Un icono de la Gran Vía en cinco imágenes

La Gran Vía madrileña cuenta con algunos de los edificios más representativos de la ciudad, muchos de ellos con una larga historia y aún hoy grandes protagonistas de esta avenida. El rascacielos de la Telefónica es uno de los más longevos, con casi 90 años de antigüedad.

Aprovechando nuestro fascinante Archivo Histórico Fotográfico, hemos querido rescatar cinco imágenes con las que ilustrar la construcción del que fue, durante años, el edificio más alto de Madrid.

El rascacielos de Telefónica terminó de construirse en 1929, pero esta imagen de nuestro archivo histórico data de 1926. Se trata de hecho de un montaje probablemente realizado por el arquitecto del edificio, Ignacio de Cárdenas. Además del edificio infiltrado, en esta imagen destacan elementos ya inexistentes, como el soportal de los almacenes Madrid-París y los gigantescos toldos que aparecen a ambos lados de la Telefónica.

En esta imagen, esta vez sin retocar, podemos observar el curioso contraste entre la construcción que se está llevando a cabo —la del primer rascacielos de España, una auténtica innovación arquitectónica— y los medios utilizados para ello —carros tirados por caballos, andamios de madera, inexistentes equipos de protección para los trabajadores—.

La compañía utilizó una estrategia muy novedosa para crear expectativas en torno al edificio: colocó alrededor del solar grandes vallas publicitarias de madera en las que se anunciaba lo que iban a albergar esos 2.280 metros cuadrados. En estas vallas de 1927 se leía: “Compañía Telefónica Nacional de España. Solar para construir un edificio de trece pisos. En este edificio se instalará una central telefónica automática. Esta central tendrá una capacidad de 40.000 líneas”. Actualmente el edificio sigue manteniendo su función de central telefónica, aunque ésta se encuentra ahora limitada a una sola planta (frente a las cinco originales) y tiene una capacidad de 60.000 líneas.

En esta imagen, tomada desde una de las últimas plantas del edificio, se aprecia cómo eran los aparentemente frágiles andamios de madera sobre los que los obreros trabajaban. Al fondo, una vista del oeste de Madrid en la que se distinguen el final del segundo tramo de la Gran Vía, entonces conocido como avenida de Pi y Margall, y la plaza del Callao, en ese momento en plena fase de construcción. En 1928 aún faltaba un lustro para que los arquitectos Luis Martínez-Feduchi y Vicente Eced proyectaran el Edificio Carrión, otro de los iconos de la Gran Vía. A lo lejos se pueden apreciar el Palacio Real y los Jardines de Sabatini.

Ya queda poco para la finalización del edificio. La estructura del rascacielos está completamente cubierta por arenisca Bateig de Monóvar y sólo en las dos primeras plantas (donde el material utilizado es el granito) aún vemos andamios. Una de las curiosidades de esta imagen es que en la parte inferior se puede ver parte del templete que el arquitecto Antonio Palacios construyó como acceso la primera línea de la nueva red metropolitana, llamada entonces Norte-Sur, que unía la Red de San Luis y la Glorieta de Cuatro Caminos.

Quien hoy en día pasee por la Gran Vía ya no podrá ver el templete, pero sí el mismo edificio que contemplaron los madrileños en los años 20. Y, quien visite el Espacio Fundación Telefónica, situado en el propio rascacielos, podrá viajar al pasado y ser testigo de algunos de los hitos que marcaron su historia. ¿Cómo? Pasando por nuestra sorprendente cabina de Realidad Virtual, situada dentro de la exposición ‘Historia de las Telecomunicaciones’.