Hablamos con la escritora francesa Virginie Despentes unas horas antes de que el miércoles, 14 de febrero, presentara en nuestro auditorio su último libro, la tercera parte de la trilogía Vernon Subutex. Recuerda que puedes ver de nuevo la charla ‘Virginie Despentes. Amor King Kong’ aquí.
Aún con el primer café de la mañana Virginie Despentes habla de manera muy cercana. Como si en realidad estuvieras con una colega de toda la vida. Sin duda, es generosa. De esas escritoras que no porque estén de promoción te dedican unas palabras, sino porque les gusta su trabajo. Es una analítica y observadora nata y sobre todo eso gira su forma de escribir y ella misma. También esta conversación, que en vez de presentar a modo de entrevista al uso, nos sirve para desgranar su figura con datos acompañados de sus propias palabras.
¿Quién es? Novelista y directora de cine francesa, también feminista, exprostituta y punk confesa. Antes de ser escritora trabajó en una tienda de discos y un peep-show. Dejó su casa y sus estudios a los diecisiete años, fue ingresada en un centro psiquiátrico y sufrió una violación de la que ha hablado en sus libros.
Es una transgresora y provocadora incansable, así como una observadora genial del mundo actual. El relato social que realiza a través de sus novelas consigue acercar al lector a otros puntos de vista de una manera personal, directa, pura y magnética. Curiosamente, a pesar de ser una escritora mujer, nadie clasificaría su trabajo como literatura femenina. Quizás porque sus últimas novelas tienen un protagonista masculino.
¿De dónde? Nació en Nancy, Francia, en 1969. Virginie Despentes es, en realidad, un nombre inventado. Ella misma ha contado a lo largo de su carrera que adoptó el apellido Despentes de un barrio que le encantaba de Lyon donde vivió durante siete años.
Ha publicado: Su primera gran novela fue Fóllame (1998), por la que ganó bastante popularidad y que después llevó al cine. Luego vinieron Perras sabias (1998), Lo bueno de verdad (2001) -galardonada con el Prix de Flore y de nuevo llevada al cine por el renombrado director Gilles Paquet-Brenner-, Teen Spirit (2002), Bye-Bye Blondie (2004) y Apocalypse bébé (2010), ganadora del prestigioso Prix Renaudot. En 2007 publicó a modo de manifiesto autobiográfico Teoría King Kong, un ensayo con el que se ha convertido en un referente del posfeminismo.
Sobre Teoría King Kong nos cuenta: “El libro salió hace 10 años y el éxito que tuvo en Francia, y no solamente en Francia, para mí fue una sorpresa porque la gente de la editorial con la que trabajo desde hace 20 años estaban convencidos de que un ensayo feminista no tendría ningún tipo de éxito.
Cuando lo escribí ni yo misma me di cuenta de que la mayoría de chicas estaban hartas. Lo escribí para un tipo radical de tías: para las calentonas, para las putas o para las gordas, pero con el tiempo me di cuenta de que hasta las chicas que lo han hecho todo bien están hartas de esta situación y les interesa un montón.
Sí, las típicas madres blancas, guapas, delgadas, con trabajo, con marido… Hasta ellas estaban hartas de una situación y de un silencio como reacción. Pensaba que ellas no necesitaban lecciones de feminismo».
Su último trabajo: Es la trilogía Vernon Subutex, de la que acaba de publicar el tercer y último volumen. En ella hace un retrato coral del París actual. Su protagonista, de nombre homónimo, se ve obligado a cerrar su tienda de discos de toda la vida y cuando muere su amigo Alex Bleach, músico de fama nacional que le pagaba el alquiler, se ve en la calle sin opciones. Comienza ahí un periplo por casas de amigos y conocidos muy distintos que se convierten también en protagonistas del libro.
Como curiosidad, Vernon Subutex era el nombre que Despentes utilizaba para observar lo que sucedía en Facebook. Vernon viene de una novela negra de Boris Vian llamada Escupiré sobre vuestra tumba, y Subutex es lo que se utiliza como tratamiento sustitutivo de la heroína en Francia.
Para ella la literatura es… “Una manera de ofrecerle más opciones a la gente, de hacerle ver más cosas, pero no por la fuerza o de una manera brutal, sino tratando de desplazar su punto de vista”, explica.
¿Y ser escritora? Cuenta que como hija de gente de clase media, y también del movimiento punk, quizás no estaba destinada a escribir. “Lo que me ha permitido publicar libros es encontrar gente que no era de mi mundo -como gente superintelectual o superricos- y meterla también en relación con gente de mi juventud o de mi influencia”.
“Tengo la sensación de conocer a gente superdistinta en su día a día, con todas sus problemáticas. Eso refleja que en el mismo país puedes vivir la misma realidad de manera muy distinta y eso me interesa mucho. Me interesa cómo la gente funciona en su mente. Es decir, psicológicamente, aunque esto incluye de manera obvia la sociología: su trabajo, su ciudad de nacimiento…. Pero me interesa también cómo es la relación con su familia, con su marido-esposa, con sus hijos, el ambiente de trabajo… Al final nos juntamos todos en una historia diferente. Cada uno nos arreglamos para llevar un discurso y una narración propia”, añade.
Con ella hablamos también de feminismo: “Creo que hoy hay una mezcla de reivindicaciones como hay una multitud de feminismos. Esto me parece positivo en este caos. Intento leer bastante sobre feminismo en internet y la diferencia entre 2007 y ahora es que antes tenías a veces un libro y hoy tienes varios artículos diarios en inglés, francés y español.
Hoy se publican al menos 10 artículos interesantes casi al día sobre este tema y hay artículos superprecisos que te hacen realmente pensar porque enfocan el feminismo desde la raza, desde la clase, desde la moral… Esto es algo importante porque somos todas distintas. Somos un grupo muy difícil de tratar porque no tenemos todas la misma edad, ni la misma experiencia”, continúa.
Del movimiento #MeToo: Para ella, ahora con #MeToo “se acabó eso de la vergüenza. Basta de sentirme tonta por no haber podido reaccionar de la manera adecuada o por no haberme inventado algo para poder irme a casa bien. Cuando estás en una situación políticamente inferior siempre pasa eso, pero es interesante que puedas irte a casa y hablarlo con alguien sin sentirte la tonta. Eso lo cambia todo. El movimiento #MeToo ha conseguido cambiar también algo del lado de los chicos. Ahora sí saben que tienen que preocuparse por las consecuencias. Esta solidaridad masculina es lo más importante que se ha impuesto en los últimos días”.
De internet: “La idea de reflejar muchos personajes o un grupo me viene mucho de las redes sociales. Con ellas tienes la costumbre de ver y hablar a un montón de gente en la misma mañana y todas son personas muy distintas, con discursos muy distintos, y esto no existía antes”, explica.
“Yo he conocido una época en la que tú ibas a leer tu periódico y veías a la gente que vivía en tu barrio o en tu trabajo, pero no esta multitud que a la vez es monstruosa y fascinante. Creo que de ahí viene ese deseo de retratos de grupo que tengo y que expongo en mis novelas, ya que paso alrededor de tres horas al día en internet leyendo. Antes no tenía acceso, por ejemplo, como reflejo en Vernon Subutex, a gente de la extrema derecha. Hoy sabes lo que piensan a través de internet. Antes tenías que imaginártelo y ahora puedes escucharles, leerles, saber lo que hacen”.
Y de las nuevas generaciones: Piensa que “si tienes 15 años sabes que ciertas cosas se han acabado. La protección social, por ejemplo. No sé como será tener 15 años ahora pero a mí me enfadaría un montón. Les hemos dado de comer cosas malas sabiéndolo, les hemos vendido ideologías malas sabiéndolo… Es como una mentira perpetuada y es posible que les produzca ira. Puede que esta generación sea más violenta de lo que esperamos porque si hoy tienes 20 años te han engañado en todos los niveles. Incluso con la idea del amor, de la pareja. Te han engañado con todo. Quizás estas sean generaciones de guerreros radicales o de gente que van a hacer su propia revolución. No sé con qué herramientas pueden hacerlo pero seguro que es posible”, añade.
Sobre ella dice también: “Desde hace mucho tiempo he seguido cosas que estaban en un terreno underground y han pasado a ser mainstream. No me veo para nada como una visionaria, supongo que es el trabajo de escritor. Al final tienes demasiado tiempo libre y te da tiempo a caminar por la ciudad y a estar en internet sin hacer nada salvo observar un poco. Tienes un montón de tiempo para planificar sobre lo que piensas. Es mi trabajo. Estar en la ciudad y sentir cosas”.
Pasa por Espacio Fundación Telefónica para: Presentar el tercer y último volúmen de Vernon Subutex y la reedición de Teoría King Kong con la editorial Random House Mondadori. Por supuesto, también para conversar con los lectores e interesados en su trabajo.
Por Ylenia Álvarez