No hay tiempo suficiente

“Cómo puedo controlar el tiempo cuando no es lo que normalmente es”
Inge Morath

Lo veo todo borroso. Hay tantas cosas que pasan, tantos países, tantas obligaciones, tantas exploraciones, tanto rato conduciendo, tantas paradas, ¡tantas multas de aparcamiento! Hay muchísima gente nueva, gente maravillosa; también gente aburrida, gente irritante pero, sobre todo, gente maravillosa.

Budapest. ¡Qué ciudad más impresionante! Estamos en un piso de Air BnB muy céntrico, en el corazón de la ciudad, al lado de la basílica de San Esteban, la iglesia más grande y fastuosa de Budapest. La mano derecha de San Esteban se momificó y se conservó en una caja de cristal colocada a un lado del altar principal, pero no yo no entré para verlo; no por lo escatológico del asunto, sino porque sencillamente estaba muy ocupada como para ocuparme de esto. Me conformaba con una selfie de Olivia delante de la mano.

Teníamos prevista una charla en el Centro de Fotografía Contemporánea de Robert Capa, otro de los  maravillosos locales a lo largo del viaje que albergaron el tour. Más tarde, tuvimos una cena con Kurt Kandle de Fotohof que, en muchos aspectos, es el padrino del proyecto. La cena era en su galería de Austria, donde se plantaron las semillas del proyecto hace ya tres años.

Después de todos estos compromisos, tenía que ir a fotografiar mi propio trabajo sobre el pueblo romaní antes de lanzarnos a la carretera en dirección a Osijek (Croacia).

Llegan las 8 de la noche, llegamos a la frontera y, no-me-lo-puedo-creer. Mi pasaporte se había quedado en el otro coche que se había marchado antes que nosotras. Tuvimos que parar en la frontera unas 4 horas más de lo necesario, ya que Olivia y Anna tuvieron que conducir tres horas más en dirección a Hungría para darme el pasaporte. Soy oficialmente la más tonta del viaje… Todo el mundo se lo ha tomado bien, pese a que he privado de cena y sueño a una criatura de 2 años.

Osijek es bonita y pintoresca. Cada edificio mostraba las marcas de los agujeros que habían dejado las bajas y cada persona que me encontré había participado y sido testigo de la guerra. Emily Schiffer hizo algunas fotos muy buenas de la gente que fue encontrándose y que le fueron contándole sus historias. El objetivo de su trabajo era explorar la forma en que el pasado afecta al presente, cómo la gente corriente entiende y sigue adelante con sus complejas historias. Inge Morath habla de esforzarse para comprender el tiempo cuando dice “Pasan tantas cosas… ¿Cómo puedo controlar el tiempo cuando no es lo que normalmente es?”. ¿Estaba esforzándose, según decía Emily, en comprender las complejidades del tiempo en un contexto histórico o bien simplemente se sentía más como yo me siento? Un poco confundida, quizá por el calendario tan frenético…

Y ahora, ¡de vuelta al coche en dirección a Serbia para volver a repetirlo todo!