Exposición en Espacio Fundación Telefónica
16.09.2020 – 18.04.2021

¿Quién fue Buckminster Fuller y por qué lo que hizo nos sigue asombrando? Presentamos un viaje en torno a la figura de este diseñador, arquitecto, pensador, filósofo y visionario norteamericano que anticipó en el siglo XX muchos de los grandes avances y desafíos del siglo XXI.

De todos los proyectos de Fuller, el más ambicioso fue la construcción de su propio mito, que arrancó tras la devastadora muerte de su primera hija cuando contempló poner fin a su vida. En ese momento de profunda crisis, Fuller experimentó una suerte de epifanía que marcaría toda su vida: se dedicaría a demostrar lo que un individuo cualquiera puede hacer para mejorar el mundo.

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Buckminster Fuller pensó que para mejorar el mundo era necesario transformar la vivienda. Sus diversas propuestas proponían una revolución: casas sostenibles, ligeras y fácilmente transportables, pensadas para la fabricación en masa y adaptables a las necesidades de sus ocupantes.

A partir de los años cincuenta, la visión de Buckminster Fuller sobre la vivienda se volvió más utópica, pasando de la escala de lo doméstico a la urbana. Fuller se situó de este modo en la línea de figuras como José Miguel de Prada Poole o Gyula Kosice, que en los años sesenta comenzaron a especular sobre las ciudades del futuro y a imaginar soluciones a retos como la superpoblación o la escasez de recursos.

La naturaleza fue para Buckminster Fuller una constante fuente de inspiración. Diseños tan icónicos como el Dymaxion Car parten de su observación. Décadas más tarde, el legado de Fuller puede encontrarse en toda una generación de artistas y diseñadores como Joris Laarman, Tomáš Libertíny o Neri Oxman, cuyos proyectos parten de la colaboración entre el ser humano y el entorno natural.

Buckminster Fuller abogó por una revolución de la información en la que la recogida masiva de datos serviría para explicar, analizar y entender mejor cómo funciona el mundo, anticipándose así varias décadas al fenómeno del big data. Con el fin de visualizar y comprender esos datos sobre cartografías eficaces, Fuller diseñó el mapa Dymaxion, que superaba las distorsiones y preconcepciones de la tradicional proyección Mercator.

El concepto de Sinergia, fue clave en el pensamiento de Buckminster Fuller. El término hace referencia al estudio holístico de sistemas complejos, como el Universo o la Naturaleza, en el que el comportamiento de cada elemento no puede entenderse de forma individual sino como parte de un todo interrelacionado. Se complementa con el concepto fulleriano de Tensegridad, un principio estructural (integridad tensional) que funde las nociones de tensión e integridad.

La cúpula geodésica fue el diseño más exitoso de Buckminster Fuller, un icono que durante décadas ha simbolizado la idea de futuro y que culminó en el concepto de Efemeralización: hacer lo máximo con lo mínimo al permitir cubrir una superficie empleando la menor cantidad de material posible.

La experimentación fue la práctica que mejor definió la forma de operar de Buckminster Fuller, que defendía que «cada vez que el ser humano realiza un experimento, aprende más. Es imposible que aprenda menos». La educación también ocupó un lugar central en su pensamiento, consciente de su importancia y de la necesidad de erradicar los programas pedagógicos que reprimen la curiosidad de niños y niñas, y su inclinación natural a investigar todo lo que llama su atención.

A lo largo de su larga y prolífica vida, Buckminster Fuller se propuso divulgar todo su conocimiento. Partiendo de sus premisas de repensar y mejorar el mundo, adoptó una exitosa manera de comunicar sus ideas que le convirtió en una de las mayores figuras inspiracionales del siglo XX, llegando a impartir conferencias multitudinarias durante horas.