Por la Puerta del Sol (de Madrid, claro, porque no conozco otra), ya pueda estar lloviendo, hacer un frío de mil demonios o cayendo un sol de justicia, pasan a diario miles de personas. Muchos van de paso, otros se fotografían delante de la Casa de Correos y su reloj, otros sólo quieren pisar el Kilómetro Cero, los hay que buscan al Tío Pepe… casi todos con prisa, pero desde hace unos años la Puerta del Sol tiene, por unos pocos días, un visitante tranquilo que intenta llevarse cada día un poquito de la luz vespertina de este Madrid canicular.
Tal vez nunca termine su cuadro, que no lo veamos colgado en un museo. Por lo que si andan por Madrid estos días búsquenlo, es un privilegio poder ver en pleno trabajo al genio que es Antonio López. Y si no tienen suerte, por lo menos busquen su huella 😉
—
Foto: Jesús María Sánchez
Vídeo: Pablo Ballester
