El Certamen Juvenil de Relatos de Terror 2.000 Románticos nació hace cuatro años para seducir a los jóvenes a través de los libros, persiguiendo un objetivo concreto: promover la escritura entre el público juvenil. Con motivo del fallo de este concurso literario, que se celebrará el próximo sábado 18 de mayo, hemos entrevistado a dos expertos del sector: Maite Malagón, directora editorial del sello de Literatura infantil y juvenil de Santillana, Loqueleo y Fernando Marías, novelista, editor e inventor de conceptos culturales.
El certamen propone todo una aventura: recoger la herencia romántica doscientos años después, la propuesta de Lord Byron e inventar un auténtico relato de terror. Hablamos con la experta en literatura infantil y juvenil Maite Malagón y con el escritor Fernando Marías sobre esta interesante propuesta y sobre la realidad actual de la lectura y la escritura entre los más jóvenes.
‘2.000 Románticos’ es un concurso ya clásico. ¿Qué objetivo persigue?
Maite Malagón- Promover la escritura entre los jóvenes a través de la seducción que proporciona conocer el imaginario de los autores del Romanticismo y demostrar su vigencia. Los temas que abordaron dichos escritores son universales, muy próximos a la realidad de nuestros jóvenes.
Un certamen de relatos de terror que deben estar inspirados en la literatura decimonónica: género fantástico, tintes góticos… ¿Por qué esta combinación de terror y romanticismo?
Maite Malagón- Pensemos en la absoluta vigencia del ‘Frankenstein’, de Mary Shelley: la gran obra en la que se combinan magistralmente terror y romanticismo, además de ser una obra pionera de la ciencia ficción.
«La literatura infantil y juvenil es una excelente herramienta para ofrecer modelos en los que las niñas y mujeres sean protagonistas, con sus virtudes, sus defectos y sus capacidades, como las cualquier ser humano.»
A grandes rasgos, ¿cuál crees que es la realidad de la literatura infantil y juvenil en España? ¿Géneros literarios, edades, sexos, capacidad de comprensión lectora, hábitos de consumo…?
Maite Malagón- Es evidente que la tecnología ha supuesto un cambio en las prácticas lectoras, que afecta al ritmo de la escritura (frases más cortas, descripciones menos extensas, más apoyo de lo visual…), los formatos y los usos (lo colectivo irrumpe a través de las redes sociales).
Los jóvenes tienen muchos estímulos a su alcance. A veces, estamos inmersos, ellos también, en el transcurrir de estos tiempos, donde es difícil disponer de la calma que implicar el acto de leer.
Por otro lado, y salvo problemas de otra naturaleza, la comprensión lectora está directamente relacionada con el hábito de leer y de disfrutar leyendo. En muchas ocasiones, las presiones curriculares impiden destinar el tiempo necesario para la lectura. Y aquí, los mediadores, especialmente los docentes, desempeñan un papel fundamental: detrás de un docente que disfruta de la lectura, hay un potencial grupo de jóvenes dispuestos a quedar atrapados por su ‘magia’.
¿Leen los jóvenes de ahora, la Generación Z –los nacidos entre 1994 y 2010– más o menos que sus predecesores?
Maite Malagón- En la línea de lo anterior, si nos basamos en la literalidad de la palabra «leer», hay sin duda más lectores. Otra cuestión, como decía antes, es qué y cómo leen los jóvenes de hoy. Aunque ha habido, hubo y habrá no lectores por decisión personal, en general estoy convencida de que siempre habrá una buena historia esperando a seducir a cada lector, y un lector que le dará sentido único a cada obra. Como reza el colofón que cierra todos nuestros libros: «Aquí acaba este libro, escrito, ilustrado, editado, impreso, por personas que aman los libros. Aquí acaba este libro que tú has leído, el libro que ya eres.»
En 3º y 4º de la ESO (edad que tienen los participantes del certamen) se estudia a muchos escritores masculinos, mientras que las escritoras han tenido siempre menos visibilidad ¿Crees que, el hecho de que no haya tantas mujeres referentes, puede repercutir de forma negativa en las chicas jóvenes que se plantean dedicarse a la escritura?
Maite Malagón- Sin duda, y esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida. En todo caso, siempre hubo referentes, pero fueron invisibilizadas. Por eso la literatura infantil y juvenil es una excelente herramienta para ofrecer modelos en los que las niñas y mujeres sean protagonistas, con sus virtudes, sus defectos y sus capacidades, como las cualquier ser humano. Y visibilizando también a autoras, ilustradoras, traductoras, que han llegado lejos gracias a su perseverancia, creatividad y virtuosismo, convirtiéndose en estímulos para que niñas y jóvenes ganen en autoconfianza y decisión para desafiar lo establecido.
¿Sabías que, según el Informe de Resultados de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España, el 71% de los jóvenes de entre 10 y 14 años leen libros frecuentemente, y que esa cifra desciende al 45% de los 15 a los 18?
¿Qué propondrías tú para que la gente joven adquiera pasión por la lectura?
Maite Malagón- Lo primero, escucharlos, conocerlos, comprenderlos en su diversidad…. Y ofrecer buenas y variadas historias desde la verdad y el respeto, sin infravalorar su capacidad crítica.
¿Qué consejo le darías a una joven que quiere dedicarse a la escritura?
Maite Malagón- Que lea mucho y variado. Que escriba mucho. Que viva la lectura y la escritura con pasión, placer y perseverancia. Que se acerque a los escritores y escritoras, los conozca y escuche. Ellos han llegado a publicar tras años de trabajo, y muchos de ellos, de experiencia vital. Y sobre todo, que escriba desde la verdad.
Los consejos de Fernando Marías
¿Qué características debe tener un relato ganador de un certamen como ‘2.000 Románticos’?
Fernando Marías- Aparte de, claro está, las características de extensión y tema, buscamos relatos que indaguen en la esencia del espíritu del Romanticismo, que nada tiene que ver con la literatura llamada romántica de nuestros días. El Romanticismo como búsqueda de espacios nuevos de expansión del ser humano, amor a la naturaleza, fascinación por las historias góticas y de terror, preguntas sobre el más allá, atracción por abismos varios. El Romanticismo sigue vivo, es actual, toda persona joven que se haga preguntas es, en realidad, un representante del Romanticismo.
¿Han ido perdiendo los jóvenes el hábito de lectura?
Fernando Marías- Nuestro país nunca ha sido muy lector, pienso. Cuando yo estudiaba, hace cuarenta años, en mi clase había dos lectores entre veinticinco, y uno era yo. Creo que los apasionados por la lectura y la escritura somos pocos, pero firmemente aferrados a nuestra pasión. Los relatos finalistas de 2.000 Románticos siempre me suponen una alegría: de pronto aparecen joyas, el reconocimiento nítido de alguien que tiene algo interesante que contar y se esfuerza por contarlo mejor que nadie.
¿Qué título recomendarías para despertar la pasión por la literatura en la adolescencia?
Fernando Marías- ‘Frankenstein’, de Mary Shelley. Creo que es una novela perfecta para despertar el amor lector. Incluso la pasión de escribir.
¿Qué consejos darías a un joven que quiere ser escritor?
Fernando Marías- Que busque una historia que le guste, que indague en ella, que la haga suya hasta sentir que nadie más la podría contar mejor y que, entonces, se ponga a escribirla hasta tenerla terminada.
Por Marina López