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15.04.2016

¿Cómo se gestiona una colección de arte?

Descubrimos las funciones de un gestor de patrimonio artístico

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Tras haber entrevistado a un coordinador de exposiciones y a una conservadora de patrimonio, hoy nos adentramos en los entresijos de una profesión más. Hablamos con Laura Ramón Brogeras, la gestora del patrimonio artístico de Telefónica, parte del cual puede disfrutarse actualmente en nuestra exposición ‘Sin Título’.

• ¿Podrías describirnos brevemente tus funciones como encargada de la gestión del patrimonio artístico de Telefónica? 

Gestionar la Colección de Arte de Telefónica lleva consigo muchas tareas “escondidas” que son las más importantes a la hora de conservar las obras en sus mejores condiciones. Estas tareas pueden agruparse en dos ámbitos: la gestión documental de la colección y la conservación preventiva de las obras de arte. La conservación aúna tareas como la organización de los almacenes, la contratación de los seguros, la supervisión de las condiciones ambientales a las que se someten las obras, el manejo y manipulación de las mismas, la catalogación y registro, los movimientos de préstamos e itinerancias y, en general, todo lo que tiene que ver con el buen mantenimiento de la colección.

• ¿Cuál de tus funciones te gusta más y cuál entraña más dificultad?

Entre los trabajos que más disfruto está la difusión del patrimonio y su puesta a punto para las exposiciones e itinerancias, que implica preparar la colección para los traslados, replantear su exhibición en otras sedes y disfrutar de la obra colgada fuera del Espacio Fundación Telefónica. Es una gran satisfacción comprobar que el esfuerzo de llevar las obras “fuera de casa” está recompensado por las críticas y el público que las visita. Por otro lado las labores que entrañan más complejidad son quizás las que tienen que ver con la restauración de las piezas y la detección de problemas intrínsecos a la conservación.

• ¿Qué tipo de cuidados requieren las obras de arte?

Las obras de arte requieren estabilidad en las condiciones a las que están expuestas, una temperatura con ligeras oscilaciones (20ºC más/menos 2ºC) y una humedad relativa del aire del 50% con un margen de 5 puntos de error. Un cambio brusco de estas condiciones puede producir daños en los materiales de las piezas (los soportes y la capa pictórica), a veces difíciles de recuperar. En los transportes utilizamos siempre embalajes especializados en obras de arte y toda la manipulación en los traslados la realiza personal cualificado en este campo, empresas dedicadas a estos movimientos.

• Además de con los agentes de transporte que acabas de mencionar ¿con qué otros perfiles profesionales colaboras?

Gestionar una Colección de Arte lleva consigo coordinar muchas funciones especializadas que llevan a cabo profesionales de distintos perfiles: restauradores de arte, personal de seguros, conservadores de pintura y fotografía, responsables de museos, directores, técnicos de montaje…

• El trabajo de todo gestor de patrimonio tiene un componente de gran responsabilidad, ya que se desarrolla en torno a piezas muy valiosas. ¿Cuál es tu experiencia trabajando con ese tipo de presión?

Trabajar con obras de arte, piezas valiosas y delicadas, es una gran responsabilidad, pero es algo que me transmite un gran entusiasmo. Cada vez que las obras salen de las salas de peines en Gran Vía o del almacén externo donde las guardamos, hay un riesgo, pues salen de su “espacio natural de confort”. Especialmente complicados son los traslados en avión, donde necesariamente han de pasar por trámites aduaneros y terminales de carga en los que ha de extremarse la vigilancia y supervisión. Los riesgos no son sin embargo tan elevados, ya que las empresas de transporte internacional están muy acostumbradas a mover grandes volúmenes de embalajes y carga valiosa, y la Colección siempre viaja asegurada “clavo a clavo”, término que engloba la cobertura total desde que se descuelga para el viaje hasta que regresa.

• ¿Qué tipo de contacto mantienes con otras instituciones?

El contacto con las instituciones donde itineramos la Colección de Arte es muy estrecho. Con muchas de ellas llevamos años colaborando, otras se van incorporando cada curso… con todas, el contacto es siempre colaborativo. Hay que trabajar unidos para elegir muy bien las salas donde exponer las obras, la pintura de las paredes, la iluminación, los materiales de difusión… amén de lo más importante, la manera en la que se van a colgar nuestras obras. A veces contamos con la figura de un comisario que decide el discurso de la muestra, pero otras muchas yo misma realizo la distribución. Es un trabajo interesantísimo porque implica conocer bien las piezas y trabajar codo con codo con los responsables de la sala.

• Una parte del proyecto ‘Sin Título’ consistió en que los niños participantes viesen cómo funcionaba un espacio cultural desde dentro, y tú fuiste una de las personas que habló con ellos de sus funciones. ¿Qué fue lo que más les interesó?

Realmente fue una experiencia muy bonita abrir la puerta de la sala de los peines, ese sancta sanctorum de todos los museos, para que los niños se acercaran a las obras desde otra perspectiva. Les enseñé cómo se elabora una ficha de catalogación, abrimos los peines para ver “la casita” donde se guardan las obras de arte, sentimos el frío de la sala, la oscuridad en la que viven las obras. Lo que más les preocupaba era qué hacer si se producía un fuego, claro… Les aclaré el sistema de emergencias y se quedaron más tranquilos.

• ¿Hay alguna obra de la colección por la que sientas predilección?

En la Colección tenemos piezas singulares de gran valor, y muchas que son maravillosas pero que no son las más cotizadas. En mi caso, siento predilección por determinadas piezas de Juan Gris y por el cuadro de Paul Delvaux, L’appel, que por cierto es una de las más viajeras pues muchas instituciones nos la solicitan en préstamo.

• Por último, ¿qué le aconsejarías a alguien que fuese a empezar a trabajar como gestor de una colección de arte?

Mi primer consejo sería que se acompañase siempre de los mejores, en cuanto al asesoramiento técnico. También que conociese los procedimientos a seguir, que son estándar para todas las instituciones, y que fuese muy consciente de que lo que se hace en el presente tiene consecuencias en la futura vida de las obras. Y sobre todo que trabajase con cariño y dedicación, ¡los gestores manejamos patrimonio cultural, un material altamente sensible!

https://www.youtube.com/watch?v=vMD_3Ta8R2s&nohtml5=False