Exposición Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica
24.07.2017

La Leica enterrada y otras anécdotas

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Con la excusa de la exposición ‘Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica’, el ansia por saber más sobre la cámara se acentúa. En torno a ella se dan anécdotas de grandes fotógrafos y artistas que sucumbieron y sucumben aún hoy a sus encantos. Rescatamos, como prueba, algunas historias desconocidas, curiosas, un tanto asombrosas.

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1. Entierro y desentierro. Henri Cartier-Bresson adquirió su primera Leica en 1932. Fue con el modelo III -y un objetivo de 50 mm- con la que creó las excepcionales composiciones callejeras que caracterizan su obra. De hecho, su pasión por la cámara alemana hizo que admitiera que era la “prolongación” de sus ojos y antes de ser capturado por los nazis durante la II Guerra Mundial, enterró el modelo que tenía en un lugar que solo él conocía. Cuando se escapó, volvió para desenterrarla y recuperarla.

2. En busca del todo perfecto. Por su parte, la gran Cindy Sherman se hizo famosa, entre otras cosas, por realizar sus sesiones fotográficas sola en su estudio. Es decir, ella misma hacía de maquilladora, estilista, modelo, directora y fotógrafa. Sus trabajos son una reflexión sobre la identidad y la representación de estereotipos femeninos en la cultura contemporánea y en muchos de ellos utilizó una cámara Leica. ¿El motivo? Produce tonos de piel especialmente cremosos.

3. El fan. A pesar de que la primera cámara que adquirió el fotógrafo William Eggleston fue un telémetro Canon, en cuanto probó una Leica se convirtió en uno de sus mayores fans. Hoy, cuenta con una colección de más 300 cámaras y entre ellas muchas son Leicas modelos estándar, raras de edición limitada o pintadas a medida en azul, verde y gris. Para organizarlas, el gran fotógrafo del color personalizó y adaptó un maletín de cuero comprado en una tienda de Memphis.

4. Aquel mítico cumpleaños. También la vida del gran director de cine Stanley Kubrick estuvo unida a la marca Leica. Su pasión por la fotografía comenzó de forma muy reciente, en su 13º cumpleaños, cuando le regalaron precisamente una Leica III. Más tarde, con ella haría una fotografía que vendería por 25 dólares a la revista Look y que le valdría trabajar para ella durante 5 años. (que fue su puerta de entrada en la publicación para la que trabajó durante cinco años… ).

5. La sorpresa. La relación entre grandes personalidades y la marca alemana se ha sucedido en el tiempo. De hecho, algunas han conservado su pasión por ella durante toda su vida. Como ejemplo, la Reina Isabel II de Inglaterra, a la que es fácil ver pegada a una Leica. De hecho, Leitz Wetzlar le regaló una M3 especialmente grabada en 1958 y más tarde, en 1986, cuando se le pidió que eligiera una imagen de sello para conmemorar su 60 cumpleaños, eligió una foto en la que aparece precisamente con este modelo.

6. No sin mi Leica. Daniel Craig, Jude Law, Louis C. K., Miley Cyrus y muchas otras estrellas se han dejado ver con sus diferentes cámaras Leica en mano cual paparazzis o fotoreporteros profesionales. También Brad Pitt apareció en la portada de la revista Interview con una Leica M7. Lo que no sabemos es si porque de verdad son fotógrafos nivel avanzado o porque la consideran el complemento de lujo perfecto, ya que la marca alemana ha sacado, en colaboración con Hermès, una edición especial que ha sido vendida a lo largo de los años.

7. De cine. Metafotografía con una Leica. Como ejemplo, el instante en el que las actrices Scarlett Johansson y Penélope Cruz aparecen en la película de Woody Allen ‘Vicky Cristina Barcelona’ retratando la ciudad con una Leica. También Audrey Tautou capta el momento con uno de los modelos de la marca alemana en un anuncio publicitario para Chanel No. 5, dirigido en este caso por Jean Pierre Jeunet.

8. El amor por lo bello. Inspirado por su amigo Andy Warhol, el músico Lou Reed exploró hasta el límite las posibilidades de la fotografía. Tomó instantáneas durante cuarenta años por todos los rincones del mundo. Expuso en galerías, editó libros y admitió que con su cámara iba buscando lo más bello porque a través de ella parecía más bello aún. Conocido por disparar con la máquina alemana, llegó a decir: “Estoy seguro que Dios tenía una Leica”.

9. Leica dos. Un gatito negro recorre la casa del gran fotógrafo Ramón Masats. Se llama Leica y el catalán no dudó en ponerle ese nombre cuando la galerista Blanca Berlín se lo regaló hace algunos años. Fue un guiño al objeto, a su cámara dorada con la que ha inmortalizado el desarrollo de España y que hoy permanece quieta, guardada. La otra Leica, en cambio, juega con el sol.

Autores:
Texto – Ylenia Álvarez
Vídeo – Javier Tascón