La vida nos regala grandes paradojas y alguna que otra dosis de surrealismo. Como prueba, el carácter precisamente novelesco de hacerse escritor en una segunda vida. Sí, nos referimos a ser camarero, profesor, creativo, ama de casa durante algún tiempo (bastante) y luego cambiar radicalmente y vivir de las letras. Con éxito, ¿eh? Este es el caso de John Verdon, que nos visitó con motivo de la presentación de su último libro. De él y de algunos otros hablamos en este texto.
John Verdon (Nueva York, 1942)
Aunque siempre estuvo fascinado con las obras de novela negra y de misterio, Verdon no entró en el mundo de la literatura hasta poco antes de cumplir los 70 años. Animado por su esposa, escribió su primera novela, Sé lo que estás pensando, y con ella pasó del anonimato como publicista a la fama internacional colocándose en las listas de más vendidos durante meses. David Gurney, un detective retirado que protagoniza sus novelas, es su alter ego. Con él ha reconocido que comparte muchos elementos en común.
Stella Rimington (Londres, 1935)
Entre los escritores más interesantes con esta doble vida se encuentra, sin duda, la británica Stella Rimington. Entre 1969 y 1990 trabajó en las tres ramas del servicio de seguridad británico (MI5): contraespionaje, contra-subversión y lucha contra el terrorismo, y en 1992 pasó a ser la primer mujer directora del MI5, un cargo que ocupó hasta 1996. Después de trabajar para Marks & Spencer and BG Group, a los 69 años, publicó su primer novela La Invisible, que trata sobre un ataque terrorista imposible de detectar.
John Grisham (Arkansas, EEUU – 1955)
Antes de conquistar las librerías, el escritor estadounidense fue abogado y político. Se doctoró en Derecho en la Universidad de Misisipi en 1981 y ejerció durante una década mientras que – de 1983 a 1990- formaba parte a la vez de la Cámara de Representantes de Misisipi. Justo una historia que conoció en los tribunales sobre una niña de 12 años que había sido violada le inspiró a escribir Tiempo de matar, que se publicó en 1989. Luego vendría La Firma, Informe Pelícano… Y desde entonces, al menos un libro por año.
J. K. Rowling (Yate, Reino Unido – 1965)
Ay… ¡Quién fuera J. K. Rowling! La suya es una de esas historias de película total. Investigadora y secretaria bilingüe para Amnistía Internacional primero, y maestra de inglés después en Oporto, se quedó sin empleo y viviendo de los subsidios durante una buena temporada. Sin duda, la aprovechó con creces: completó su primera novela Harry Potter y la piedra filosofal y cambió el rumbo de su vida. Desde entonces ha vendido más de 500 millones de ejemplares de la saga del niño mago unida a otros títulos en torno a ese universo: Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Quidditch a través de los tiempos y Los cuentos de Beedle el Bardo. También se ha atrevido con novelas para un público más adulto como Una vacante imprevista o El canto del cuco.
J.D. Salinger (Nueva York – EEUU, 1919 – Cornish – EEUU, 2010)
A Salinger le pilló la II Guerra Mundial, literalmente, y su éxito literario se hizo (y nos hizo) esperar. En abril de 1942 se alistó en el ejército y formó parte de él hasta el final del conflicto. Además, al saber francés y alemán, para él duró un poco más ya que fue reclutado para el servicio de contraespionaje militar hasta 1946. Después ya sí, regresó a EEUU y publicó su única e icónica novela El Guardián entre centeno, en 1951.
Haruki Murakami (Kioto – Japón, 1949)
Él mismo lo cuenta constantemente. ¿A qué se dedicaba antes de ser escritor? Sencillo: A dirigir su propio bar de jazz en un barrio de Tokio. Ya cuando estudiaba literatura en la universidad pasaba más tiempo en la tienda de discos en la que trabajaba y en los bares de buena música que en clase, así que no lo dudó y abrió su propio negocio de 1974 a 1981. En 1979, cuando tenía 30 años, publicó su primera novela, Escucha la canción del viento. Desde entonces lleva más de dos docenas de libros entre novelas, ensayos, libros de relatos y cuentos.
Harper Lee (Alabama – EEUU, 1926 – 2016)
Hubo un tiempo, allá por 1949, en que Harper Lee no fue la escritora de Matar a un ruiseñor, sino simplemente una agente de reservas de líneas aéreas en Nueva York. Eso sí, ya entonces escribía en su tiempo libre. Por suerte, sus amigos se dieron cuenta de su talento y le dieron el mejor regalo del mundo: un año de salario con una nota en la que decía, “tienes un año libre de tu trabajo para escribir lo que quieras. Feliz Navidad”. Poco tiempo después, el 11 de julio de 1960, se publicaba su gran obra.
Por Ylenia Álvarez
El escritor estadounidense John Verdon visitó nuestro auditorio para desvelar algunos de los secretos de su nueva novela, ‘Arderás en la tormenta’.