La entrada al nuevo siglo prometía un horizonte lleno de cambios para las mujeres. Sin embargo, son muchas las que, tras haber conseguido hacerse un lugar en el mercado laboral, se encuentran con numerosas dificultades para conciliar su vida laboral con la familiar. Sonsoles Ónega, periodista, escritora y madre de dos hijos, es una ellas, y que además se rebela contra una situación que «ha llegado hasta el punto de desconciliar a las mujeres de ellas mismas».
Hablando con ella sobre la publicación de su último libro ‘Nosotras que lo quisimos todo‘, salta a la conversación una idea de una fuerza poderosa: «Nos han timado». En menos de 40 años se ha construido una arquitectura de derechos y libertades que ha otorgado mayores libertades a las mujeres, pero que a su vez choca con una serie de “estructuras muy rígidas que todavía tenemos que redefinir, y no solamente desde la voz de las mujeres, sino también desde la de los hombres, que son quienes han escrito las reglas del juego”, según cuenta la periodista. En este sentido, nos explica que históricamente los hombres no han tenido la necesidad de llegar pronto a su casa y que, por lo tanto, tampoco han tenido necesidad de conciliar.
Dentro de su campo profesional, Sonsoles Ónega asegura que las relaciones entre hombres y mujeres se dan entre iguales. Tanto es así, que si paseamos por alguna de las redacciones de los principales medios de comunicación nos daremos cuenta de que están llenas de mujeres, ya que la profesión de periodista es un oficio muy “feminizado”. En el caso singular de este oficio, el problema de la conciliación se debe a la propia naturaleza del trabajo, ya que las noticias “no se cogen fines de semana”, comenta Ónega entre risas.
Como cronista política en el Congreso de los Diputados, explica que en la cámara baja también se da una relación entre iguales, aunque sí que ha observado una mayor sensibilidad en ellas hacia algunos temas. En consecuencia, la periodista se plantea que “si nos convencen de que debemos pagar la deuda, no entiendo cómo no nos convencen de la necesidad de un cambio social en este sentido”.
Ónega ha querido llevar a la práctica su pensamiento sobre la situación de la mujer en su última obra Nosotras que lo quisimos todo, tratando la idea del «gran timo» del siglo XXI: el de la mujer trabajadora, y que se refiere a que “el deseo y las expectativas de igualdad entre hombres y mujeres que se nos prometían no han sido reales”.
Para mejorar la situación, según la autora caben dos vías de cambio: una desde abajo y a pie de calle y la otra desde las instituciones. En definitiva, se trata de concienciar de la necesidad de renovar el «contrato social» entre hombres y mujeres, y de que desde las administraciones deberían de negociar con las empresas mejoras en los horarios, que en el caso de España son «de locos y dejados de estándares europeos».
El 10 de marzo Sonsoles Ónega participará en la próxima jornada de Hay vida en martes, un evento que se enmarca dentro de las actividades que se llevarán a cabo en torno al Día de la Mujer en el Espacio de Fundación Telefónica. Vida en martes reunirá a mujeres de diferentes ámbitos que nos contarán su experiencia profesional y cómo logran conciliar o no la vida familiar con la laboral.