El Juego del Mundo (World Game) es un proyecto al que Fuller dedicó las últimas décadas de su vida. Suponía una subversión de los juegos de guerra —de ahí su nombre—, ya que la metodología o forma de jugar era la misma, pero la misión era radicalmente opuesta: utilizando el mapa Dymaxion como base y gran cantidad de información sobre los recursos existentes en la Tierra, todas las naciones del mundo debían colaborar para alcanzar la paz mundial y crear un futuro por consenso sin perjuicio para ninguna nación: «Para ganar el World Game, todo el mundo tiene que ganar».
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