogía del libro electrónico nacido varias décadas después. Dña Angelita, sin duda, fue una de sus precursoras.  

 

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