Acogemos en nuestro auditorio el segundo encuentro de ‘Foro Telos’, que analiza las implicaciones éticas de la revolución tecnológica. Hablamos con Anders Sandberg, protagonista de este evento. De máquinas inteligentes y de qué significa ser humanos en medio de la transformación digital.
Anders Sandberg es neurocientífico, experto en inteligencia colectiva y neuroética. Es doctor en Neurociencia Computacional por la Universidad de Estocolmo y su campo de investigación aborda temas tan candentes como las cuestiones éticas y sociales del acelerón tecnológico que estamos viviendo.
Esta tarde, Sandberg participa, junto con Juan Luis Arsuaga, en el segundo de los cuatro encuentros de ‘Foro Telos‘ que analizan cómo el nuevo entorno tecnológico afecta a nuestras vidas. Nos hacemos un hueco en su apretada agenda, y charlamos con él sobre cómo pinta el futuro, claro, pero también sobre la vigencia de una cuestión filosófica tan antigua como la definición del ser humano.
¿Cuáles son los principales problemas que plantea la revolución tecnológica desde el punto de vista ético?
Anders Sandberg: Los filósofos plantearon en su momento qué es el ser humano y hacia dónde va. Todo debería girar en torno a esta idea y, a veces, esto no está tan claro. Lo que plantea la revolución tecnológica son, sobre todo, problemas de justicia, de seguridad, sobre qué es lo que nos va a deparar el futuro. También están los problemas que derivan de si vamos a controlar la tecnología o si la tecnología nos va a controlar a nosotros. La pregunta es: ¿en qué queremos que se convierta el ser humano?
¿En qué se diferencia la actual revolución tecnológica de las precedentes?
Anders Sandberg: Las anteriores revoluciones industriales se han preocupado de que las máquinas hicieran el trabajo físico que antes hacían los humanos. La revolución tecnológica actualmente en curso implica que las máquinas hagan los dos trabajos, tanto el físico como el mental. Y este aspecto podría llegar a manipular la realidad, porque está más centrado en la información, la toma de decisiones o el poder de las cosas –como los coches o los robots– de actuar autónomamente.
«Lo que pasa en mi cerebro no es diferente a lo que pasa en una gran red neuronal de un superordenador»
¿Piensa que la inteligencia artificial podrá en algún momento sustituir a la inteligencia humana?
Anders Sandberg: Sí lo pienso. Creo que lo que está pasando en mi cerebro no es diferente a lo que pasa en una gran red neuronal de un superordenador, excepto porque en el cerebro humano las conexiones son mejores. Lo que hemos conseguido con la AI es que una máquina haga una tarea bien, pero no puede generalizar. Los seres humanos, si les das un problema, lo pueden extrapolar a otras circunstancias de la realidad, a otros tipos de problemas. Pero realmente no creo que haya una gran diferencia entre un cerebro humano y un ordenador, la diferencia está en cómo procesan la información, en cómo entrenan.
¿Cómo están abordando los Estados estos problemas que plantea la revolución tecnológica?
Anders Sandberg: Muchos países y muchos políticos no están preparados para la revolución tecnológica. No te conviertes en un político de éxito siendo un experto en tecnología o en cuestiones relacionadas con el futuro, son los asesores los que saben lo que hay que hacer. La cuestión es que los problemas que tenemos ahora son nuevos, no se entienden fácilmente y los asesores no pueden hacer bien su trabajo. Los Estados establecen principios y normas éticas en el uso de la tecnología, pero se trata de pequeños grupos aislados que están abordando estas cuestiones muy a pequeña escala.
«Los filósofos han intentado definir qué es el ser humano durante miles de años. Muy pronto tendremos que explicar todo esto a un ordenador»
Poner al hombre en el centro. ¿Es esta la solución para evitar ese futuro distópico que conlleva una tecnología sin ética?
Anders Sandberg: El problema de poner al hombre en el centro es que no entendemos bien a los humanos. Los poetas y los filósofos han intentado definir qué es el ser humano, cuál es el verdadero valor humano, durante miles de años con cierto éxito, pero todavía de manera muy limitada. Muy pronto tendremos que explicar todo esto a un ordenador, en un código informático. Y esto va a ser duro. Querer que las máquinas entiendan al ser humano hasta el punto de convertirse en seguras puede ser complicado y el reloj sigue corriendo. Las máquinas están yendo muy rápido y los filósofos no tanto.
¿Cómo es y cómo tenemos que plantear la relación con las máquinas?
Anders Sandberg: Por un lado, el ser humano es un poco egoísta y le gusta que las máquinas le pongan la vida más fácil y bonita, pero sería mejor mirar en perspectiva, porque estas máquinas pueden contribuir a que tengamos esta buena vida o también a “controlar” el universo. No queremos cometer ningún error que pueda borrar el futuro, por eso es tan importante que la tecnología sea segura. Queremos tener el control sobre la tecnología para que no se nos vaya de las manos.
¿Y vamos a poder dominar la tecnología?
Anders Sandberg: Espero que sí. Yo tengo la mirada puesta en el futuro y va a ser excitante ver cómo acaba todo esto.
Por Alessia Cisternino
Puedes ver el vídeo completo del evento aquí: