19.02.2016

Javier Olivares y el poder de los dibujantes

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Los dibujantes se cuelan en nuestro Espacio. Hablamos con Javier Olivares, uno de los ilustradores e historietistas más importante de nuestro país con motivo de la muestra ‘El arte en el cómic‘. Olivares es además autor de Las meninas (Ed. Astiberri, 2014), la novela gráfica que dibuja a Diego Velázquez.
Fue un verdadero placer.

 

Dime, en todo este proceso ¿cuántas veces has visitado el Museo del Prado? ¿Cuántas veces te has colocado frente el Retrato de la Familia de Felipe IV?

Javier Olivares– La verdad es que mientras trabajábamos en el libro no visité el museo. Santiago García –guionista de Las Meninas durante todo el proceso de producción estuvo viviendo en Baltimore, así que en esos cuatros años todo nuestro trabajo fue a distancia. Terminamos el libro en el mes julio y Santiago decidió volver a España a descansar, a pasar las vacaciones. La novela estaba ya entregada a la editorial Astiberri  y decidimos por fin ir una mañana al Museo del Padro. Me llevé a Nora, mi hija, y junto a Santiago nos pusimos ya oficialmente frente al cuadro. Y fue muy excitante. Después de tener una reproducción de la obra durante dos años pegada en mi mesa, esa mañana en la magna sala de la pinacoteca madrileña, con la novela gráfica ya acabada, nos vimos rodeados de todos los retratos de todos los personajes del libro (la rey, la reina, el infante, la infante…). Fue una inmersión extraña. Estos personajes a los que yo había dibujado estaban ahí todos, mirándome.

Cuando ya sale el libro, gracias a un par de entrevistas de la tele, vuelvo al Prado y entro en el museo antes de que abran al público. Estoy solo completamente. La sala vacía, yo delante de Las Meninas, un momento escalofriante. Se me ponen los pelos de punta al recordarlo.

Velázquez pintó su obra magna en 1656 en el Cuarto del Príncipe del Alcázar de Madrid, que es también el escenario de la acción. ¿Cómo ha sido la dirección de arte de vuestra novela, todo el trabajo de documentación histórica? ¿A qué fuentes has recurrido para tu planteamiento gráfico y para el estudio de los personajes?

Javier Olivares– Fue un proceso muy largo. Hay mucha documentación sobre la obra de Velázquez pero muy poca sobre la vida real, contemporánea de los protagonistas de Las Meninas. Absorbí, interioricé toda la documentación que pude pero luego me olvidé de ella, que es lo que hay que hacer. Y empecé a dibujar. Sí, quería exprimir el Siglo de Oro español y dibujarlo de una forma evocadora más que literal. Yo no tengo un dibujo literal.

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Javier Olivares y un detalle de su intervención en la exposición ‘El arte en el cómic’.

Para quien no ha leído el libro, háblame un poco de ese interesante planteamiento gráfico de vuestra novela. De ese recurso de la paleta de color.

Javier Olivares– El recurso de los colores estaba ya en el primer guion de Santiago. Había muchos niveles de lectura (espacio-tiempo) en el proyecto, y lo que él intentaba era que hubiera una definición clara de estos y que no estuviera únicamente en el guion sino también a nivel gráfico.
En el fondo es un recurso narrativo para que el lector comprenda los dos tiempos en los que se desarrolla la acción de la novela: el pasado de Velázquez, que es diverso e incluye varios capítulos importantes de su vida; y el presente de Velázquez que es más continuo, y se prolonga desde que recibe el encargo de pintar el cuadro hasta que realiza su obra.

Es sin duda una ventaja de nuestra herramienta de trabajo, el cómic. El cine, por ejemplo, es un medio más realista, menos abstracto, menos evocador, conlleva una inmersión total en la realidad. En la historieta sin embargo, el espectador entra en el juego narrativo, el espectador pone de su parte y decide que los dibujos son personas, pero no lo son, son dibujos. Los dibujantes tenemos ese poder: utilizar los elementos gráficos un poco a nuestro antojo. Y ahí es donde me he movido yo en Las Meninas. Con la ambientación histórica, tal y como hablábamos antes e incluso con la fisionomía de los personajes. Sí, Velázquez en todo el libro va mutando, porque en el fondo no es real, es un personaje, una construcción dramática, gráfica, en este caso. El dibujo hace su función: convencerte de que lo que estás viendo no solo es real sino que quiere decir algo. El dibujo tiene significado. Una vez que yo te digo que ese dibujo es Velázquez puedo hacerlo más caricaturesco, más realista porque yo ya sé que tú sabes que es Velázquez. Y eso como creador me abre muchas puertas. Y eso es lo que he hecho con el libro.

¿Qué ha sido lo más complicado de dibujar Las Meninas? ¿Imponía un poco, o no?

Javier Olivares– Suena una chulada, pero reconozco que casi nada. Me lo he pasado fenomenal. Es también la ventaja de los dibujantes de cómic: no tenemos miedo a esas cosas, a esos retos. No venimos de las academias ni del academicismo, no sentimos esa reverencia por los clásicos. Hombre, eso sí, lo haces con cuidado, te estás enfrentando a un personaje muy conocido, alguien al que la gente incluso reverencia.

¿Has descubierto algún secreto/acertijo que desconocías antes de enfrentarte por primer vez al cuadro?

Javier Olivares– No soy un experto en Las Meninas, pero sé cosas, sé un montón de cosas, han sido muchos años trabajando sobre ese cuadro.

El Ministerio de Cultura reconoce en 2015 con el Premio Nacional del Cómic vuestro libro. Leo textualmente: «una obra que asume un riesgo en la estructura narrativa y en el planteamiento gráfico que se resuelve con brillantez», y que constituye «un buen acercamiento a la figura de Velázquez, su época y su influencia en otros artistas». ¿Quién os informó de este magno galardón? Imagino que fue el empujón definitivo en ventas y repercusión de vuestra novela. ¿Es así?

Javier Olivares– Me llamó el Secretario de Estado de Cultura, creo que era. Sabíamos que se fallaba este día, nos lo habían soplado. Estábamos nerviosos, intentando trabajar, intentando aparentar que no pasaba nada. Sobre las 12:00 sonó el teléfono y pensé, ya está. Y a partir de ahí se desata la locura absoluta.

El premio sirve para muchas cosas, de pronto saltas a una posición donde la gente te ve más. Las posibilidades de darte a conocer se incrementan, claro. Y a nosotros nos gusta pensar que es un premio que hace mucho por la historieta, para la novela gráfica. El cómic es algo que atrae mucho a la gente comercial y culturalmente, y está muy bien visibilizarlo.

Vais ya por la tercera edición de vuestra novela gráfica. Y hay también un proyecto de edición en EEUU, ¿es así?

Javier Olivares– Sí, por la tercera edición, algo que está muy, muy bien para un tebeo. Y sí, el contrato con la editorial americana (¡Fantagraphics!) está ya firmado. Es un capricho del editor, de Gary Groth. No sabemos cuando sale, las cosas en Fantagraphics van despacio. Pero todo muy bien.

Me llamó la atención cuando leí Las Meninas una frase en concreto: «¿Velázquez ha practicado alguna vez el oficio de pintor?; El arte, sí; el oficio, nunca» ¿Cuánto de arte tiene el cómic? ¿Todo, casi todo? ¿Cuánto de oficio? ¿Todo, casi todo?

Javier Olivares– El arte es algo que se puede nombrar pero que muy pocas veces se puede explicar. ¿Si el cómic es arte o es un arte? No sé, desde luego es un medio muy poderoso, tan poderoso como otros medios que sí se consideran arte. El tebeo, el cómic yo creo que tiene recursos, armas suficiente para medirse con ellos.

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Y una última pregunta. ¿Cuál es tu aportación para la muestra ‘Cómic en el arte’?

Javier Olivares– Aparte de historietas nuestras, publicadas con anterioridad en distintas revistas especializadas y dedicadas al mundo del arte, Fundación Telefónica nos encargó una interpretación de una obra de su colección. Elegimos una de Torres García que por apariencia narrativa se asemejaba a una historieta. Seguimos el mismo esquema exactamente de su pintura con algunos elementos modificados. Y sale el propio Torres García y uno de sus juguetes. Él hacía juguetes. Quedó muy bien. Es pura historieta, estamos muy contentos.

El Arte en el cómic es una exposición en la que algunos de los mejores historietistas e ilustradores contemporáneos muestran su pasión por la historia de la pintura. La exposición mostrará obras emblemáticas de la historia del arte a través de la visión de numerosos dibujantes de cómic, iniciativas de museos en torno al cómic y una iniciativa de Fundación Telefónica de reinterpretar parte de su colección artística en viñetas. Hasta el 16 de mayo en Espacio Fundación Telefónica.

Por Adriana Herreros