Actividades “Yo le puse conferencias a su majestad cuando era novio de Sofía"
Actividades “Yo le puse conferencias a su majestad cuando era novio de Sofía"

“Soñaba con ser telefonista”, comenta Livia. “Algunos decían que era un trabajo muy complicado, pero para las que veníamos de pueblo y estábamos acostumbradas al campo, era muy fácil”. Livia Lahuerta es una de las más de 3.000 telefonistas que han pasado por el Edificio de Telefónica en la calle Gran vía, antes sede central de la Compañía Telefónica Nacional de España. A sus 67 años, cuenta que, a pesar de haber realizado las oposiciones para administrativo, y posteriormente para relaciones laborales, su…

Espacio Fundación Telefónica
C/ Fuencarral, 3, Madrid
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26
Oct 2012
M X J V :
10:00 - 20:00
S D y Festivos:
11:00 - 20:00

“Soñaba con ser telefonista”, comenta Livia. “Algunos decían que era un trabajo muy complicado, pero para las que veníamos de pueblo y estábamos acostumbradas al campo, era muy fácil”. Livia Lahuerta es una de las más de 3.000 telefonistas que han pasado por el Edificio de Telefónica en la calle Gran vía, antes sede central de la Compañía Telefónica Nacional de España. A sus 67 años, cuenta que, a pesar de haber realizado las oposiciones para administrativo, y posteriormente para relaciones laborales, su…

“Soñaba con ser telefonista”, comenta Livia. “Algunos decían que era un trabajo muy complicado, pero para las que veníamos de pueblo y estábamos acostumbradas al campo, era muy fácil”. Livia Lahuerta es una de las más de 3.000 telefonistas que han pasado por el Edificio de Telefónica en la calle Gran vía, antes sede central de la Compañía Telefónica Nacional de España. A sus 67 años, cuenta que, a pesar de haber realizado las oposiciones para administrativo, y posteriormente para relaciones laborales, su etapa como telefonista fue la mejor de todas. “Anécdotas tenemos para escribir un libro”.

El pasado 24 de octubre, más de 200 operadoras se reunieron en el Auditorio del Espacio Fundación Telefónica con un clavel rojo en sus chaquetas, para recibir un homenaje por su gran labor informativa, de mano del Grupo de Mayores de Telefónica y Fundación Telefónica.

Livia, María Victoria García y Carmen Sánchez representan a tres generaciones de telefonistas. María Victoria,Viky como la conocen sus compañeras, es una de las telefonistas más mayores. A sus 96 años, recuerda que entró como operadora en el año 42. “Eran las primeras oposiciones que salían desde que acabó la guerra y no podías ser mayor de 23. Yo tenía 22 años”. En aquella época, Viky ganaba 230 pesetas por siete horas, 70 pesetas menos que Carmen, de 77 años.

Maestra de profesión, Carmen entró a Tráfico Nacional y desde allí accedió al equipo de las telefonistas en el año 58. “Tuve que hacer una multiplicación, una suma, una resta y una división, además de un mapa mudo”, asegura. “Yo no tengo Bachiller. Fui al colegio hasta los 13 años”, comenta Vicky. “Pero cuando hice las oposiciones, nos dieron unos cursillos de tres meses”.

Respecto al físico de las telefonistas, Livia asegura que “en el 65, el único requisito para trabajar era la altura, llegar a los sitios para poder poner las conferencias”. Sin embargo, esto no ocurría en el año 58. “Nosotras trabajábamos sentadas”, confiesa Carmen.

Durante dos horas, las anécdotas se convirtieron en el centro de las conversaciones de las telefonistas: la expectación que creaba su salida en la calle Valverde cuando los casaderos se acercaban a verlas, la rapidez con la que debían ocupar sus puestos cuando sonaba la campana de cambio de turno, o las personalidades que pedían conferencias, son algunos de los detalles que quisieron recordar.

Pero no todo fue fácil. Carmen recuerda que trabajaban duro, incluso hubo conflictos laborales. “Había 10 líneas para Madrid-París, 5 de salida y cinco de entrada, y una única persona tenía que atenderlas todas. Teníamos que hacer un ticket con la hora de la petición y la hora de realización de la conferencia, pero siempre había retrasos. Sin embargo, sólo cuando se quejó París, metieron más gente en el equipo. A partir de entonces, cuando queríamos que metieran más personal, íbamos despacio y provocábamos el aumento de cancelaciones y retrasos”.

En aquella época, estas telefonistas causaron una autentica revolución: mujeres jóvenes, trabajadoras y con un estilo muy particular debido a ese corto de pelo común en todas ellas para poder colocarse los auriculares.

“Vivimos momentos muy buenos. Una vez, el general Perón pasó con Franco por a Gran Vía en un coche descapotable y nos dejaron salir a las ventanas a saludarles a pesar de estar en servicio”, recuerda Viky al ver una imagen del Edificio de Telefónica.

“Yo le puse conferencias a su majestad Juan Carlos II cuando era novio de Sofía, porque la conexión con Grecia pasaba siempre por Madrid”, comenta ilusionada Carmen.

Sin embargo, la implantación y difusión del teléfono y su automatización, hicieron que el trabajo de las telefonistas dejara de ser necesario. No obstante, a través de este homenaje se quiere reconocer públicamente la labor social que realizaron, y que tal vez, y a pesar de su importancia, no muchos conocen.

 

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