El Espacio Fundación Telefónica ha tenido el honor de acoger la presentación del primer volumen de Altos Estudios Eclesiásticos del escritor, gramático y lingüista español. Uno de los proyectos editoriales más importantes para Debate: la edición de los ensayos completos de Rafael Sánchez Ferlosio, a cargo del editor y crítico Ignacio Echevarría.
El escritor ha estado acompañado en esta charla entre amigos por Tomás Pollán, filósofo y amigo personal de Rafael, y por el propio Ignacio Echevarría. Un diálogo preclaro sobre el principio de individuación y el concepto de predestinación de personajes que analiza en sus ensayos.
Prolífico ensayista, Ferlosio es, sin duda, el mejor prosista español del siglo xx. El corpus de su obra se encontraba dispersa hasta este momento. Y gracias a este trabajo editorial enorme, su abundante escritura, que fue apareciendo de manera intermitente a lo largo de muchos años, en menos de un año y medio será accesible al lector. Para Ignacio Echevarría “este volumen reúne la prehistoria de Rafael como ensayista y corresponde a una etapa dedicada a la gramática. Es un semillero de las preocupaciones que retratará en los próximos 40 años”. Tomás Pollán añade: «es un volumen muy adecuado para una obra de tal calibre. No tiene ni un gramo de grasa«.
El volumen, primero de los cuatro que compondrán los Ensayos reunidos, recoge los escritos más vívidos ligados a esos años de dedicación a la gramática: Las semanas del jardín, Guapo y sus isótopos, las glosas castellanas y la traducción y notas del Victor de l’Aveyron de Jean Itard, que se recupera tras más de veinte años, entre otros.
La obra
Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, Italia, 1927) es uno de los más importantes escritores de la literatura española de posguerra, y se le incluye en el grupo de la generación de los años cincuenta. Su primer libro fue Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951), pero no fue hasta la publicación en 1955 de El Jarama que se dio a conocer en todos los círculos, ganando el Premio Nadal ese mismo año y el Premio de la Crítica en 1956.
En 1955, tras escribir El Jarama, Rafael Sánchez Ferlosio se sumerge durante 15 años en la gramática. Estos años fueron lo que él mismo denominó el tiempo de sus “altos estudios eclesiásticos”, asemejando este recogimiento al que en ocasiones viven los religiosos. En este periodo, Ferlosio se sumerge en la Teoría del lenguaje, de Karl Bühler, y con gran disfrute dedica este aislamiento a los entresijos de la gramática y la narración. Fruto de esta dedicación, ahora ve la luz Altos estudios eclesiásticos, la primera parte de un ambicioso proyecto dedicado a las cuestiones de la lengua.
El agudo pensamiento de Ferlosio, su vastísima cultura y su extraordinaria prosa envolvente, repleta de meandros han producido, sin duda, una de las obras más singulares e interesantes de la literatura española.